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Nubarrones sobre Szczesny

Baja el ‘hype’ alrededor de Wojciech Szczesny. El polaco, que después de las dudas iniciales había alcanzado un estado de forma ideal, confirmado en la ida de los octavos de final de la Champions ante el Benfica en Da Luz, donde hizo siete paradas y sostuvo a un equipo con diez jugadores por la expulsión de Cubarsí, ha dejado dudas razonables en los últimos partidos. El Barça ha encajado once goles en los últimos cinco. Obviamente, no todos han tenido que ver con Szczesny, pero sí es cierto que no ha tenido todas las luces encendidas como hacer un par de meses.
El polaco ha dejado dudas en los últimos partidos. Contra el Inter, igual que ante el Madrid, estuvo muy tibio en el balón parado. También está midiendo mal los centros cruzados.
Baja el ‘hype’ alrededor de Wojciech Szczesny. El polaco, que después de las dudas iniciales había alcanzado un estado de forma ideal, confirmado en la ida de los octavos de final de la Champions ante el Benfica en Da Luz, donde hizo siete paradas y sostuvo a un equipo con diez jugadores por la expulsión de Cubarsí, ha dejado dudas razonables en los últimos partidos. El Barça ha encajado once goles en los últimos cinco. Obviamente, no todos han tenido que ver con Szczesny, pero sí es cierto que no ha tenido todas las luces encendidas como hacer un par de meses.
En Dortmund, Szcesny cometió un penalti evitable en la acción de 1-0 de Guirassy. Su actuación en el córner que dio origen al 2-0, también del franco-guineano, tampoco fue brillante. En el 3-1, estaba vendido. Días antes, el Betis había marcado a la salida de un córner. En Leganés sí tuvo un par de acciones decisivas que salvaron el 0-1, pero contra el Celta volvió a estar. ‘Tek’ también está midiendo mal los centros cruzados. Así llegó el 0-1 de Borja Iglesias en el Barça-Celta. Y así pudo llegar el 3-4 este miércoles en el partido contra el Inter. Sólo un fuera de juego milimétrico de Mkhitaryan le salvó de estar en el foco. Porque en los dos goles de córner del Inter se ‘escondió’ bajo palos. El primero tenía alguna explicación. Una prolongación lejana y un escorzo brillante de Dumfries. En el segundo, sin embargo, no supo si salir o no; y se vendió. En La Cartuja, tampoco estuvo mandón en la acción del 1-2 de Tchouameni.
En general, Szczesny había dado la impresión de dominar la situación en el área a partir del mes de febrero. Sin embargo, se observa cierta involución. Es cierto que hay cómplices de la situación. Dani Olmo no supo defender a Dumfries en ninguno de sus dos goles y, en general,al equipo le ha faltado fiereza. Pero once goles encajados en los últimos cinco partidos no parecen una cosa casual. Flick debe mirárselo con tranquilidad en el despacho. El balón parado defensivo es un asunto de todos. Pero el último guardián es el portero, que tampoco gestionó bien el gol de falta directa de Mbappé el pasado sábado en la final de Copa. Szczesny estuvo dubitativo. Le dio opciones reales a Modric y Güler de tirar la falta por encima la barrera. Y, para protegerse, descuidó su palo. Por allí, hizo el 1-1. Un signo de falta de confianza.
Esta mini-crisis de Szczesny coincide con el regreso de Ter Stegen. Es difícil pensar que, a sus 35 años recién cumplidos, y llegado de un retiro, la presión vaya a poder con el ex portero de Arsenal y Juventus. Pero también es cierto que nunca había pisado unas semifinales de Champions, y que la presión en un club como el Barça es máxima. Como Flick, ‘Tek‘, a quien su entrenador le ha dado la camiseta de titular en la Champions de manera atemporal, debe estudiar en qué está fallando y ponerle remedio. Y rápido. El partido de Milán está a la vuelta de la esquina.
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