Bienestar
Por qué cultivar la gratitud es un camino directo hacia el bienestar emocional
En nuestro día a día, vivimos tan apresurados, tan en piloto automático , que tendemos a dar las cosas por sentadas. ¿Cuándo fue la última vez que detuviste el ritmo frenético de tu día para dar gracias por lo que tienes? Sentirse agradecido por algo que recibimos, conseguimos o poseemos es algo natural en el ser humano. Sin embargo, ¿comprendemos realmente el poder que tiene esta emoción en nuestras vidas? Para entender su influencia, exploraremos su origen , propósito y cómo cultivarla de manera saludable.Según psicólogos como Robert Emmons y Philip Watkins, la gratitud se desarrolla en la infancia como una respuesta a los beneficios que otros nos brindan, vinculándose a una sensación de conexión y reciprocidad . Este proceso es esencial para nuestro bienestar emocional y social, ya que fomenta una actitud positiva y fortalece las relaciones interpersonales (Watkins et al., 2003). La forma de expresar y recibir esa gratitud está profundamente influida por factores como el contexto social y la educación. Como explicó el psicólogo John Bowlby, las experiencias tempranas de vínculo y cuidado influyen mucho en cómo valoramos las acciones de los demás y a las cosas que les damos importancia (Bowlby, 1988). Asimismo, la cultura juega un papel clave. En sociedades colectivistas como India, la gratitud se refleja en actos que buscan devolver favores y mantener el equilibrio en las relaciones . En cambio, en sociedades individualistas como Estados Unidos, se valora más como una expresión de autonomía y éxito personal.Qué es la gratitudLa gratitud se ha definido de muchas maneras. Como emoción, es una sensación de agradecimiento y alegría en respuesta a haber recibido un regalo , ya sea físico o intangible, de una persona específica o como resultado de un beneficio abstracto, como sentirse afortunado por haber experimentado un determinado momento, por una situación vital presente, pasada o por el mero hecho de estar vivo (Fitzgerald, 1998; Peterson y Seligman, 2004; Emmons, 2007). Desde la psicología positiva, también se considera una fortaleza que puede entrenarse para ayudarnos a enfocarnos en lo positivo, mejorar nuestro bienestar emocional y fortalecer las conexiones sociales. Incluso en momentos difíciles, en donde todo lo vemos negro y sin solución, la gratitud puede desempeñar un papel transformador . Según Robert Emmons, en los momentos más duros también podemos encontrar razones para estar agradecidos, como el apoyo de los demás o las lecciones que aprendemos de la experiencia (Emmons & McCullough, 2003). Practicar la gratitud en tiempos difíciles no significa ignorar el sufrimiento, sino reconocer lo que podemos aún valorar en medio de la adversidad, permitiéndonos coger fuerzas para enfrentar lo que se avecina. Cultivar la gratitud implica un esfuerzo diario . Una forma de hacerlo es a través de un diario de gratitud en el que anotemos las cosas por las que estamos agradecidos cada día (Wood et al., 2010). Esto nos permite ver aunque sea un pequeño rayo de luz en los días más grises. También es fundamental expresar nuestra gratitud a los demás, ya sea mediante palabras o acciones, como escribir una carta de gratitud . Los estudios han demostrado que expresar gratitud no solo beneficia a quien la recibe, sino que también mejora nuestra propia salud mental y felicidad (Watkins et al., 2003; Algoe, 2012).Sobre la autora Ada Arteaga. Ada Arteaga Muñoz es psicóloga general sanitaria. Su formación académica se consolidó en la Universidad Complutense de Madrid, donde además del grado, completó un máster en Psicología General Sanitaria, el máster en ‘Psicología Clínica: Práctica Profesional’, así como el diploma en atención psicológica telemática inmediata. Además, es experta en mindfulness, psicología positiva y gestión emocional por el Instituto Español de Psicología Positiva (IEPP) y en La Salle Centro Universitario. Durante su trayectoria profesional, ha trabajado en evaluación e intervención con pacientes tanto de población adulta como anciana y, en los últimos años, también con