Espectáculo
Kim Kardashian refuerza su seguridad tras amenazas de Kanye West

Kim Kardashian ha aumentado de forma significativa las medidas de seguridad en torno a sus hijos luego de una serie de declaraciones públicas de su exesposo, el rapero Kanye West (ahora Ye), que han sido calificadas como erráticas y alarmantes por su entorno.
Según informó el medio Daily Mail, la empresaria y estrella televisiva tomó la decisión de ocultar las ubicaciones de sus hijos y contratar vigilancia las 24 horas tras los recientes arrebatos de Ye en redes sociales, donde amenazó con tomar la custodia total de los cuatro hijos que comparte con Kardashian: North (11), Saint (9), Chicago (6) y Psalm (5).
“F** all these fing n*s. I’mma go get these kids, bro”, dijo el artista en un livestream, donde también afirmó que está hablando con abogados para tomar acción legal.
“Llega un punto en el que pierdo la cabeza por no ver a mis hijos”, agregó.
Una fuente cercana a Kim, que lleva más de una década en su círculo íntimo, reveló que la celebridad ha pedido a familiares y amigos no compartir en redes sociales ninguna información que permita ubicar a los menores o identificar sus actividades.
La decisión responde al temor de que las amenazas de Ye puedan pasar a otro nivel. “Está absolutamente horrorizada. Cada vez que las cosas se ponen mal con Kanye, de alguna forma empeoran”, dijo el informante.
Custodia compartida
Tras su divorcio en 2022, la expareja acordó custodia compartida, pero el entorno de Kim señala que el comportamiento de Ye se ha vuelto cada vez más impredecible, al punto de hacer referencia pública a experiencias traumáticas, elogios a figuras como Adolf Hitler y otras declaraciones perturbadoras.
“Para Kim, esto es demasiado. Ya no se siente segura”, dijo una fuente al medio británico. El temor ha escalado a tal punto que Kardashian se ve forzada a vivir bajo una estructura de seguridad reforzada, no solo por su bienestar, sino para garantizar la protección de sus hijos.
El caso continúa atrayendo atención pública mientras se debate hasta qué punto pueden protegerse los derechos de custodia frente a conductas que, aunque no han derivado en acciones concretas, generan un clima de tensión y temor.