Ciencia & Tecnología
¿Habemus Planeta Nueve? Astrónomos detectan posible coloso oculto a 700 veces la distancia Tierra-Sol

Un gigante helado más masivo que Neptuno, orbitando silenciosamente a 105.000 millones de kilómetros del Sol, podría haber dejado su huella en observaciones infrarrojas separadas por 23 años.
Un gigante helado más masivo que Neptuno, orbitando silenciosamente a 105.000 millones de kilómetros del Sol, podría haber dejado su huella en observaciones infrarrojas separadas por 23 años.
Una pregunta que agita a la comunidad astronómica resurge con fuerza: ¿existe un noveno planeta en nuestro sistema solar? El llamado Planeta Nueve –nombre provisional asignado a un hipotético gigante helado– podría orbitar silenciosamente más allá de Neptuno, en las regiones más remotas de nuestra vecindad cósmica.
Durante décadas, la posibilidad de descubrir un planeta adicional oculto en estas vastas lejanías ha cautivado tanto la imaginación científica como la del público general, convirtiendo esta búsqueda en una de las más fascinantes de la astronomía moderna.
Ahora, un equipo internacional de investigadores podría haber encontrado el candidato más sólido hasta la fecha para ser el elusivo Planeta Nueve, un mundo que, de confirmarse, sería más masivo que Neptuno y se encontraría a una distancia asombrosa: unas 700 veces más lejos del Sol que la Tierra.
El descubrimiento, que será publicado en Publications of the Astronomical Society of Australia, surge de una ingeniosa comparación de dos estudios del cielo en el infrarrojo lejano realizados con 23 años de diferencia.
En concreto, el equipo, liderado por el astrónomo Terry Long Phan de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán, analizó datos del Satélite de Astronomía Infrarroja (IRAS), lanzado en 1983, y AKARI, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial que operó entre 2006 y 2011, buscando objetos que mostraran el sutil movimiento esperado para un planeta tan distante.
Comparación de datos infrarrojos con 23 años de diferencia
La técnica empleada aprovecha precisamente esa separación temporal para detectar el movimiento orbital esperado del Planeta Nueve, estimado en aproximadamente 3 minutos de arco por año, de acuerdo con Universe Today. Tras un riguroso proceso de selección entre 13 pares candidatos, el equipo identificó un objeto que aparece en una posición en los datos de IRAS de 1983, pero que 23 años después se había desplazado 47,4 minutos de arco, según detalla Space.com.
Las estimaciones basadas en el brillo del objeto en ambos sondeos sugieren algo sorprendente: si este candidato es realmente el Planeta Nueve, sería más masivo que Neptuno y se encontraría a unas 700 veces la distancia Tierra-Sol (700 unidades astronómicas). Esto equivale a unos impresionantes 105.000 millones de kilómetros del Sol, según los cálculos de Space.com.
Para poner esta distancia en perspectiva, Neptuno, el planeta más exterior reconocido oficialmente, orbita a «apenas» 30 unidades astronómicas. A semejante lejanía, no es de extrañar que el objeto haya eludido la detección directa durante tanto tiempo.
«Es bastante sorprendente pensar que algo tan grande como Neptuno pueda estar ahí fuera sin que nadie se haya dado cuenta», comentó a Science el astrónomo Gary Bernstein, de la Universidad de Pensilvania, quien no participó en el estudio. «Pero si lo pones lo suficientemente lejos, se vuelve más y más tenue muy rápidamente».
Hipótesis del Planeta Nueve: anomalías en el Cinturón de Kuiper
La búsqueda del Planeta Nueve no es un capricho científico. Tras la degradación de Plutón en 2006, su existencia fue propuesta formalmente en 2016 por los astrónomos Michael Brown y Konstantin Batygin del Instituto de Tecnología de California (Caltech) para explicar un fenómeno intrigante: el inusual agrupamiento orbital de varios objetos transneptunianos en el Cinturón de Kuiper, incluyendo el planeta enano Sedna.
Esta hipótesis sugiere que un planeta masivo invisible estaría ejerciendo su influencia gravitatoria sobre estos cuerpos. Según los investigadores, este planeta podría tardar unos 10.000 años en completar una órbita alrededor del Sol.
Esta no es la primera vez que se encuentra una pista similar en estos datos antiguos. En 2021, otro astrónomo, Michael Rowan-Robinson, detectó algo prometedor en los archivos del IRAS, pero su señal no fue confirmada por otros telescopios. Esta vez, el hecho de que el objeto haya sido captado tanto por IRAS como por AKARI da al nuevo candidato un peso adicional.
Es importante destacar que el Planeta Nueve no debe confundirse con el antiguo concepto del «Planeta X», que se propuso para explicar supuestas regularidades en las extinciones masivas terrestres que finalmente no resistieron el escrutinio científico, como aclara Space.com.
¿Cómo llegó un planeta tan masivo a una órbita tan lejana?
Phan sugiere dos posibilidades: podría haberse formado más cerca del Sol y haber sido expulsado por interacciones gravitatorias con otros planetas gigantes, o, aún más intrigante, podría ser un «planeta rebelde» capturado por nuestro sistema solar en sus primeras etapas.
La confirmación del hallazgo requerirá observaciones adicionales. «Una vez que conozcamos la posición del candidato, una exposición más larga con los grandes telescopios ópticos actuales podrá detectarlo», explicó Phan a Space.com.
El equipo sugiere utilizar la Cámara de Energía Oscura del telescopio Blanco en Chile, que cuenta con un campo de visión de tres grados cuadrados, ideal para la búsqueda.
Como es de esperar en este tipo de estudios, la comunidad científica mantiene un cauteloso optimismo. Las señales detectadas son extremadamente débiles y, como señala la astrónoma Samantha Lawler de la Universidad de Regina a Science, «sería realmente genial que hubiera algún tipo de patrón allí, pero no estoy convencida, con los datos actuales, de que no se pueda optar por la explicación más simple».
El futuro cercano promete respuestas más definitivas. Con el inminente inicio de operaciones del Observatorio Vera C. Rubin en Chile y el lanzamiento del Telescopio Espacial Nancy Grace Roman, si el Planeta Nueve existe, sus días de anonimato podrían estar contados.
Editado por Felipe Espinosa Wang con información de Space.com, Universe Today y Science.
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