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Sergio Scariolo: “No vi a nadie tan dominante con 17 años como Lamine”
El trabajo de Sergio Scariolo (Brescia, 1961), seleccionador nacional, es el de entrenador de baloncesto. Y lo hace bastante bien. Ahí están sus cuatro Eurobasket entre otro ramillete de éxitos para probarlo. Pero la pasión irracional de su vida es el Inter. El pasado martes, ‘voló’ en un taxi del Palau al Estadi Olímpic Lluís Companys para ver la ida de la semifinal. Sus compromisos le impedirán estar en Milán este martes, pero recibió a AS en un hotel de Barcelona para analizar el partido con la mezcla de hincha pero, sobre todo, profundo conocedor del club interista.
Abraza al Inter desde bien pequeño y es uno de sus mejores embajadores desde su condición de celebridad de baloncesto. Hoy se comerá las uñas delante de la tele.
El trabajo de Sergio Scariolo (Brescia, 1961), seleccionador nacional, es el de entrenador de baloncesto. Y lo hace bastante bien. Ahí están sus cuatro Eurobasket entre otro ramillete de éxitos para probarlo. Pero la pasión irracional de su vida es el Inter. El pasado martes, ‘voló’ en un taxi del Palau al Estadi Olímpic Lluís Companys para ver la ida de la semifinal. Sus compromisos le impedirán estar en Milán este martes, pero recibió a AS en un hotel de Barcelona para analizar el partido con la mezcla de hincha pero, sobre todo, profundo conocedor del club interista.
¿Cómo vive un interista estos días?
Sobre todo, con preocupación por el estado de Lautaro, porque todo el mundo sabe que el Inter tiene dos excelentes delanteros pero que los sustitutos bajan mucho, mucho, el nivel. Hay dos Inter distintos. Uno, con Lautaro y Thuram. Y otro, sin ellos. Eso influye, especialmente pensando que tienes que meter un gol al menos; y, probablemente, más de uno, porque lo lógico es que el Barça marque. Es la mayor fuente de preocupación de la gente por el nivel de liderazgo que Lautaro ha adquirido en el equipo, y lo que es capaz de inspirar a los demás más allá de los goles que puede meter y los que puede dar. Es un jugador bastante altruista, capaz de encontrar al compañero abierto. No es el delantero egoísta que se la tira cuando tiene dos encima.
El Barça llegó a negociar con él, parecía un jugador que estaría de paso en el Inter y lleva 329 partidos… ¿Es su alma-mater?
Es, indudablemente, la nueva cara del equipo como se dice en la NBA. Era algo que, después de la retirada de Zanetti, faltaba. Y ahora, todo el mundo en Milán está identificado con él. Es el capitán, ha renunciado a opciones económicamente mejores, y ha abrazado el proyecto, la ciudad y el club. Definitivamente, es nuestro buque insignia.
Estuvo en Montjuïc el miércoles pasado. ¿A cuántas pulsaciones le latió el corazón?
Pues cuando más me subieron fue con el 3-4…, el falso 3-4. En ese punto, el equipo ya había subido, superado el momento difícil. Y se le veía con presencia y personalidad para aguantar el resultado. Fue un subidón. Eso sí, estaba en un palco, tengo un rol, debo comportarme… Por cierto, aprovecho para agradecer la caballerosidad del Barça, que permitió que fuese volando desde el Palau (comentaba en Movistar el Barça-Mónaco de Euroliga) y viese un partido para disfrutarlo, porque fue un auténtico espectáculo.
Llegó justo antes del 0-2 de Dumfries. ¿El 0-1 le cogió en el taxi?
Sí, con el IPad. Escuché un grito en el Palau y estaba convencido de que había marcado el Barça… Pero igual eran los franceses que se quedaron ahí… No sé, subí al taxi convencido de que íbamos perdiendo 1-0…, y sorpresa.
¿Con qué interistas comparte más confidencias?
