Tenis
El único que le disputa la atención a Carlos Alcaraz es Jaime… Alcaraz
No está acostumbrado Carlos Alcaraz ni a ejercer de hermano mayor tenístico, custodiado habitualmente por Álvaro, que le saca cuatro años, ni a tener quien le discuta la atención. Y menos en tierra batida y en un torneo donde se siente en casa, como el Godó. Pero en la edición de 2025, en paralelo a su camino en el ATP 500, ha visto como alguien muy próximo empieza a centrar numerosas miradas.
El hermano pequeño del número 2 del mundo atrae las miradas en el Godó Sub-14. “No sé hasta dónde llegará”, admite Carlos. “Lo mejor es que le encanta el tenis”.
No está acostumbrado Carlos Alcaraz ni a ejercer de hermano mayor tenístico, custodiado habitualmente por Álvaro, que le saca cuatro años, ni a tener quien le discuta la atención. Y menos en tierra batida y en un torneo donde se siente en casa, como el Godó. Pero en la edición de 2025, en paralelo a su camino en el ATP 500, ha visto como alguien muy próximo empieza a centrar numerosas miradas.
Se trata de Jaime Alcaraz Garfia. Efectivamente, el menor de los cuatro hermanos, quien a sus 14 años ya atrae a las masas. Tanto en su debut el viernes, ante Tim Franco, como este sábado frente a Pepe García en las semifinales, una aglomeración se congregó alrededor de la pista 2 del Real Club de Tenis Barcelona. Incluso Carlos ha ajustado los entrenamientos para poder asomarse. Disputa Jaime el Godó Sub-14, y es el segundo cabeza de serie. Y, para malpensados, se trata de lo menos parecido a un enchufe.
Porque Jaime Alcaraz ya ganaba torneos hace dos años, a los 12, como el torneo del Rafa Nadal Tour celebrado entre 48 alevines en el Club Internacional de Tenis Monte del Pilar, en Madrid. Una prueba que en 2015 conquistó Carlos. Y ya se codeaba con los mejores el pasado enero, en Les Petits As, una suerte de Mundial oficioso Sub-14 que anualmente se juega en la localidad francesa de Tarbes, al que aspiran unos 7.000 jóvenes tenistas.
“El mejor”, sentencia en la sala de prensa Carlos, que ahora ya no se siente como el segundo de cuatro hermanos sino como el hermano mayor de Jaime. Aunque, a su vez, trata de distanciarse, seguramente para restarle presión: “No te creas que me pregunta mucho. En casa yo le pregunto qué torneo va a jugar y él me dice ‘pues voy aquí’, le deseo suerte y poco más. Tampoco es que le cuente mucho. Le pregunto más a mi padre, que al final es quien me dice cómo lo ve, el que lo sigue y lo ve más a menudo, y me va contando si está yendo mejor o si está más estancado. Y lo último que me dice es que está yendo muy bien”, explica el actual número 2 del mundo.
Llevaba tiempo Carlos sin ver en directo a Jaime, pero este fin de semana en Barcelona se han podido dar las circunstancias. Orgullo fraternal de un Carlos que prefiere ir ‘piano piano’ con un chico que solo tiene 14 años: “Ojalá que siga adelante, pero lo más importante y lo que más me gusta de él es que le encanta el tenis. Es lo que necesita para seguir entrenándose y seguir motivado”, celebra. Y concluye: “No sé hasta dónde llegará, solo le deseo lo mejor, pero yo no siento presión, al revés: tengo muchas ganas de que mejore y vaya progresando”.
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