Agricultura
RD entre los países que más agua dulce destina a la agricultura en América Latina
República Dominicana se encuentra entre los países de América Latina que más porcentaje de su agua dulce extraída dedica a la agricultura, con más del 80% del total, según datos de 2021 publicados por Latinometrics a partir de la base Aquastat, de la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Our World in Data.
El promedio regional en América Latina es de 76%, mientras que a nivel mundial la agricultura representa cerca del 70% del uso del agua dulce. Esto significa que el país supera tanto el promedio latinoamericano como el global en cuanto a la proporción destinada al riego y producción agrícola.
En la región, países como Chile, Bolivia, Colombia, Uruguay y Perú también muestran una alta proporción de uso agrícola del agua, todos por encima del 85%. Sin embargo, en naciones como Brasil, Costa Rica y Cuba, el porcentaje destinado a agricultura es menor, lo que indica una distribución más equilibrada entre los sectores agrícola, industrial y municipal.
Comparado con Estados Unidos, donde la agricultura representa cerca del 40% del uso del agua dulce, y con Puerto Rico, donde este sector apenas alcanza el 10%, República Dominicana mantiene una orientación marcada a la agrícola en su uso del recurso hídrico.
De acuerdo con Claudio Caamaño, director ejecutivo de la Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego, el dato preciso en el caso dominicano es de 82%.
“El promedio mundial ronda el 70%, por lo que el sector agrícola siempre ejerce la mayor presión sobre el recurso hídrico. Que usemos el 82% no es bueno ni malo en sí mismo. Lo relevante es el valor que estamos sacando de esa agua”, afirmó.
Explicó que en el país predominan modelos agrícolas poco eficientes y de baja rentabilidad, lo que reduce el valor de oportunidad del agua. “Por ejemplo, se requieren casi 4 metros cúbicos de agua para producir una libra de arroz”, agregó.
Caamaño señaló que es necesario mejorar la eficiencia del uso del agua y desarrollar modelos agrícolas más rentables, fomentando rubros de mayor valor comercial y agregando valor mediante agroindustria. “Somos un país bendecido en términos hídricos, pero no hemos sabido esa bendición. Eso nos ha dificultado entender el verdadero valor del agua”, opinó.