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¿Qué significa que el partido Alternativa para Alemania sea clasificado de extrema derecha?

Los servicios de inteligencia internos consideran que el partido tiene un «concepto del pueblo alemán basado en la ascendencia étnica». El AfD dice que se trata de una campaña con motivaciones políticas.
El partido Alternativa para Alemania (AfD) fue clasificado este viernes (2.05.2025) como un«caso seguro de extremismo de derecha” en toda Alemania por el servicio de inteligencia Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán).
Hasta el momento, esa clasificación solo regía para el partido en tres estados federados: en Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt. A nivel nacional, AfD era clasificado desde marzo de 2021 como un caso sospechoso de extremismo de derecha. Para vigilar a dicho partido, los servicios secretos internos podían utilizar recursos de inteligencia como informantes, vigilancia y evaluación de fuentes públicas y no públicas.
Según las autoridades de la BfV, con sede en Colonia, estas observaciones confirman la sospecha de que el partido lleva a cabo actividades anticonstitucionales.
«Definición étnica del pueblo alemán”
El motivo de esta clasificación es el «carácter extremista de todo el partido, que desprecia la dignidad humana». El organismo de inteligencia ha examinado, entre otras cosas, las declaraciones de AfD durante la campaña electoral federal y antes de tres elecciones regionales celebradas en el Este de Alemania. Las conexiones entre los políticos de AfD y actores y grupos extremistas de derecha también jugaron un papel central en la investigación, que duró tres años.
La BfV dictamina ahora: «La concepción predominante de pueblo por parte del partido, basada en la etnia y la ascendencia, es incompatible con el orden fundamental, libre y democrático. En concreto, por ejemplo, la AfD no considera a los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países predominantemente musulmanes como miembros iguales del pueblo alemán, definido étnicamente por ese partido». Sin embargo, no se ha publicado el informe completo en el cual se basa la clasificación.
Con esta actualización se reducen aún más los obstáculos legales para la vigilancia de AfD por parte de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.
AfD: La clasificación tiene motivaciones políticas
Por su parte, la AfD considera que la decisión tiene motivaciones políticas. El vicepresidente del partido, Stephan Brandner, declaró al diario alemán Rheinische Post: «Esta decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, sujeta a instrucciones, es un completo disparate en cuanto a su contenido, no tiene nada que ver con el orden público y es puramente política en la lucha de los partidos del cártel contra el AfD».
La ministra del Interior en funciones, Nancy Faeser (del partido socialdemócrata, SPD), refutó la acusación de que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, dependiente del Ministerio del Interior, había actuado siguiendo sus instrucciones. «No hubo ninguna influencia política en el nuevo informe», explicó Faeser. En cualquier caso, el informe coincide con la propia valoración de Faeser sobre la AfD: «Su actitud nacionalista se refleja en declaraciones racistas, especialmente contra los inmigrantes y los musulmanes», explicó la ministra del Interior, a quien sólo le quedan unos días en el cargo antes de que tome posesión el nuevo Gobierno alemán de coalición.
Una indirecta contra Friedrich Merz
Como era de esperar, los políticos de otros partidos acogieron con satisfacción el informe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Marie-Agnes Strack-Zimmermann, del Partido Demócrata Liberal (FDP), por ejemplo, declaró a la agencia DPA: «La AfD no es simplemente un partido de protesta, sino un movimiento de extrema derecha que pretende destruir nuestro orden fundamental, libre y democrático”. Los demás partidos no deben cooperar con la AfD, subrayó.
Es posible que eso último lo haya dicho a modo de indirecta hacia el futuro canciller, Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), y el futuro líder del grupo parlamentario del bloque conservador CDU/CSU, Jens Spahn. Merz aceptó recientemente de manera deliberada los votos de la AfD en una votación en el Bundestag. Y Spahn se ha pronunciado a favor de que en el Bundestag se trate a la AfD como a cualquier otra fracción de la oposición. Esto significaría, por ejemplo, que el partido tendría los puestos habituales en el Parlamento alemán, como la presidencia de comisiones y representación en la presidencia del Bundestag. Hasta ahora, los demás grupos parlamentarios han conseguido impedirlo.
AfD es el partido más fuerte, según algunas encuestas
La AfD ya ha anunciado que emprenderá acciones legales contra esta clasificación que le atribuye «afanes confirmados de extremismo de derecha». «El partido seguirá defendiéndose legalmente contra estas difamaciones que ponen en peligro la democracia», afirmaron los copresidentes Alice Weidel y Tino Chrupalla. A su juicio, la decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución es «un duro golpe para la democracia alemana».
Otra cuestión es qué implicaciones políticas tendrá la evaluación de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. En las elecciones federales del 23 de febrero, la AfD consiguió un claro avance y obtuvo el 20,8 por ciento de los votos, convirtiéndose en el segundo grupo parlamentario más fuerte después de la unión conservadora CDU/CSU. Será, en consecuencia, el mayor partido de oposición al próximo gobierno de coalición entre la CDU/CSU y el SPD. En sondeos recientes, el apoyo a la AfD ha aumentado aún más. En algunas encuestas, aparece al mismo nivel, o incluso por delante de la CDU.
El canciller Scholz advierte contra una solicitud de prohibición precipitada
Numerosos políticos que querrían prohibir la AfD ven confirmadas sus opiniones en el informe. Lo mismo opina Marco Wanderwitz, de la CDU. Fue el iniciador de una moción de un grupo multipartidario en el Bundestag, que fue apoyada por más de 120 parlamentarios, pero que no llegó a someterse a una votación final en el anterior Parlamento alemán. En ella, se pedía al Bundestag que solicitara al Tribunal Constitucional la prohibición del partido.
Sin embargo, durante mucho tiempo ha habido resistencia a una propuesta de prohibición. Varios políticos, abogados constitucionalistas y politólogos han argumentado que una prohibición sería jurídicamente difícil de lograr y otorgaría a la AfD un papel de mártir que la beneficiaría. Además, consideran que los demás partidos deberían luchar políticamente contra la AfD y no intentar eliminar al competidor político por medios judiciales.
El canciller en funciones, Olaf Scholz, también volvió a advertir sobre una solicitud de prohibición: «Creo que esto es algo que no se puede hacer de forma precipitada», dijo Scholz en el Congreso de la Iglesia Protestante, en Hannover. El Tribunal Constitucional Federal ha rechazado todas las solicitudes recientes de prohibición, subrayó. «Estoy en contra de una decisión apresurada y por eso no diré que así es como debemos hacerlo», agregó Scholz.
La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, destacó que la clasificación de AfD como claramente extremista de derecha por parte de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, y un posible procedimiento de prohibición, son dos cosas completamente independientes. En un procedimiento de prohibición de partidos, existen «obstáculos constitucionales muy altos, por buenas razones». «Esto no debe descartarse, pero hay que seguir manejándolo con mucho cuidado», destacó.
(cp/ers)
Los servicios de inteligencia internos consideran que el partido tiene un «concepto del pueblo alemán basado en la ascendencia étnica». El AfD dice que se trata de una campaña con motivaciones políticas.