Baloncesto
Madrid y Barça: la mayor diferencia de la historia

El Real Madrid venció al Barça en un duelo titánico en el Palau Blaugrana (89-91) en el que hubo de todo. También, claro, otro final taquicárdico que se volvieron a llevar los blancos, que han salido ganadores de los cinco duelos ante el eterno rival esta temporada: uno en la Supercopa, dos en Euroliga y ya dos en la Liga Endesa. El final fue ajustadísimo, como en los cuatro duelos anteriores: tres por seis o menos puntos y uno, el anterior diputado en el Palau (como el de esta tarde), después de dos prórrogas con la ley de Campazzo y Tavares. Algo increíble, pero que permite al equipo de Chus Mateo haberse llevado la friolera de los últimos ocho Clásicos si tenemos en cuenta los tres de la pasada semifinal de la ACB, esa en la que los blancos volaron hacia un nuevo título (ante UCAM Murcia) tras barrer a los catalanes y precipitar así la sonada salida de Roger Grimau, tras el que llegó un Joan Peñarroya que tampoco ha dado con la tecla en este tipo de duelos.
Las siete victorias sobre los azulgranas tras el último Clásico es la mayor distancia a favor de los blancos a estas alturas de la Liga en la historia de la ACB. En Euroliga, la situación es muy diferente.
El Real Madrid venció al Barça en un duelo titánico en el Palau Blaugrana (89-91) en el que hubo de todo. También, claro, otro final taquicárdico que se volvieron a llevar los blancos, que han salido ganadores de los cinco duelos ante el eterno rival esta temporada: uno en la Supercopa, dos en Euroliga y ya dos en la Liga Endesa. El final fue ajustadísimo, como en los cuatro duelos anteriores: tres por seis o menos puntos y uno, el anterior diputado en el Palau (como el de esta tarde), después de dos prórrogas con la ley de Campazzo y Tavares. Algo increíble, pero que permite al equipo de Chus Mateo haberse llevado la friolera de los últimos ocho Clásicos si tenemos en cuenta los tres de la pasada semifinal de la ACB, esa en la que los blancos volaron hacia un nuevo título (ante UCAM Murcia) tras barrer a los catalanes y precipitar así la sonada salida de Roger Grimau, tras el que llegó un Joan Peñarroya que tampoco ha dado con la tecla en este tipo de duelos.