Con amigos anónimos, digamos, de muchos sitios. La gente más conocida pueden ser Nicola Berti (excentrocampista interista), que es amigo personal mío, y Dejan Bodiroga, con el que ya hemos tenido que abortar dos intentos de ir a partidos. Igual podría surgir algo ahora…
¡Bodiroga interista! ¿De dónde viene eso?
Casi como yo. Mucha pasión… No sé si de su etapa en Milán, pero es un interista de verdad.
Siempre avisa de que usted no es un profesional del fútbol, pero sé que le gusta el análisis en todos los planos. ¿Al Barça cómo lo vio? Porque a veces parece un rodillo y otras, vulnerable…
Son dos caras de la misma moneda. Tiene un potencial ofensivo tremendo, una altura brutal en la cancha. Presiona tan arriba que es imposible que, por otro lado, no conceda alguna oportunidad. Es esa cuestión eterna de los estilos de juego, de los ritmos. En baloncesto, el concepto tiene que ver con el número de posesiones. Hay equipos que ganan 100-90, y otros que lo hacen 70-60, pero no quiere decir que sean mejores o peores. Desde luego, para el ojo y para la estética, el Barça en este momento es el equipo más bonito para un espectador neutral. Y lo refrendaron en el partido del otro día.
En Barcelona ha existido mucho debate sobre cuánto ha perdido el Barça por el factor cancha al mudarse provisionalmente a Montjuïc. Usted estuvo en aquella semifinal de 2010 en el Camp Nou, la de los aspersores, y en esta. ¿Se nota la diferencia?
Bastante distinto (risas). Y lo digo por la sensación de seguridad personal que tuve en Montjuïc; y que no tuve hace quince años… Era la vuelta, hubo mucha tensión. Fue un partido de un asedio agobiante. Creo que raramente he visto algo así en mi vida: sentirse aplastado. Y no hablo de los 20 minutos del otro día, cuando perdimos 30 metros de cancha en un momento, sino estar constantemente comprimidos en 30 metros de cancha, delante del pobre Julio César, que no sabía de dónde le venían… El del otro día fue un partido para disfrutar. Aquel de 2010 fue un partido para, realmente, sufrir y tener el corazón en la garganta 90 minutos.
¿Cree que el Inter, que llegó con dudas por las derrotas contra Bolonia, Milán y Roma, salió reforzado del partido de ida y es favorito?
El tema del favoritismo no le interesa a nadie. El Inter no es un equipo profundo de plantilla. No tiene recambios en jugadores clave. Y si juegas partidos decisivos en Liga y Copa sin Dumfries y Thuram, pagas. Y en Barcelona se vio la importancia que tenían. Es el discurso que hacía antes sobre Lautaro. Ellos dos forman parte del grupo de cuatro o cinco que cambian el equipo. En general, es una temporada en la que se están recibiendo más goles, eso es indudable. Para mí, Pavard da más seguridad que Bisseck en su posición. Veremos si recupera. Para rendir a gran nivel, el Inter necesita a todos los indispensables presentes y sanos.
Tengo curiosidad por preguntarle por Lamine. Viendo el otro día el partido, me proyectaba más casi al baloncesto que al fútbol. Parecía que le daban todos los balones como a ese jugador ‘on fire’ que lo mete todo. ¿Qué le pareció?
Lamine es un jugador de aclarado. Parece el típico jugador, superestrella de la NBA, a la que se le pone un bloqueo para que el rival tenga que cambiar y sea más fácil atacarlo. Y a partir de ahí, genera. Personalmente, estaba pensando ese día si había visto un tío tan dominante en el mundo del deporte de equipo en general, con 17 años, y no se me ocurría nadie.
Impresiona.
Además, con una madurez… Este no hace números de circo. Es un jugador con un nivel de eficacia, aparte de talento y de habilidad, como para quedarte… Ha sido una experiencia bonita disfrutar de Lamine en directo porque es una sensación distinta respecto a la tele.
Hagamos un juego. De todos los defensas del Inter que ha visto, de todas las épocas…, ¿a quién pondría con Lamine?
