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Agoumé, de títere a Titán
Lucien Agoumé se ha ganado un sitio fijo en el titubeante y poco creativo centro del campo sevillista. El pivote francés destaca en la recuperación y hasta se echa al equipo a la espalda a la hora de crear juego, de hecho le dio a Peque la asistencia para el primer y único gol de la era Caparrós, para el 1-1 contra el Alavés. Agoumé comienza a justificar los 4 millones de euros (por el 50 por ciento del pase) que Víctor Orta invirtió en él para convertirle, desde el Inter, en el fichaje estrella del pasado verano.
El centrocampista francés, inversión estrella de Víctor Orta el pasado verano, vivió su peor momento en Leganés. Ahora es el valor más fiable del mediocampo sevillista.
Lucien Agoumé se ha ganado un sitio fijo en el titubeante y poco creativo centro del campo sevillista. El pivote francés destaca en la recuperación y hasta se echa al equipo a la espalda a la hora de crear juego, de hecho le dio a Peque la asistencia para el primer y único gol de la era Caparrós, para el 1-1 contra el Alavés. Agoumé comienza a justificar los 4 millones de euros (por el 50 por ciento del pase) que Víctor Orta invirtió en él para convertirle, desde el Inter, en el fichaje estrella del pasado verano.
Agoumé no había convencido a casi nadie en sus meses de cesión de la pasada campaña, de los que pasó una buena parte lesionado. Pero Orta decidió que era el hombre adecuado para reforzar el eje por delante de la defensa. Los recelos se hicieron palpables durante un comienzo de Liga sin brillantez, coronado por una gran pifia a principios de noviembre precisamente ante el equipo que visita Nervión este domingo, el Leganés.
Quedaba poco para que terminara el encuentro de Butarque, con 0-0 en el marcador, cuando Lucien intentó ceder el balón a Álvaro Fernández, aquella noche portero sevillista. El pase quedó demasiado corto y Cissé se hizo con la pelota. Agoumé agarró al pepinero y cometió un penalti que, convertido por Miguel, le dio una inesperada victoria al Leganés mientras condenaba al equipo todavía entonces de García Pimienta.
Casi seis meses después, la inestable situación del Sevilla no ha cambiado, ya con un nuevo técnico (Joaquín Caparrós) a los mandos. Pero Agoumé sí ha conseguido darle la vuelta a las críticas. Hace solo unas semanas, el francés reconocía que lo había “pasado mal”. Y ahora mismo se encuentra por delante de todos como fijo en el mediocampo blanquirrojo y, a los 23 años, parece crecer a medida que transcurren los partidos. Ha mutado de títere a casi Titán.
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