Tenis
Ruud: “La vida del tenista es como la rueda de un hámster”

El tenista noruego Casper Ruud quiso sacar a relucir durante la rueda de prensa posterior a su victoria ante Daniil Medvedev en los cuartos de final del Madrid Open uno de los problemas que más afectan al tenis en la actualidad: la fatiga de los tenistas cada temporada ante la gran cantidad de partidos que deben disputar.
El tenista noruego analizó los problemas que ha sufrido en los últimos meses ante la saturación de partidos. “Jugamos 28 o 29 semanas obligatorias al año”.
El tenista noruego Casper Ruud quiso sacar a relucir durante la rueda de prensa posterior a su victoria ante Daniil Medvedev en los cuartos de final del Madrid Open: la fatiga de los tenistas cada temporada ante la gran cantidad de partidos que deben disputar.
Un Ruud que admitió que pasó problemas mentales en los últimos meses y que aconsejó que todos aquellos que estén en su situación no duden en pedir ayuda, ya que él reconoce que le ha servido de mucho. “No quiero entrar en detalles porque he tenido problemas mentales este año. Pero he buscado ayuda y me ha funcionado de maravilla, noté una reacción rápida y me siento mejor. Me ha ayudado mucho tener a alguien con quien hablar sobre ciertas cosas. La vida del tenista es una vida difícil en muchos sentidos, con muchos días de viaje, y llega un momento en que sientes que es demasiado. Pero busqué ayuda y ha funcionado, y ahora siento más alegría y me despierto cada día con una sonrisa. Me alegro haber sido sincero conmigo mismo y darme cuenta de que necesitaba ayuda y que diese resultado rápidamente. Si luchas contra algo técnico de tu juego, no es fácil encontrar una respuesta a ello, ya que puede llevar semanas o meses sentirte mejor en la pista. Pero mentalmente me siento mejor que la semana pasada y que las dos o tres semanas anteriores”.
El noruego no dudó en comparar la situación que vivió como la de un hámster rodando en su rueda dentro de la jaula. “En esta vida tienes que ser honesto contigo mismo cuando algo no funciona y cuando necesitas cambiar algo para mejorar y encontrar lo que buscas. Aun sintiéndome bien puedo aspirar a ser más resistente o mejor en varias situaciones. Pero me llegué a sentir como un hámster en una rueda sin ir a ninguna parte. Y esta vida de tenista profesional es como una rueda de hámster que no se detiene salvo seis semanas en noviembre y diciembre. Pero luego regresas después de Año Nuevo o incluso el 27 o 28 de diciembre. Estás sacrificando tiempo personal y familiar, y a veces resulta difícil. Me sentía como en una rueda de hámster sin llegar a ninguna parte, como si estuviera atascado en ella y necesitaba salir un poco para ver mi camino y cómo me sentía. He vuelto a la rueda del hámster, pero con mejor mentalidad. El tenis no sólo es golpear bien la bola, también es un deporte muy mental”.
Un problema que Ruud cree que también puede tener su origen en el intenso calendario que deben afrontar los tenistas cada temporada. “Ves a todos los tenistas jugando cada semana o toda la temporada y te obliga a hacer lo mismo. Hay momentos en los que desearía que la temporada fuese más corta y tuviéramos más tiempo para descansar, pero el calendario es así. Si terminas el año entre los 30 mejores del mundo, al año siguiente tienes que jugar obligatoriamente 28 o 29 semanas. Si sumamos las dos semanas de los cuatro Grand Slam, ya son ocho semana. Y luego siete de los nueve Masters 1.000 tienen dos semanas o semana y media. Si multiplicas, siete por dos son 14. Más dos Masters 1.000 más, 16. Y las ocho semanas de Grand Slam, 24. Y luego también tenemos cinco ATP 500 que son obligatorios, así que debes jugar 29 semanas, y si no juegas, los castigos son muy severos. Hay cosas que los jugadores sentimos que es demasiado. Y también de habla mucho de los cambios en el juego y en las bolas, que siempre hay una gran discusión sobre ellas”.
Ruud también señala que el cambio en el tenis también se ha dejado notar con las pelotas con las que se juega ahora. “El otro día, hablando con un exjugador con mucha experiencia, me dijo: ‘Desde que empecé en el circuito a principios de los 2.000, mi juego funcionaba muy bien, pero en el final de mi carrera no iba tan bien. Y sentí que las pelotas cambiaron durante el COVID’. Y siento que los tenistas hacen tiros más fuertes mejor ahora que cuando empecé en el circuito antes del COVID y me sorprendían lo bien que lo hacían. Y me respondió: ‘Sentí lo mismo al final de mi carrera y creo que son las bolas’. Nunca pensé en eso, pero dijo que era más fácil golpear las bolas, que antes eran más vivas y con más rebote y ahora tienen la misma presión. Para el tema comercial está bien porque se ven más peloteos y la generación que surgió tras el COVID-19 ya está acostumbrada. Si te fijas en la mayoría de los tenistas jóvenes dominan la pelota desde ambos lados y juegan la bola con mucha agresividad. Pero creo que ha habido un cambio de ritmo, porque en tierra batida antes pensaba hacer un tiro corto y que el rival no devolvería la pelota. Ahora siento que no puedo cometer ni un pequeño error ni buscar una bola corta antes de que mi rival devuelva con toda su potencia, suba a la red o busque un golpe ganador”.
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