Tenis
Alcaraz, silencio pesimista
El tiempo se agota y la incertidumbre cada vez es mayor. La participación de Carlos Alcaraz en el Masters 1.000 de Madrid, tras terminar con molestias en el muslo derecho durante la final del Barcelona Open, es un interrogante a tres días de su hipotético debut, programado para el sábado. Este miércoles, en un acto en el centro de Madrid con ‘ElPozo Bienstar’, marca alimentaria de la que es embajador, el número tres del tenis mundial no despejó la incógnita. Seguramente, la agrandó. Tras un evento en el que compartió juegos con varios aficionados, entre los que desató la locura, el jugador murciano abandonó la Plaza de Callao, a la que hizo honor, sin hablar con los medios de comunicación y escoltado por la policía. La duda se debería resolver, como tarde, este jueves a las 12:30, cuando Charly tiene programada su primera rueda de prensa en la Caja Mágica. Con el paso de las horas, sin embargo, crece el pesimismo sobre lo que pueda decir entonces.
El español, en un acto de ‘ElPozo’, no habla con los medios sobre su estado físico para el Madrid Open. Este miércoles, canceló su entrenamiento. Este jueves, tiene rueda de prensa.
El tiempo se agota y la incertidumbre cada vez es mayor. La participación de Carlos Alcaraz en el Masters 1.000 de Madrid, tras terminar con molestias en el muslo derecho durante la final del Barcelona Open, sigue siendo un interrogante a tres días de su hipotético debut, programado para el sábado. Este miércoles, en un acto en el centro de Madrid con ‘ElPozo Bienstar’, marca alimentaria de la que es embajador, el número tres del tenis mundial no despejó la incógnita. Seguramente, la agrandó. Tras un evento en el que compartió juegos con varios aficionados, entre los que desató la locura, el jugador murciano abandonó la Plaza de Callao, a la que hizo honor, sin hablar con los medios de comunicación y escoltado por la policía. La duda se debería resolver, como tarde, este jueves a las 12:30, hora a la que Charly tiene programada su primera rueda de prensa en la Caja Mágica.
Alcaraz acabó tocado la final del Godó, el pasado domingo, en la que cayó contra el danés Holger Rune. Al principio del segundo set, sintió un pinchazo en la zona interior del muslo derecho. Fue atendido médicamente, con el doctor Ángel Ruiz-Cotorro a la cabeza, y terminó el partido, pero con malas sensaciones. El pasado lunes, se sometió a una resonancia para conocer el alcance de los problemas físicos. El diagnóstico, sin embargo, se mantiene bajo secreto de sumario. “Físicamente, me encuentro bien. Hemos hecho pruebas y vamos a ver cómo salen. Dolores ya he sentido previamente y he podido jugar con ellos. Vamos a ver si no es gran cosa y me permite disfrutar de Madrid. Aún estamos a la espera”, se limitó a explicar este martes, en otro acto promocional.
Y es que, desde que volviera de Barcelona, la agenda de Alcaraz está echando humo. El lunes, el murciano también desfiló en la gala de los Premios Laureus, en los que estaba nominado a mejor deportista masculino del año. La estatuilla, finalmente, fue para ‘Mondo’ Duplantis y Carlitos, como en Callao, no se prestó a hablar con los medios presentes. “Hubo dos carreras en las que noté algo en el abductor o el psoas derecho. Si notas molestias, te alarmas. Es difícil mantenerte centrado en el juego, te preocupas más por el físico y la salud. Confío en que no me perjudique para Madrid”, había dicho el día anterior, en la rueda de prensa posterior a la final del Godó. En Madrid, tenía previsto entrenar este mismo miércoles, pero, finalmente, canceló su sesión.
La situación, inevitablemente, recuerda a la del año pasado, cuando Alcaraz también llegó con problemas físicos al Masters 1.000 de la capital. Entonces, el español terminó forzando para jugar en Madrid (fue el único torneo de tierra de la gira europea que pudo disputar antes de Roland Garros), donde cayó en cuartos de final mermado por una lesión en su antebrazo derecho. Esta vez, y tras recuperarse con el título de Montecarlo de los sinsabores en Miami e Indian Wells, parecía que Carlitos llegaría a la arcilla madrileña a pleno rendimiento. En el último instante, sin embargo, y cuando ya soñaba con su segundo trofeo seguido, las molestias físicas volvieron a aparecer. “Después de Miami, fue un momento difícil y tuve que reflexionar. Volví a ver que el tenis era un juego. Estas dos semanas, he recuperado esa alegría y ese disfrutar”, añadió en sus últimas palabras hasta el momento. La incógnita no tardará en despejarse.
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