Baloncesto
Victoria heroica, noticia amarga

Una noche heroica, una noche trágica; una noche de baloncesto feo y victoria, precisamente por eso, gigantesca. Con una buena noticia para los Warriors: ya han estado en casi todas las peleas que uno pueda imaginarse, han muerto tantas veces que va a ser muy difícil matarlos. Pero una mala, pésima, tal vez definitiva: Stephen Curry se pasó el ratito que jugó del segundo cuarto con una mano en la parte de atrás del muslo izquierdo, cojeando. Se fue (13 puntos y tres triples en 13 minutos, por cierto) a 8:19 para el descanso y ya no volvió. El diagnóstico inicial fue rápido (otro mal síntoma) y malo. Hay lesión muscular, no es solo un susto. Habrá que ver el grado, pero parece muy difícil que juegue al baloncesto durante la próxima semana. Y esta serie va a ritmo de un partido cada 48 horas hasta el quinto. En el peor caso, veremos las pruebas, puede ser una baja de varias semanas.
Victoria heroica de los Warriors contra unos Timberwolves horrendos, desaparecidos, pero lesión muscular con muy mala pinta de Stephen Curry.
Una noche heroica, una noche trágica, una noche de baloncesto feo y victoria, precisamente por eso, gigantesca. Una noche con una buena noticia para los Warriors: ya han estado en casi todas las peleas que uno pueda imaginarse, han muerto tantas veces que va a ser muy difícil matarlos. Pero una mala, pésima, tal vez definitiva: Stephen Curry se pasó el ratito que jugó del segundo cuarto con una mano en la parte de atrás del muslo izquierdo, cojeando. Se fue (13 puntos y tres triples en 13 minutos, por cierto) a 8:19 para el descanso y ya no volvió. El diagnóstico inicial fue rápido (otro mal síntoma) y malo: hay lesión muscular, no es solo un susto. Habrá que ver el grado, pero parece muy difícil que juegue al baloncesto en la próxima semana. Y esta serie va a ritmo de un partido cada 48 horas hasta el quinto. En el peor caso, veremos las pruebas, pueden ser varias semanas.
Un desastre disimulado por una victoria (88-99) increíblemente fea, increíblemente valiosa, increíblemente heroica: increíble. Los Warriors no tenían que haber ganado este partido como, seguramente, no tenían que haber ganado el séptimo en Houston menos de 48 horas antes. Juegan sin descanso desde que casi pierden un 1-3 de ventaja en primera ronda, parecían ventilados cuando no cerraron en el sexto… y están 0-1 en semifinales. Cosas de los Warriors, un equipo que se niega a morir y que va a pasar desde ahora, veremos cuánto tiempo sin Curry, el examen más difícil. Uno que no deberían aprobar de ninguna manera, pero es que es un equipo que empieza a enlazar victorias que no tendría que sumar de ninguna manera. Así que respeto, y cuidado: los Timberwolves hicieron un partido desastroso, por momentos vergonzoso. Y uno nunca sabe, en playoffs, cuándo juega con red y cuándo no. Dónde terminan las cuentas y las excusas y empiezan los ataques de nervios.
Si los Warriors quieren ser uno de esos equipos que escapan de todos los laberintos porque siempre se sacan una vida extra de sus bolsillos, estos son sus playoffs: por primera vez en la historia, las cuatro semifinales de Conferencia han comenzado con pleno de victorias visitantes. Como los Pacers ya están 0-2 en su serie contra los Cavaliers, es un 0-5 para los visitantes en segunda ronda. Y como los Warriors ganaron el séptimo en Houston, desde el domingo la NBA no ha visto victorias locales (0-6 para los visitantes). Si se trata de cosas extrañas, de cómo ha podido pasar, ahí están los Warriors: hasta que se agoten las fuerzas: zafarrancho de combate.
Steve Kerr lanzó a la pista todo lo que tenía. Probó con todo: su equipo aguantó en pie, la especialidad de la casa, un primer cuarto muy feo (20-18) y pegó después un tirón tremendo, 0-15 para abrir el segundo (10-33) y una ventaja que llegó a 23 puntos (53-76) en el tercer cuarto a pesar de que se amontonaban ya los minutos sin Curry. En vez de sentirse golpeados por el infortunio, desvanecidos, los Warriors apretaron los dientes y se conjuraron para ganar tiempo: y lo hicieron. El último cuarto fue un hermoso ejercicio de fealdad, supervivencia contra los elementos. Ataques masticados y regurgitados, defensa, rebotes, angustia y un goteo de puntos y jugadas ganadoras para contener la única acometida con fundamento de los Wolves (76-85 a seis minutos del final).
Hay que poner el foco en Draymond Green, por su (enésima) demostración defensiva y sus triples (4 en total) de la primera parte. En la aparición tras el descanso de Buddy Hield, el héroe del séptimo en Houston y un jugador (esta vez 24 puntos y 5 triples) que llevaba desde la segunda semana de regular season sin enlazar dos noches de al menos 20 puntos. En los pellizcos de competitividad cruel de viejos soldados como Gary Payton II y Kevon Looney; Y, cómo no, en la fe inagotable de Jimmy Butler: 20 puntos en 20 tiros (metió los necesarios), 11 rebotes con 7 de ataque que parecieron 700, 8 asistencias y esa dureza que parece imposible de doblar. Resistencia extrema, como la de un equipo que parecía camino del matadero y que sobrevivió a todo, incluido a lo único a lo que no debería sobrevivir: una lesión, con mala pinta, de Stephen Curry.
