Ayuda humanitaria que respete la dignidad de las personas

En un mundo donde los desastres naturales y las crisis humanitarias son cada vez más frecuentes, la ayuda voluntaria se ha convertido en una pieza clave para brindar asistencia efectiva. 

Sin embargo, ofrecer ayuda no es solo una cuestión de buena voluntad, sino también de preparación y conocimiento. Por eso, cada vez más organizaciones están apostando por la formación en normas humanitarias, como el proyecto Esfera, un estándar internacional que garantiza que la asistencia respete la dignidad de las personas afectadas.

Según Iván Rodes, experto en gestión de desastres y representante de la asociación de voluntariado GEA España, esta iniciativa, promovida inicialmente por las Naciones Unidas, la Cruz Roja y más de 400 ONG, tiene como objetivo mejorar la eficacia de la ayuda humanitaria, estableciendo protocolos basados en experiencias acumuladas durante más de 20 años.

“En la práctica se daba que íbamos a hacer ayuda humanitaria y se generaban problemas y esto había que solucionarlo”, comenta Rodes. El principio fundamental de las normas humanitarias Esfera es que toda persona afectada por una catástrofe tiene derecho a recibir ayuda respetando su dignidad y protección integral. 

Para las organizaciones humanitarias, esta norma representa un grado de exigencia que impulsa una mejora constante en sus prácticas.

Herramienta para la mejora continua

A principios de marzo, la organización Nueva Acrópolis Dominicana y GEA España realizaron en República Dominicana la primera capacitación para formadores en normas humanitarias Esfera, la cual contó con 25 participantes que adquirieron los conocimientos necesarios para convertirse en instructores.

Rodes destaca que uno de los principales desafíos en la formación de capacitadores es la necesidad de una reflexión constante sobre las prácticas humanitarias. «Uno de los grandes errores es creer que ya lo estamos haciendo bien y que no se puede mejorar», señala. 

En este sentido, la capacitación permite adoptar una actitud de mejora continua, asegurando que cualquier acción humanitaria sea revisada y perfeccionada.

El rol de Nueva Acrópolis 

Sally Polanco, representante de Nueva Acrópolis Dominicana, explica que la organización ha adoptado protocolos humanitarios para optimizar sus actividades de voluntariado. Aunque no es un requisito obligatorio, la formación en normas como Esfera aumenta la efectividad tanto de las ONG como de quienes se benefician de la ayuda.

Para Nueva Acrópolis, el voluntariado es una parte fundamental de su filosofía, cultura y acción social. Sin embargo, no todos los países tienen las mismas necesidades ni priorizan el voluntariado humanitario de la misma manera.

En República Dominicana, la organización ha identificado una oportunidad clave para capacitar voluntarios y mejorar la calidad de la asistencia que brindan.

Según los expertos, uno de los principales beneficios de la capacitación en normas humanitarias es la creación de un lenguaje común entre los actores de la ayuda. Contar con estándares establecidos facilita la coordinación y eficiencia en la respuesta a emergencias. 

“Lo bueno de la formación Esfera en las distintas organizaciones de voluntariado es que crea un lenguaje común, entonces ese lenguaje común facilita las acciones. Cuando llegas a brindar ayuda no tienes que preguntar, por ejemplo, ‘¿cómo vamos a montar el campamento?’, porque todo el mundo va a saber qué hacer, porque el manual está escrito”, sostiene Rodes.

Este enfoque estandarizado no solo agiliza la toma de decisiones en momentos críticos, sino que también optimiza la distribución de recursos y garantiza que todas las personas afectadas reciban asistencia de manera equitativa y digna.

Voluntariado, ¿una moda pasajera?

Rodes enfatiza que el voluntariado ha existido desde siempre y que, aunque pueda evolucionar en sus formas, su esencia permanecerá. “Si observamos la historia de la humanidad, los seres humanos, como un comportamiento natural, se ayudan y se ayudan de manera altruista”, afirma.

Polanco finaliza diciendo que la formación en normas humanitarias no solo mejora la capacidad de respuesta ante crisis, sino que también fortalece la cultura del voluntariado en República Dominicana.