Ciencia & Tecnología
¿Estaba el jardín del Edén debajo de la gran pirámide de Guiza?
Una controvertida teoría de un ingeniero desafía siglos de tradición bíblica al situar el mítico jardín del Edén bajo la gran pirámide de Guiza, basándose en antiguos mapas y patrones de luz que forman un «árbol».
Una controvertida teoría de un ingeniero desafía siglos de tradición bíblica al situar el mítico jardín del Edén bajo la gran pirámide de Guiza, basándose en antiguos mapas y patrones de luz que forman un «árbol».
Durante siglos, la mayoría de los expertos situaron el jardín del Edén –ese paraíso perdido del Génesis– en algún punto de Mesopotamia, allí donde confluyen el Tigris y el Éufrates, en el actual Irak. Esta interpretación se ha basado principalmente en la descripción del Génesis 2:8-14, que habla de un único río que se ramifica en cuatro corrientes distintas: Pishon, Gihon, Tigris y Éufrates.
La gran pirámide: ¿nuevo candidato para el jardín del Edén?
Ahora, una nueva y controvertida teoría del ingeniero informático Konstantin Borisov, recién publicada en Archaeological Discovery, pretende mover ese paraíso bíblico unos 1.500 kilómetros al oeste: en Egipto, justo bajo la gran pirámide de Guiza. Esta hipótesis, que como señalan algunos medios se apoya más en vínculos especulativos e interpretaciones simbólicas que en pruebas empíricas, ha encendido un debate que mezcla mapas antiguos, textos sagrados y simulaciones por ordenador.
En concreto, la teoría de Borisov se fundamenta en el análisis de un mapa que data aproximadamente del año 500 a.C., donde aparecen cuatro grandes ríos –el Nilo, el Tigris, el Éufrates y el Indo– que nacen en lo que las civilizaciones antiguas percibían como un «Oceanus» circundante. En su estudio, Borisov sugiere que el río bíblico Gihon correspondería al Nilo, una conexión, según Borisov, respaldada por los escritos del historiador Flavio Josefo.
«Examinando el mapa de reconstrucción del mappa mundi de Hecataeus de alrededor del año 500 a.C., resulta evidente que los únicos cuatro ríos que emergen del Oceanus circundante son el Nilo, el Tigris, el Éufrates y el Indo», escribió Borisov en su estudio.
Para fortalecer su teoría, el investigador analiza también el mapamundi de Hereford, un destacado mapa del siglo XIII que sitúa el «Paraíso» cerca de este río circundante, Oceanus. La integración de estos análisis geográficos con el simbolismo mitológico hace, según Borisov, que Egipto sea un candidato más convincente para la ubicación del Edén que Mesopotamia.
El árbol de la vida y la gran pirámide: conexiones simbólicas
Quizás el aspecto más sorprendente de la hipótesis es la conexión que establece entre la gran pirámide de Guiza y el árbol de la vida bíblico. Borisov sugiere que los patrones de luz observados en la Cámara del Rey de la pirámide se asemejan notablemente al resplandor de un árbol.
«No se puede pasar por alto que las partículas cargadas de esta simulación están dispuestas de tal forma que crean varias ramas paralelas que se extienden hacia fuera desde la línea central, creando una representación similar a un árbol», escribió Borisov, aludiendo a simulaciones por ordenador de 2012 que muestran cómo las partículas cargadas dentro de la cámara forman patrones en forma de rama.
La teoría propone así que el propio árbol de la vida no es otra cosa que la gran pirámide de Guiza. «En las culturas antiguas, egipcia, acadia, asiria, babilónica, india, persa, china y griega, existía el concepto de la montaña sagrada del mundo sobre la que se creía que estaba situado el árbol de la vida», explica en su estudio.
Interpretaciones del Edén: entre ciencia y pseudociencia
Esta teoría, aunque fascinante, ha sido recibida como era de esperar con una mezcla de curiosidad y escepticismo por los medios. Y es que muchas de las ideas en las que se basa el estudio, como la «alineación prehistórica de las maravillas del mundo», priorizan las conexiones simbólicas y las hipótesis interpretativas por encima de los datos concretos.
Por esta razón, conjeturas de este tipo son vistas como pseudocientíficas por la mayoría de los arqueólogos académicos. Como señala IFL Science, citando a Carl Sagan, «las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias». Así que, con un alto grado de certeza, no hay por qué entusiasmarse demasiado con la nueva hipótesis.
Y no es la primera vez que se intenta localizarlo. Como resume Arkeonews, el jardín del Edén ha sido objeto de búsqueda durante siglos, con ubicaciones propuestas tan diversas como Irán (sugerida por el arqueólogo inglés David Rohl), Israel (vinculada al río Jordán), e incluso lugares tan inesperados como Florida y Mongolia. La fe mormona incluso sitúa el Edén en el condado de Jackson, Misuri.
Ya sea un lugar geográfico literal o un poderoso mito, la búsqueda del «paraíso original de la humanidad» continúa inspirando nuevas exploraciones e interpretaciones de nuestro pasado antiguo, demostrando que la fascinación por el jardín del Edén permanece tan vigente como siempre.
Editado por Felipe Espinosa Wang con información de Archaeological Discovery, Arkeonews, IFL Scicence y The Jerusalem Post.
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