Baloncesto
LeBron, sin rendición y sin ocaso

Decir que LeBron James ha promediado 24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias en su 22ª temporada en la NBA y con 40 años ya cumplidos parece algo más sacado de un videojuego que de la realidad. El nivel mostrado por la estrella de los Lakers está simplemente fuera de toda lógica. Inexplicable si lo adaptamos a cualquier deporte, ya sean carreras anormalmente longevas como las de Cristiano Ronald, Lionel Messi, Alejando Valverde o Roger Federer. De hecho, Novak Djokovic sería de lo poco comparable en activo del panorama mundial… y todavía no ha cumplido las 38 primaveras. Nada es comparable al poder del monarca baloncestística, cuyo inabarcable currículum le ha aupado a los cielos de su deporte, al Olimpo de los Dioses. Y su nivel en la senectud le permite, además, optar al campeonato en el futuro gracias al traspaso de Luka Doncic y seguir siendo un asiduo de los premios individuales. Unos para los que es necesario disputar 65 partidos: muchos podrían pensar que el jugador angelino, debido a su edad, no podía llegar a esa cifra. Pero ha llegado a los 70 y será incluido en los Mejores Quintetos de la temporada. Algo impensable para cualquier ser humano. Que no para el Rey de la NBA, sin rendición y sin ocaso.
El Rey sigue a un gran nivel a pesar de la temprana eliminación de los Lakers. Su futuro, en el aire mientras sigue haciendo historia.
Decir que LeBron James ha promediado 24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias en su 22ª temporada en la NBA y con 40 años ya cumplidos parece algo más sacado de un videojuego que de la realidad. El nivel mostrado por la estrella de los Lakers está simplemente fuera de toda lógica. Inexplicable si lo adaptamos a cualquier deporte, ya sean carreras anormalmente longevas como las de Cristiano Ronald, Lionel Messi, Alejando Valverde o Roger Federer. De hecho, Novak Djokovic sería de lo poco comparable en activo del panorama mundial… y todavía no ha cumplido las 38 primaveras. Nada es comparable al poder del monarca baloncestística, cuyo inabarcable currículum le ha aupado a los cielos de su deporte, al Olimpo de los Dioses. Y su nivel en la senectud le permite, además, optar al campeonato en el futuro gracias al traspaso de Luka Doncicy seguir siendo un asiduo de los premios individuales. Unos para los que es necesario disputar 65 partidos: muchos podrían pensar que el jugador angelino, debido a su edad, no podía llegar a esa cifra. Pero ha llegado a los 70 y será incluido en los Mejores Quintetos de la temporada. Algo impensable para cualquier ser humano. Que no para el Rey de la NBA, sin rendición y sin ocaso.
La eliminación de los Lakers en primera ronda de los playoffs ha provocado muchas críticas hacia Doncic, pero no afecta a la reputación de LeBron, que se ha ido a 25,4 puntos, 9 rebotes, 5,6 asistencias, 2 robos y 1,8 tapones ante los Wolves, con un 49% en tiros de campo y superando el 35% en triples. Si bien no es el de antaño (sólo faltaba), a estado a la altura de las circunstancias, peleando hasta la extenuación y yéndose a casi 41 minutos de media. Y no ha querido dar pistas sobre su futuro, amagando una vez con una retirada eternamente postergada y diciendo eso de que tiene que hablar con su familia. Eso sí, todo parece indicar que ejecutará la player option que tiene pendiente para el año que viene y que supera los 50 millones de dólares. Algo lógico si tenemos en cuenta el dinero que se está moviendo ahora la competición norteamericana. Y que será para un jugador que sigue dando el nivel y que en su carrera ha conseguido casi 500 millones de dólares solo en ganancias por sus contratos.
Por eso, sigue teniendo sentido esa pregunta del millón en el debate a la subjetividad, que se aplica también a la eterna figura de LeBron, en una discusión que parece ganada pero que muchos se esfuerzan todavía en mantener: ¿es el mejor jugador de todos los tiempos? Quizá haya que esperar a que se retire (nadie sabe cuándo ocurrirá esto) para dictar sentencia, pero los argumentos incansables para la figura de Michael Jordan son cada vez menos sostenibles. Y en la discusión todo depende de a quién le preguntes: ahí influye mucho la opinión de cada uno y que no tiene una respuesta que sea verdad o mentira. Porque todo el mundo tiene razón y ninguno la tiene en un ecosistema en el que el debate constante y permanente es el pan de cada día de una NBA que ha vivido de eso como el comer. Y mucho con eso tiene que ser LeBron, el mismo que fue vilipendiado en 2010 al cambiar los Cavaliers por los Heat y que ha conseguido voltear la opinión pública para hoy estar en lo más alto del Olimpo junto a His Airness y Kareem Abdul-Jabbar, perjudicado por los tiempos en los que jugó, en los que había mucho menos acceso televisivo y general a la mejor Liga del mundo. Y sí, es posible que ya no exista ni ese debate… Por mucho que le pese a según quién.