En el trasvase de vestuarios se acaban los halagos: los Timberwolves jugaron un partido esperpéntico que no supieron poner en un puño ni con más de dos cuartos y medio sin Curry. Contra un rival que llegaba agotado, más pequeño y con menos piernas, tocado y teóricamente hundido tras la lesión de su estrella: nada. Como si jugaran complacidos, encantados de conocerse después de cargarse a los Lakers (Anthony Edwards más que nadie) o como si creyeran que la victoria iba a llegar por inercia, de una manera u otra. Pero los playoffs no funcionan así y ya tienen esa lección si es que la necesitaban a esas alturas. El tiempo de baja de Curry, veremos, puede darles margen y la ventaja masiva de la lógica más pura. Pero en este primer partido no hicieron nada bien y dejaron un borrón horroroso en lo que por ahora estaban siendo unos playoffs felices.
Los Wolves anotaron ¡11 puntos! en el segundo cuarto y llevaban 31 al descanso (31-44). Hacía nueve años que no se veía un partido de playoffs con menos puntos en la primera parte (Pacers 34-Wizards 33 en 2016). Llevaban un 0/15 en triples, el peor dato de la historia de las eliminatorias desde que existe (1997) el play by play). Y llegaron a fallar otro más (0/16) antes de que Naz Reid anotara uno, por fin. El ala-pívot acabó con un 3/7, todos los demás con un 2/22. Si se suma el quinto partido contra los Lakers, el resultado es un 12/76 en triples para un equipo que pareció demasiado querido de sí mismo, sin ganas de esforzarse. Que perdió los duelos de energía, se volvió loco en transiciones ridículos, jugó sin ritmo ni responsabilidad y se contagió de la inoperancia y la desidia de sus referentes, un Julius Randle en su peor versión (muy mala, ya se sabe) y un Edwards que tardó más de tres cuartos en entender que ya no estaba sacando pecho por la victoria en primera ronda. Que falló sus diez primeros tiros, por fuera y por dentro, y acabó con 23 puntos que no explican del todo su desastrosa disposición. Más sus 22 tiros totales y que, algo que cuidó mucho más contra los Lakers, sus tres pérdidas por dos asistencias. Los Wolves no dominaron el rebotes, Rudy Gobert solo fue un factor en los primeros minutos y cuando hicieron lo mínimo para meterse en el partido, ya era parte. Y el goteo agónico de los Warriors los mantuvo en fuera de juego. Había habido demasiados minutos en los habrían podido si hubieran querido. Los desperdiciaron.
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37 | 12 | 4 | 3 | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 | 0/0 | 6/9 | 0/3 | 0 | 2 | 0 | |
30
Julius Randle |
30 | 18 | 3 | 1 | 2 | 6 | 3 | 0 | 0 | 10/10 | 4/8 | 0/3 | 0 | 4 | 0 | |
27
Rudy Gobert |
26 | 9 | 11 | 4 | 7 | 0 | 1 | 0 | 3 | 1/2 | 4/7 | 0/0 | 0 | 3 | 0 | |
10
Mike Conley |
21 | 0 | 1 | 0 | 1 | 5 | 0 | 1 | 0 | 0/0 | 0/3 | 0/2 | 0 | 2 | 0 | |
5
Anthony Edwards |
41 | 23 | 14 | 1 | 13 | 2 | 3 | 3 | 1 | 4/5 | 8/17 | 1/5 | 0 | 1 | 0 | |
9
Nickeil Alexander-Walker |
14 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 0/1 | 0/2 | 0 | 2 | 0 | |
22
Jaylen Clark |
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
0
Donte DiVincenzo |
32 | 7 | 3 | 1 | 2 | 4 | 4 | 1 | 0 | 0/0 | 2/4 | 1/7 | 0 | 3 | 0 | |
55
Luka Garza |
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Joe Ingles |
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Leonard Miller |
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Naz Reid |
33 | 19 | 5 | 2 | 3 | 1 | 4 | 1 | 1 | 0/0 | 5/7 | 3/7 | 0 | 4 | 0 | |
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Terrence Shannon Jr. |
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Jimmy Butler III |
41 | 20 | 11 | 7 | 4 | 8 | 1 | 2 | 0 | 4/6 | 5/12 | 2/8 | 0 | 0 | 0 | |
7
Buddy Hield |
39 | 24 | 8 | 4 | 4 | 3 | 0 | 1 | 0 | 5/5 | 2/11 | 5/8 | 0 | 0 | 0 | |
23
Draymond Green |
34 | 18 | 8 | 0 | 8 | 6 | 4 | 2 | 0 | 2/2 | 2/3 | 4/10 | 0 | 5 | 0 | |
30
Stephen Curry |
12 | 13 | 1 | 0 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0/0 | 2/3 | 3/6 | 0 | 0 | 0 | |
2
Brandin Podziemski |
29 | 3 | 8 | 0 | 8 | 3 | 2 | 0 | 0 | 0/0 | 0/2 | 1/5 | 0 | 1 | 0 | |
32
Trayce Jackson-Davis |
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
12
Braxton Key |
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
31
Kevin Knox II |
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
0
Jonathan Kuminga |
13 | 7 | 1 | 1 | 0 | 1 | 2 | 0 | 1 | 2/2 | 1/4 | 1/1 | 0 | 2 | 0 | |
5
Kevon Looney |
14 | 2 | 6 | 2 | 4 | 0 | 0 | 2 | 1 | 0/0 | 1/2 | 0/0 | 0 | 3 | 0 | |
4
Moses Moody |
8 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/3 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
0
Gary Payton II |
25 | 8 | 5 | 2 | 3 | 4 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 1/1 | 2/3 | 0 | 4 | 0 | |
21
Quinten Post |
6 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
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Gui Santos |
3 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 1 | 0 | |
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Pat Spencer |
10 | 4 | 2 | 2 | 0 | 0 | 1 | 2 | 0 | 0/0 | 2/4 | 0/0 | 0 | 2 | 0 |