Espectáculo
Cómo conseguir la plenitud

¿Qué significa tener una buena vida? No es una pregunta nueva. Durante siglos, personas de todo el mundo han tratado de encontrar la respuesta.
Pero ahora, un grupo de expertos de universidades como Harvard, Baylor y Regent decidió ir más allá de la teoría: encuestaron a más de 200,000 personas en 22 países para saber qué nos hace realmente florecer.
Este gran estudio, llamado Estudio Global del Florecimiento, busca entender cómo viven las personas, qué las hace felices, cómo es su salud, sus relaciones, su situación económica y si sienten que su vida tiene un propósito. No se trata solo de sentirse bien, sino de sentirse completo.
¿Cuáles son las claves para ser feliz?
¿Qué mide este estudio?
Los investigadores analizaron seis áreas clave que, según ellos, definen una vida que florece:
- Felicidad y satisfacción: cómo se sienten las personas con su vida en general.
- Salud física y mental: si están sanas en cuerpo y mente.
- Sentido y propósito: si sienten que su vida tiene dirección.
- Carácter y valores: si tratan de hacer lo correcto, incluso en momentos difíciles.
- Relaciones cercanas: cómo se sienten con su familia y amistades.
- Estabilidad económica: si tienen lo necesario para vivir bien (comida, vivienda, dinero).
También preguntaron sobre otros temas importantes como la infancia, la espiritualidad, el trabajo, el dolor y la soledad.
Algunos hallazgos que sorprendieron
Una de las sorpresas fue que los jóvenes no están tan bien como se pensaba. A diferencia de estudios anteriores que decían que la gente era menos feliz en la mediana edad, este mostró que muchos adultos jóvenes se sienten inseguros, tristes y con poco sentido en sus vidas.
En cambio, las personas casadas o que tienen trabajo suelen sentirse más felices, seguras y con más apoyo. Otro hallazgo importante es que quienes asisten a servicios religiosos (como misas o cultos) al menos una vez por semana tienden a tener más sentido en sus vidas, mejores relaciones y mayor felicidad.
El lugar donde nacemos también influye
El estudio mostró que la gente en Indonesia, México y Filipinas reporta altos niveles de bienestar, aunque no sean países ricos. Allí, el fuerte sentido de comunidad, las creencias espirituales y los lazos familiares parecen jugar un papel importante.
Por otro lado, países con más dinero como Estados Unidos o Suecia no están en los primeros lugares. Aunque tienen buena situación económica, las personas reportan menos sentido de vida y peores relaciones personales. Tener dinero no siempre es igual a vivir bien.
En países como Japón y Turquía, los puntajes fueron bajos. En Japón, por ejemplo, el estrés laboral y la falta de relaciones cercanas parecen afectar la felicidad. En Turquía, la inestabilidad política y económica ha creado un ambiente de desconfianza y preocupación.
La infancia importa, pero no lo define todo
El estudio también encontró que las experiencias de la niñez tienen un impacto duradero, pero no determinan todo. Personas que pasaron por momentos difíciles de pequeñas (como pobreza o abuso) lograron encontrar sentido y bienestar en la adultez, especialmente en lugares como Estados Unidos y Argentina.
¿Y las diferencias entre hombres y mujeres?
En general, hombres y mujeres reportan niveles similares de bienestar. Pero hay diferencias dependiendo del país. En Japón, por ejemplo, las mujeres se sienten mejor que los hombres. En Brasil, pasa lo contrario.
¿Qué aprendemos de todo esto?
Aunque cada cultura tiene su forma de entender la felicidad y el bienestar, hay cosas que la mayoría de las personas buscan: sentirse bien, tener salud, estar rodeadas de personas que las quieren, tener un propósito y vivir con seguridad.
Este estudio es solo el comienzo. Los investigadores seguirán profundizando en los próximos años, tratando de adaptar mejor sus preguntas a cada país y entender qué significa realmente “florecer” para diferentes pueblos y culturas.