Tenis
La escuela Nadal vuelve a una final en Madrid

Rafa Nadal jugó su última final en el Madrid Open en 2017, cuando atrapó su quinto título en el torneo. Ocho años después, con el balear ya retirado, su estilo, su escuela, una especie de su reencarnación sobre tierra, volverá a pisar el partido por el título en la Caja Mágica. Casper Ruud, de 26 años y 15º del ranking mundial, superó a Francisco Cerúndolo, 26 y 21º, por 6-4 y 7-5 en 1h54 para meterse por primera vez en la final del Masters 1.000 madrileño, la cual jugará el domingo ante el ganador del duelo entre Jack Draper y Lorenzo Musetti de esta noche (20:00, M+ y TDP). El noruego, con un tenis que recordó al de su ídolo y amigo español sobre polvo de ladrillo, todavía no ha cedido un solo set en la edición, y este viernes pudo desactivar al argentino, que atravesaba un dulce momento.
Ruud, que no ha cedido un set en la presente edición, alcanza su primera final en el Madrid Open tras superar a Cerúndolo. Espera a Draper o Musetti.
Rafa Nadal jugó su última final en el Madrid Open en 2017, cuando atrapó su quinto título en el torneo. Ocho años después, con el balear ya retirado, su estilo, su escuela, una especie de su reencarnación sobre tierra, volverá a pisar el partido por el título en la Caja Mágica.Casper Ruud, de 26 años y 15º del ranking mundial, superó a Francisco Cerúndolo, 26 y 21º, por 6-4 y 7-5 en 1h54 para meterse por primera vez en la final del Masters 1.000 madrileño, la cual jugará el domingo ante el ganador del duelo entre Jack Draper y Lorenzo Musetti de esta noche (20:00, M+ y TDP). El noruego, con un tenis que recordó al de su ídolo y amigo español sobre polvo de ladrillo, todavía no ha cedido un solo set en la edición, y este viernes pudo desactivar al argentino, que atravesaba un dulce momento.
Con una bola muy pesada, sobre todo con la derecha, y una defensa aguerrida, Ruud, alumno de la Rafa Nadal Academy manacorí desde 2018, planteó una semifinal muy ‘Nadaliana’. Fue Cerúndolo, por segunda vez en su vida en la penúltima ronda de un Masters 1.000, quien propuso más y se lanzó al ataque, pero 27 errores no forzados, muchos de ellos en puntos clave, lastraron al bonaerense, que con un triunfo habría superado a Carlos Alcaraz y Alex de Miñaur y se habría colocado como el tenista en solitario con más victorias en la presente temporada (los tres llevan 24). Ruud, por su parte, aspira ahora a conquistar el primer Masters 1.000 de su carrera, y el triunfo de este viernes le garantiza regresar al top-10 mundial el próximo lunes.
Es tan solo la segunda final de Masters 1.000 sobre tierra que disputará el de Oslo (perdió el año pasado en Montecarlo ante Tsitsipas), y la tercera en general en la categoría de oro de la ATP (también cayó en Miami 2022 contra Alcaraz). Ruud, desde 2020, es el principal dominador del circuito en tierra batida: nadie suma más victorias (124), más finales (17) y más títulos (11) que él, que tan solo ha disputado siete duelos por el título en otras superficies. Es, de hecho, el primer tenista nacido en la década de los 90 que jugará una final de Masters 1.000 este año: Alcaraz, Draper, Mensik, Musetti y Rune nacieron en los 2000, y Djokovic en los 80.
Se sobrepuso Ruud a unos problemas de espalda que, con tan solo tres juegos de semifinal, forzaron la presencia del fisio para atender al nórdico, y enseguida recibió un break. “No estaba seguro de poder acabar el partido. Sentí algo en las costillas durante el entrenamiento. Solo unos momentos antes de salir. Me molestaba en cada tiro, sobre todo en el saque. Tuve un tratamiento rápido, porque tampoco se podía hacer mucho en tres minutos, por supuesto lo miraré mejor ahora. Tomé un par de aspirinas, que no es lo ideal. En una situación así, fui capaz de tratar de ir juego a juego, y me fui sintiendo mejor hasta que el partido estuvo hecho. Espero que no sea nada muy malo. Es algo que te molesta en un partido así. No fue el inicio ideal, pero lo gestioné para mantenerme firme y jugar un buen tenis cuando tuve que hacerlo”, analizó Ruud, que enseguida devolvió el quiebre y, rompiendo en el último juego del primer set, tomó la delantera.
También empezó por delante Cerúndolo en la segunda manga, pero de nuevo la ventaja le duró un abrir y cerrar de ojos. Le faltó acierto al argentino, que sigue sin llegar a una final de Masters 1.000. Ruud esperó pacientemente y fueron llegando las equivocaciones de su rival. Apenas necesitó 17 ganadores el noruego para paliar los 28 que conectó el argentino, que de nuevo en el segundo set falló cuando sacaba para forzar en el tie-break. “En el circuito tienes que sufrir cada semana, con dolores menores, fatiga o estrés. Pero amo lo que hago y eso me hace seguir y mantener la motivación cada día. Son cosas, y siento decirlo, que los aficionados no saben, porque no tienen toda la información. Algo que te quedas para ti, especialmente cuando llegas con cierto dolor que tienes que manejar, que es probablemente más de lo que ellos han oído”, sentenció el finalista en Madrid.
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