Espectáculo
“Twin Peaks”, la serie que cambió la televisión para siempre

Desde su debut en abril de 1990, “Twin Peaks”, la historia del asesinato de Laura Palmer, escrita por Mark Frost y David Lynch, no solo capturó la atención de una audiencia global, sino que marcó un antes y un después en la forma de producir, escribir y consumir series de televisión.
Ahora, a 35 años de su estreno y poco después del fallecimiento de su creador David Lynch en enero de 2025, el legado de Twin Peaks sigue tan vigente como en su apogeo.
Un crimen que lo cambió todo
La premisa inicial era simple: un agente del FBI, Dale Cooper (Kyle MacLachlan), llega al pueblo ficticio de Twin Peaks para investigar el asesinato de la joven Laura Palmer, pero muy pronto quedó claro que este no era un crimen cualquiera.
El misterio no solo impulsaba la trama, sino que servía de excusa para explorar el lado oculto de cada habitante del pueblo. Con personajes excéntricos, diálogos enigmáticos y secuencias oníricas, la serie rompía todas las convenciones narrativas del momento.
David Lynch, conocido por películas como “Blue Velvet” (1986) o “Eraserhead” (1977), trasladó su lenguaje cinematográfico a la pantalla chica con total libertad. Secuencias simbólicas, ritmos lentos, música atmosférica y una extraña mezcla de terror, comedia y melodrama convirtieron a Twin Peaks en un fenómeno único.
La famosa Logia Negra, los sueños proféticos de Cooper y el espíritu maligno llamado BOB elevaron el tono de la serie a niveles metafísicos e inquietantes. La televisión, hasta entonces un medio considerado menor, se convirtió en un espacio para lo experimental.
La serie de culto que abrió camino al drama moderno
Antes de “Twin Peaks”, las series de televisión solían ser episodios autoconclusivos, sin continuidad ni profundidad. Lynch y Frost demostraron que una historia larga y compleja podía sostenerse semana tras semana, creando tensión narrativa a través de pequeños detalles.
La mitología que se escondía tras la Logia Negra, los dobles malvados y los sueños de Cooper dio pie a un nuevo tipo de serie, donde el mundo ficcional importa tanto como la historia principal.
Durante su primera temporada, “Twin Peaks” alcanzó ratings altísimos y una fiebre mundial por saber “¿Quién mató a Laura Palmer?”. Camisetas, revistas y teorías llenaban las conversaciones del público.
Sin embargo, cuando los ejecutivos de ABC forzaron a Lynch y Frost a revelar al asesino a mitad de la segunda temporada, la serie perdió parte de su misterio y, con él, buena parte de su audiencia.
Aunque se reveló quién mató a Laura Palmer, su influencia sigue siendo el corazón de “Twin Peaks”. La serie no se trataba solamente de resolver un crimen, sino de mostrar el trauma colectivo de una comunidad. La presencia del mal no tenía explicación racional, y los personajes eran tanto víctimas como cómplices.
Lynch entendía que lo verdaderamente aterrador no era lo desconocido, sino lo que se esconde bajo lo familiar. Laura no era solo una víctima: era un símbolo del dolor, del abuso y de la oscuridad que puede habitar cualquier pueblo aparentemente perfecto.
Su cancelación no impidió que «Twin Peaks» se convirtiera en una serie de culto, cuyas repeticiones, libros y DVD mantuvieron viva la llama.
La sombra de “Twin Peaks” se extiende por toda la cultura pop. Series animadas como “Gravity Falls” o “Scooby-Doo: Mystery Incorporated” rindieron homenaje a su atmósfera misteriosa. Los Simpson parodiaron escenas icónicas en múltiples episodios.
Asimismo, la serie “Psych” también rindió homenaje a “Twin Peaks” en el episodio titulado “Dual Spires”, donde recreó el ambiente surrealista del show de Lynch. El capítulo no solo incluyó numerosos guiños visuales y narrativos, sino que también contó con la participación de varios actores originales de “Twin Peaks”.
Incluso “The X.Files” tomó como base su combinación de crimen con fenómenos paranormales. El agente Cooper, el café negro, la tarta de cereza, Laura envuelta en plástico: todos son elementos que hoy forman parte del imaginario colectivo.
Una tercera temporada inesperada
En 2017, más de 25 años después de su cancelación, Lynch y Frost regresaron con “Twin Peaks: The Return”, una tercera temporada transmitida por Showtime. Lejos de ser una simple continuación, la nueva entrega fue aún más arriesgada, oscura y artística.
La crítica la elogió como una obra maestra del siglo XXI, e incluso Cahiers du Cinéma la nombró “la mejor película de la década”. Más que responder preguntas, expandió el universo y propuso nuevos enigmas, consolidando el estatus de Lynch como uno de los grandes autores de nuestro tiempo.
El impacto de David Lynch
La muerte de David Lynch en enero de 2025 marcó el fin de una era. Con una carrera que abarca más de cinco décadas, Lynch fue más que un director: fue un artista total, un visionario. “Twin Peaks” fue su proyecto más accesible y, paradójicamente, el más extraño.
Gracias a él, hoy existen series que apuestan por lo ambiguo, lo simbólico y lo arriesgado. Autores como Damon Lindelof (Lost), David Chase (The Sopranos) o Sam Esmail (Mr. Robot) deben parte de su estilo a lo que Lynch inauguró.
Un legado más vigente que nunca
Treinta y cinco años después, “Twin Peaks” sigue siendo objeto de estudio, inspiración y fascinación. La serie demostró que la televisión puede ser tan artística, compleja y perturbadora como el mejor cine.
La imagen de Laura Palmer sonriendo en su foto escolar es un recordatorio de todo lo que se ha hecho, y todo lo que aún puede hacerse, cuando se rompe con las reglas. Con la muerte de Lynch, se cierra un capítulo, pero su legado continúa creciendo.