Baloncesto
Davis: “El traspaso de Doncic aún duele en los Mavericks”

La eliminación de los Mavericks a manos de los Grizzlies, en el segundo tramo de un play-in del Oeste que ha resultado ser más una tortura que un premio, hace que concluya la temporada de los texanos en la NBA. De las más salvajes en cuanto a movimientos se refiere, más por calidad que por cantidad, y teniéndoles a ellos como epicentro de ello. Además se les han visto las costuras con tantas lesión que les ha sobrevenido, una especie de maldición desde que traspasaron a Doncic a los Lakers. Precisamente eso, aquel trueque y las implicaciones que sigue teniendo en la franquicia, es algo que Anthony Davis no dejó pasar al acabar el concurso en la vigente campaña.
Anthony Davis no evita el elefante en la habitación: necesitará mucho trabajo para hacer olvidar, como quiso su GM, la figura de Doncic en los Mavs.
La eliminación de los Mavericks a manos de los Grizzlies, en el segundo tramo de un play-in del Oeste que ha resultado ser más una tortura que un premio, hace que concluya la temporada de los texanos en la NBA. De las más salvajes en cuanto a movimientos se refiere, más por calidad que por cantidad, y teniéndoles a ellos como epicentro de ello. Además se les han visto las costuras con tantas lesión que les ha sobrevenido, una especie de maldición desde que traspasaron a Doncic a los Lakers. Precisamente eso, aquel trueque y las implicaciones que sigue teniendo en la franquicia, es algo que Anthony Davis no dejó pasar al acabar el concurso en la vigente campaña.
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Davis se marchó renqueante al banquillo en la pierna derecha. Regresó y sintió más dolor, un esfuerzo que no valía la pena dado el resultado. En cuanto finiquitó su actuación las cámaras enfocaron a Nico Harrison, mánager general y principal valedor de aquel traspaso, en una imagen que se hizo viral al instante. Los ecos de Doncic, al que echó porque le preocupaba el mantenimiento físico a largo plazo, resonaban en aquella mirada, en aquel pensamiento.
40 puntos, con 16/29 en tiros de campo, para ser el mejor y casi único de los Mavs en Memphis (120-106). “Estoy muy agradecido de ser capaz de jugar a este deporte, el baloncesto, agradecido a Dallas, tanto a los aficionados como a los compañeros por aceptarme y darme la bienvenida con los brazos abiertos, dada la situación”, declaró en el pospartido. “Es parte del baloncesto. No puedes controlar lo que ocurre. Así pasó con la lesión. Traté de hacer todo lo que podía por volver a la cancha y acabar la temporada, llevando al equipo a los ‘playoffs’. Eso lo aprecio”, añadió sobre esas molestias que se volvieron a manifestar.
Davis disputó un único partido después del traspaso antes de caer. Un enorme triunfo en el American Airlines Center contra el segundo mejor equipo del Oeste, los Rockets, en el que se vio la cara y la cruz de fichar al pívot unicejo. Si está sano, qué bueno es. Si está malo, cómo daña la rotación habitual. Estuvo seis semanas de baja por una distensión en la ingle, regresó a mediados de marzo. La capacidad de permanecer fuera de enfermería es su gran debe.
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En las palabras que dedicó en la noche del viernes a la prensa desplazada para vivir el play-in el jugador de Chicago, de 32 años, no eludió el elefante en la habitación. Y más después de que Luka Doncic regresara al que fue su pabellón durante más de seis años, saliera en volandas y ellos quedaran relegados en el cariño de la fanaticada. Davis aún se siente el otro, la pieza por la que se ejecutó la salida del esloveno, un instrumento. En la decisión de la franquicia de romper indiscriminadamente el vínculo con un chico joven, 25, al que se puede emplazar entre los cinco mejores actores de la NBA en la actualidad, Davis se convirtió en el vehículo.
Doncic “duele”
Es una doble vara de medir. Por un lado apuestas por el fichaje, que es de relumbrón y contrastado. Por el otro, queda la pena, además de la incomprensión, por la superestrella que se ha marchado y que tanta huella deja. “Obviamente hay muchas emociones. Sé que no van dirigidas a mí. Aquí había un chico, la ciudad le amaba, se deshicieron de él, entra un nuevo chico… Y, aunque quieran acomodarte bien y te den las gracias, aquello todavía duele. Yo sólo puedo agradecer, a la ciudad y los aficionados, por darnos la bienvenida tanto a Max [Christie] como a mí en esta situación”, se explayó acerca de este tema.
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