Si fuera un delantero centro, sería más fácil porque hay una larga trayectoria de centrales en el Inter. Pero ahí, jugando o empezando en la banda…, pues hombre, Bergomi no estaría mal porque podía jugar por ahí. Beppe Baresi (hermano del exmilanista Franco)… El pobre Dimarco el otro día lo pasó mal. Igual Carlos Augusto tiene más capacidad defensiva. No sé qué hará Inzaghi. Bastoni también estará a medio metro. Lo que está claro es que uno sólo no lo puede parar. Pero tampoco te puedes pasar de mandar gente contra Lamine porque él tiene visión de juego, y el Barça tiene jugadores muy buenos.
¿Qué partido imagina, cree que Inzaghi tocará algo?
Concuerdo con lo que dijo Guardiola de él. Ha demostrado ser un grandísimo entrenador. Me parece un excelente técnico, top 3-4 en Europa. El asunto es que tenga a todos. No creo que vaya a tocar mucho porque el Inter, cuando tiene a sus once, es un equipo de alto nivel. Ojalá se recuperen Pavard y Lautaro. Y tal vez juegue Carlos Augusto frente, tal vez, el mejor jugador del mundo en ese lado (por Lamine).
Después de la Champions que perdió hace dos años el Inter contra el City, hay gente que lo ve como la última oportunidad de una generación. ¿Lo ve así?
Hombre, hay jugadores veteranos como Acerbi, Mkhitaryan, Calhanoglu. El mismo Sommer es un portero ya veterano. Más bien, la cuestión reside en el tremendo acierto que han tenido en los últimos años respecto a una inversión inconmensurablemente más baja que los clubes top en Europa. Y ahí debes tener mucho acierto en los fichajes a coste cero, que los ha habido; acierto en los jugadores que fichas pronto para que crezcan en tu club, que medianamente también lo ha habido. No es normal que en diez años no falles en los fichajes. Llegará un momento, supongo, en el que también se equivocarán. Y entonces, la sandía no estará tan roja cuando se abra. Pero hay muchos jugadores todavía en su ‘prime’: Bastoni, Pavard, Bisseck, Lautaro, Barella, Thuram, Frattesi, Dimarco. Hay todavía un núcleo importante de jugadores en edad madura, pero no vieja.
¿Cree que pesa el hecho de que el Inter le ganase la semifinal de 2010 y, sobre todo, le eliminase de la fase de grupos hace dos años consiguiendo que se jugase a lo que quiso? ¿Puede hacer dudar al Barça?
Lo de 2010 es diferente, el segundo partido era en Barcelona, ha pasado mucho tiempo… No le veo muchas similitudes. Pero puede que lo pasó hace dos temporadas, sí. Porque la estructura del Inter era similar. El entrenador, el sistema de juego, muchos de los protagonistas… También el Barça de hoy, aunque haya avanzado, va muy en la línea de lo que siempre ha sido el Barça. Un equipo vistoso con capacidad de anotar. Y lo que hizo el Inter, la idea de atacarles con criterio y no comprimirse, funcionó entonces. También el miércoles y es lo que le va. Es un equipo que equilibra, que juega a meter goles y que, si en algo fallado en esta temporada, es que le han metido más goles de lo debido respecto a temporadas anteriores.
Volvamos al juego de antes. ¿Qué jugador histórico del Inter rescataría en su once de hoy para ayudar a pasar a la final de Múnich?
Pues alguien que pueda defender la banda derecha del Barça con energía y fuerza. Así que pon a Bergomi.
¿Le pondría una individual o una ‘zona trap’ a Lamine?
Hombre, si tienes a un jugador que puede controlarlo, ya das un paso porque limitas el volumen de ayuda que tienes que enviar y no debilitas otra zona. Pero está claro que no puedes defenderlo uno contra uno. Tiene que haber una estructura detrás preparada para doblarle y para luego recuperar cuando la suelte.
¿Qué liturgia hará para el partido? No le habrán puesto los compañeros de Movistar a comentar el Mónaco-Barça…
No me toca… (risas). Lo veré, probablemente, solo, porque estaré con mi familia cerca de Madrid pero no son muy aficionados del fútbol, y menos del Inter. Así que será un momento de estar en capilla…
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