población infanto-juvenil. Combina estas funciones con talleres, docencia, investigación y la intervención telemática en situaciones de riesgo suicida con población universitaria a través del servicio de Psicall de la UCM. Actualmente continúa realizando terapia con población infanto-juvenil, adulto y anciano, además de realizar talleres dirigidos a los niños. Cuenta con una formación de base cognitivo-conductual, aunque sigue formándose y mostrando interés en la incorporación en su trabajo terapéutico otro tipo de Terapias de Tercera Generación, como el mindfulness y la Terapia de Aceptación y Compromiso o la Psicología Positiva.En conclusión, cultivar la gratitud en nuestro día a día puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y, en los momentos más complejos, ayudarnos a afrontarlos con una perspectiva más amplia, enfocándonos en lo que realmente es importante para nosotros.Noticias relacionadas estandar No Cuando el éxito ajeno duele: la ciencia detrás de la envidia Jesús Matos estandar No Los abrazos calman: cuánto tiempo debe durar para notar sus beneficios Raquel AlcoleaBibliografía:Algoe, S. B. (2012). Find, remind, and bind: The functions of gratitude in everyday relationships. Social and Personality Psychology Compass, 6(6), 455–469.Bowlby, J. (1988). A Secure Base: Parent-Child Attachment and Healthy Human Development. Basic Books.Emmons, R. A., & McCullough, M. E. (2003). Counting blessings versus burdens: An experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology, 84(2), 377–389.Fitzgerald, P. (1998). The Psychology of Gratitude. Cambridge University Press.Peterson, C., & Seligman, M. E. P. (2004). Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification. Oxford University Press.Watkins, P. C., et al. (2003). Gratitude and happiness: Development of a measure of gratitude, and relationships with subjective well-being. Social Behavior and Personality: An International Journal, 31(5), 431–451.Wood, A. M., Froh, J. J., & Geraghty, A. W. A. (2010). Gratitude and well-being: A review and theoretical integration. Clinical Psychology Review, 30(7), 890–905.
En nuestro día a día, vivimos tan apresurados, tan en piloto automático , que tendemos a dar las cosas por sentadas. ¿Cuándo fue la última vez que detuviste el ritmo frenético de tu día para dar gracias por lo que tienes? Sentirse agradecido por algo que recibimos, conseguimos o poseemos es algo natural en el ser humano. Sin embargo, ¿comprendemos realmente el poder que tiene esta emoción en nuestras vidas? Para entender su influencia, exploraremos su origen , propósito y cómo cultivarla de manera saludable.Según psicólogos como Robert Emmons y Philip Watkins, la gratitud se desarrolla en la infancia como una respuesta a los beneficios que otros nos brindan, vinculándose a una sensación de conexión y reciprocidad . Este proceso es esencial para nuestro bienestar emocional y social, ya que fomenta una actitud positiva y fortalece las relaciones interpersonales (Watkins et al., 2003). La forma de expresar y recibir esa gratitud está profundamente influida por factores como el contexto social y la educación. Como explicó el psicólogo John Bowlby, las experiencias tempranas de vínculo y cuidado influyen mucho en cómo valoramos las acciones de los demás y a las cosas que les damos importancia (Bowlby, 1988). Asimismo, la cultura juega un papel clave. En sociedades colectivistas como India, la gratitud se refleja en actos que buscan devolver favores y mantener el equilibrio en las relaciones . En cambio, en sociedades individualistas como Estados Unidos, se valora más como una expresión de autonomía y éxito personal.Qué es la gratitudLa gratitud se ha definido de muchas maneras. Como emoción, es una sensación de agradecimiento y alegría en respuesta a haber recibido un regalo , ya sea físico o intangible, de una persona específica o como resultado de un beneficio abstracto, como sentirse afortunado por haber experimentado un determinado momento, por una situación vital presente, pasada o por el mero hecho de estar vivo (Fitzgerald, 1998; Peterson y Seligman, 2004; Emmons, 2007). Desde la psicología