
Mario Casas lleva 20 años interpretando personajes. Desde que se dio a conocer en 2006 con la serie SMS ha pasado por dramas románticos, aventuras de supervivencia, historias de padres ausentes y hasta una huida de brujas que quieren quemarle vivo.Casas ha hecho de todo. «Yo digo muchas veces que mi personalidad es Mario el 80% y el 20% de todos los personajes que he hecho«, dice en el último programa de Otra Ronda, el podcast de Alejandro G. Calvo, por donde ha pasado para promocionar su último trabajo.
Se llama Muy lejos, una película acerca de un joven español que se muda a Holanda para empezar una nueva vida. Aquí os dejamos con el vídeo completo de la entrevista.
Muy lejos ha conseguido muy buenas críticas tras su estreno en cines el 11 de abril, pero, como el propio Casas sabe, no es un personaje que suela aparecer en su carrera. «Este tipo de cine no me llega. Me ven en otro lugar. La industria, los directores, directoras… me colocan en otro sitio. No me ven ahí en ese cine indie, me ven en un cine más comercial», cuenta en la conversación.
Muy lejos cuenta la historia real de su director, Gerard Oms, con algunas licencias creativas. Oms abandonó España para buscarse la vida en un país extranjero, como hicieron muchos otros jóvenes a los que pilló la crisis del 2008. Casas interpreta a Sergio, un ultra del Club del RCD Espanyol que viaja a Utrecht para ver un partido de fútbol y, cuando se supone que tiene que coger el vuelo de vuelta, decide quedarse allí y romper con su vida anterior.
«Ha sido un proceso muy bonito la previa», cuenta el actor, «lo que a mí más me gusta es ponerme delante de la cámara y darle vida al personaje, pero estamos en constante preparación». Sergio es un papel que, a priori, no tiene que ver con Casas, pero sus amigos opinan lo contrario. Al salir de la sala de cine le decían: «¿Qué, te lo has pasado bien haciendo de ti?». Ha metido mucho de él en el personaje, pero reconoce que la guía del director ha sido clave para un proceso así.
El actor tiene ganas de crecer y no solo frente a las cámaras. Casas, que se estrenó como director con Mi soledad tiene alas, cree que su futuro en la profesión para por ahí. «Disfruté mucho. Lo complicado, donde lo pasé mal, fue en el montaje. Escribir o trabajar con los actores y el equipo es algo a lo que estoy acostumbrado, pero el montaje no«, confiesa. Pero mientras, se fija en algunos de sus ídolos, como Tom Hardy o Joaquin Phoenix.