LeBron ha conseguido 32 partidos de 20 o más puntos este curso, 15 por encima de los 30 y 2 por encima de los 40. Sus topes han sido de 42 tantos (el 6 de febrero frente a los Warriors), de 17 rebotes (ese mismo día y en otro partido ante los Timberwolves), y de 16 asistencias (el 10 de octubre, contra los Raptors). No baja de los 10 puntos en un partido desde el 5 de enero de 2007, cuando se quedó en 8 en un partido frente a los Bucks. Y este curso ha llegado a los 50.000 entre regular season y playoffs, sin bajar además de los 25 de promedio desde que cumplió 40 años. Superando, además, a Kareem Abdul-Jabbar como el segundo jugador de la historia con más encuentros disputados. En el horizonte sólo le queda Robert Parish, con 1.611. Le separan apenas 49 partidos del legendario pívot de los Lakers, al que podría superar la temporada que viene. La que será la número 23 para él, igual que el número que lleva a la espalda, convirtiéndose en el líder en solitario de esa categoría estadística (superará a Vince Carter). Aunque ya es difícil pensar en qué dato no sale de los primeros de la historia. En asistencias, sin ir más lejos, ocupa la cuarta plaza de siempre tras John Stockton, Chris Paul y Jason Kidd. Casi nada.
¿Hay opciones de un quinto anillo?
Dentro de todo el conglomerado de emociones que pueda transmitirnos una figura eterna, es el fichaje de Luka Doncic el que ha dado un nuevo prisma a la carrera de LeBron. La estrella eslovena fue traspasada incomprensiblemente por Nico Harrison, que juntó al mayor activo de la NBA con el mercado más grande de la NBA. El Rey dio las gracias a Anthony Davis por los servicios prestados y dejó las habladurías sobre una retirada que nunca llega (a inicios de curso habló de seguir una o dos temporadas más) para juntarse con un jugador generacional que ha sido el que más camisetas ha vendido de la competición norteamericana, algo que nadie que no fueran LeBron y Stephen Curry hacían desde 2012, cuando era Kobe Bryant el que seguía sacando rédito económico a una carrera muy longeva. Pero no como la de James, casado con la eternidad, imperecedero. Y con rumores que indican que va a estirar todavía más su profesionalismo con la nueva adquisición a su lado. Y si bien ha sido Doncic el mayor protagonista desde el movimiento, su ahora compañero de faenas ha seguido protagonizando grandes hazañas, la derrota ante los Wolves ha dejado al esloveno muy señalado. Y otra vez ser habla de un futuro en el que ya veremos qué ocurre. Pero en el que probablemente siga un jugador que tiene pensado de todo menos retirarse.
Desde la llegada del esloveno y contando la noche en la que fue traspasado, en la que LeBron hizo su magia en una de las cunas del baloncesto como es el Madison (33 puntos, 11 rebotes y 12 asistencias), el Rey ha promediado 25,4 puntos, 8,3 rebotes y 7 asistencias en 27 partidos de fase regular. Los Lakers, en ese periodo de tiempo, lograron 23 victorias en 35 asaltos desde la noche en la que se revolucionó la NBA. Alcanzando las 50 victorias en regular season por primera vez desde 2020 y segunda desde 2011 (con Kobe, otra vez, en liza). Y también el tercer puesto de la Conferencia Oeste, lo que les permitió tener ventaja de campo por primera vez desde 2012, obviando el 2020, cuando la fase final se disputó en la burbuja de Orlando y por lo tanto en campo neutral por culpa de la pandemia del coronavirus. La ausencia de juego interior perjudicó a los angelinos ante Minnesota. Pero el nivel del Rey fue extraordinario: logró tres dobles-dobles consecutivos (entre el segundo y el cuarto partido) y llegó a los 38 puntos en el tercer asalto.
Si llega el anillo en el futuro o no, ese es otro tema. De momento, los Lakers tienen mucho que pensar tras la eliminación. Y todo apunta al futuro: ahí veremos si los Lakers están preparados para lograr el título o tienen que esperar. Nunca se sabe: las filtraciones sobre que el fichaje del esloveno alargará la carrera de LeBron se repitieron tras el movimiento y ahora, la situación tiene un nuevo prisma. Pero los angelinos están en tiempos de reflexión tras el patinazo. Con Luka, pero también con un LeBron que es líder en casi todo en unos playoffs en los que acumula, eso sí, un 2-12 en los últimos 14 partidos disputados: primero en puntos, cuarto en rebotes, segundo en asistencias, primero en robos y décimo en tapones. Y con recuerdos a sus grandes hazañas, que son tantas que se hace difícil recordarlas todas. Sólo falta esperar el adiós para inclinar la balanza a donde cada uno quiera, pero con la seguridad de lo histórico que es LeBron. Que lucha contra el tiempo y la lógica, esperando la victoria final. Y protagonizando una nueva historia en la que será uno de los principales protagonistas. Y el hecho incuestionable de que, con 40 años y en su 22ª temporada en la mejor Liga del mundo, sigue siendo uno de los jugadores del mundo. Y, quizá, siempre quizá, el mejor de todos los tiempos. Le pese a quien le pese.
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