Tecnología
Uturuncu: el volcán «zombi» de Bolivia que sigue activo a pesar de estar técnicamente muerto desde hace más de 250.000 años

El volcán Uturuncu es clasificado como «zombi» porque su última erupción ocurrió hace miles de años. Ahora, científicos documentaron un aumento en su actividad. ¿Qué significa esto para los habitantes de la zona?
El volcán Uturuncu es clasificado como «zombi» porque su última erupción ocurrió hace miles de años. Ahora, científicos documentaron un aumento en su actividad. ¿Qué significa esto para los habitantes de la zona?
Un equipo de investigadores ha estudiado la posible amenaza de un volcán «zombi», que había sido declarado «muerto», pero que continúa mostrando signos de actividad, aunque no para erupcionar, según detalla un estudio publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el lunes (28.04.2025).
El Uturuncu es un volcán ubicado en los Andes Centrales de Bolivia, que ha sido calificado informalmente por los científicos como un «volcán zombi», ya que su última erupción ocurrió hace más de 250.000 años.
Los volcanes zombi «son una especie de bestias únicas, pero no son del todo infrecuentes», explica el geofísico Matthew Pritchard, en un comunicado de la Universidad de Cornell (Estados Unidos).
Ni «muerto», ni «extinto»
Sin embargo, el aumento de la actividad sísmica en la zona y la expulsión de columnas de gas ha evidenciado que el volcán no está ni «muerto», ni «extinto», aunque tampoco hay una definición estricta sobre este tema, según informa el sitio especializado IFL Science.
«Cuando la gente mira los volcanes, piensa: ‘Oh, si no va a entrar en erupción, no nos interesa’. Pero, en realidad, los volcanes que parecen muertos en la superficie no lo están en el fondo», añade Pritchard.
Actividad del Uturuncu
Ante el aumento de la actividad volcánica y la creciente preocupación de los habitantes de la zona, los científicos decidieron averiguar qué tan vivo está el Uturuncu y si podría erupcionar dentro de poco.
Tras analizar los datos de más de 1.700 terremotos ocurridos en los alrededores, los investigadores cartografiaron el sistema de tuberías debajo del volcán, percatándose también de que la zona alrededor del volcán se está hundiendo.
Agua y humo saliendo hacia la superficie
Los resultados muestran un sistema hidrotermal poco profundo, con agua caliente que aumenta lentamente hacia el exterior. Asimismo, debajo del cráter hay un depósito donde se acumula un gas que empuja la superficie hacia arriba a un ritmo de 1 centímetro por año.
«Los métodos de este trabajo podrían aplicarse a los más de 1.400 volcanes potencialmente activos y a las decenas de volcanes como el Uturuncu que no se consideran activos, pero que dan señales de vida», afirma Pritchard, en otro comunicado de la Universidad de Oxford (Inglaterra).
Según IFL Science, existen muchos otros volcanes «zombis» en la Tierra. Muchos de ellos «duermen» durante miles de años y de repente se «despiertan» con violencia. Algunos ejemplos de esto son el Monte Santa Helena, en Estados Unidos, que estuvo inactivo hace entre 11.000 y 4.000 años, o Yellowstone, que tuvo su último flujo de lava hace unos 70.000 años.
Es una oportunidad económica
Los científicos descartan, por ahora, que el Uturuncu pueda erupcionar, «aunque algunos volcanes vecinos puede que lo hagan», alerta Pritchard.
Asimismo, los científicos parecen estar interesados en la posible formación de minerales derivadas de la actividad volcánica, como el cobre, algo que podría dejar una ganancia económica.
«Todavía hay procesos en marcha. Y los procesos en el Uturuncu son particularmente interesantes porque nos hablan de los líquidos y los gases que se mueven por allí y que podrían convertirse, o quizá incluso lo sean hoy, en una reserva de minerales que podrían ser útiles para la tecnología», agrega el experto.
«Aunque no nos preocupe realmente que este volcán en concreto entre en erupción en los próximos años, podemos ver en tiempo real los procesos para que esto ocurra. Claramente, hay actividad subterránea que puede ser incluso, en algún momento, económicamente útil», subraya Pritchard.
Editado por Jose Urrejola, con información de Science Alert, Universidad de Oxford, Universidad de Cornell, IFLScience y PNAS.
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