positiva, también se considera una fortaleza que puede entrenarse para ayudarnos a enfocarnos en lo positivo, mejorar nuestro bienestar emocional y fortalecer las conexiones sociales. Incluso en momentos difíciles, en donde todo lo vemos negro y sin solución, la gratitud puede desempeñar un papel transformador . Según Robert Emmons, en los momentos más duros también podemos encontrar razones para estar agradecidos, como el apoyo de los demás o las lecciones que aprendemos de la experiencia (Emmons & McCullough, 2003). Practicar la gratitud en tiempos difíciles no significa ignorar el sufrimiento, sino reconocer lo que podemos aún valorar en medio de la adversidad, permitiéndonos coger fuerzas para enfrentar lo que se avecina. Cultivar la gratitud implica un esfuerzo diario . Una forma de hacerlo es a través de un diario de gratitud en el que anotemos las cosas por las que estamos agradecidos cada día (Wood et al., 2010). Esto nos permite ver aunque sea un pequeño rayo de luz en los días más grises. También es fundamental expresar nuestra gratitud a los demás, ya sea mediante palabras o acciones, como escribir una carta de gratitud . Los estudios han demostrado que expresar gratitud no solo beneficia a quien la recibe, sino que también mejora nuestra propia salud mental y felicidad (Watkins et al., 2003; Algoe, 2012).Sobre la autora Ada Arteaga. Ada Arteaga Muñoz es psicóloga general sanitaria. Su formación académica se consolidó en la Universidad Complutense de Madrid, donde además del grado, completó un máster en Psicología General Sanitaria, el máster en ‘Psicología Clínica: Práctica Profesional’, así como el diploma en atención psicológica telemática inmediata. Además, es experta en mindfulness, psicología positiva y gestión emocional por el Instituto Español de Psicología Positiva (IEPP) y en La Salle Centro Universitario. Durante su trayectoria profesional, ha trabajado en evaluación e intervención con pacientes tanto de población adulta como anciana y, en los últimos años, también con población infanto-juvenil. Combina estas funciones con talleres, docencia, investigación y la intervención telemática en situaciones de riesgo suicida con población universitaria a través del servicio de Psicall de la UCM. Actualmente continúa realizando terapia con población infanto-juvenil, adulto y anciano, además de realizar talleres dirigidos a los niños. Cuenta con una formación de base cognitivo-conductual, aunque sigue formándose y mostrando interés en la incorporación en su trabajo terapéutico otro tipo de Terapias de Tercera Generación, como el mindfulness y la Terapia de Aceptación y Compromiso o la Psicología Positiva.En conclusión, cultivar la gratitud en nuestro día a día puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y, en los momentos más complejos, ayudarnos a afrontarlos con una perspectiva más amplia, enfocándonos en lo que realmente es importante para nosotros.Noticias relacionadas estandar No Cuando el éxito ajeno duele: la ciencia detrás de la envidia Jesús Matos estandar No Los abrazos calman: cuánto tiempo debe durar para notar sus beneficios Raquel AlcoleaBibliografía:Algoe, S. B. (2012). Find, remind, and bind: The functions of gratitude in everyday relationships. Social and Personality Psychology Compass, 6(6), 455–469.Bowlby, J. (1988). A Secure Base: Parent-Child Attachment and Healthy Human Development. Basic Books.Emmons, R. A., & McCullough, M. E. (2003). Counting blessings versus burdens: An experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology, 84(2), 377–389.Fitzgerald, P. (1998). The Psychology of Gratitude. Cambridge University Press.Peterson, C., & Seligman, M. E. P. (2004). Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification. Oxford University Press.Watkins, P. C., et al. (2003). Gratitude and happiness: Development of a measure of gratitude, and relationships with subjective well-being. Social Behavior and Personality: An International Journal, 31(5), 431–451.Wood, A. M., Froh, J. J., & Geraghty, A. W. A. (2010). Gratitude and well-being: A review and theoretical integration. Clinical Psychology Review, 30(7), 890–905.