Max Verstappen debutó en la Fórmula 1 con 17 años, cinco meses y 15 días. Se convirtió en el ganador más jóven del Gran Circo tras vencer a los 18 el GP de España de 2016 y desde su visita a Bélgica esa misma temporada, siempre que vio la bandera a cuadros lo hizo con un denominador común: el de sumar puntos a su casillero. Durante cuatro temporadas (2021 a 2024) fue excesivamente fácil conseguirlo, gracias a un Red Bull superior junto al que se conviritó en tetracampeón del mundo. Pero también hubo ocasiones en las que el talento permitió al piloto acabar entre los diez mejores… hasta que la historia cambió en Miami.

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Por primera vez desde el GP de Bélgica 2016, el neerlandés termina una carrera de cualquier formato fuera de los puntos. “Hay que ser realistas con las limitaciones”, asegura.  

Max Verstappen debutó en la Fórmula 1 con 17 años, cinco meses y 15 días. Se convirtió en el ganador más jóven del Gran Circo tras vencer a los 18 el GP de España de 2016 y desde su visita a Bélgica esa misma temporada, siempre que vio la bandera a cuadros lo hizo con un denominador común: el de sumar puntos a su casillero. Durante cuatro temporadas (2021 a 2024) fue excesivamente fácil conseguirlo, gracias a un Red Bull superior junto al que se conviritó en tetracampeón del mundo. Pero también hubo ocasiones en las que el talento permitió al piloto acabar entre los diez mejores… hasta que la historia cambió en Miami.

Tan solo fue una carrera al esprint, pero le antecedía una sesión de libres incómoda y una clasificación que le dejaba insatisfecho. Pero por primera vez desde aquel fin de semana en Bélgica, Max volvió a acabar una carrera (de cualquier formato) fuera de los puntos. El Red Bull menos competitivo de los últimos tiempos ni siquiera correspondió a las capacidades del piloto que tenía su volante. Porque a pesar de la victoria en Japón, que realmente llegó durante la pole del sábado en un trazado en el que liderar la parrilla es sinónimo de éxito, en esta temporada el neerlandés debe “ser realista con las limitaciones que tiene (el RB21) en este momento”.

Verstappen sigue resistiendo en la general y se sitúa como el tercero en discordia, justo por detrás de un McLaren superior desde que comenzó el año. Sin embargo, la brecha con los monoplazas de Woking empieza a ser considerable y el neerlandés admite que, a pesar de su resiliencia, “no es donde quiero estar”. La posición natural de Max se encuentra en torno a la victoria. Y los 32 puntos que le separan de Oscar Piastri son incómodos, al mismo tiempo que realistas en cuando a la falta de rendimiento que presenta el RB21 frente al monoplaza papaya. Porque aunque parecía imposible, en Milton Keynes han encontrado a un rival capaz de tumbar su hegemonía.

Ante esta nueva realidad que atraviesan los energéticos en general y Verstappen en particular, el único consuelo llega a modo de vueltas perfectas por parte del neerlandés como la de Japón, o la que replicó en Miami para llevarse su tercera pole de la temporada. En seis grandes premios celebrados, el neerlandés ha logrado la mitad de las poles que se han puesto en juego y nadie ha sido tan dominador como él a una vuelta. Pero una vez se apaga el semáforo, el resultado es diferente. El paso de las vueltas no puede ocultar las debilidades de un Red Bull “con mucho subviraje” y escaso de agarre en las curvas de baja velocidad. Pero estas son las armas de Max y simplemente se remite a “sacar lo mejor de ello”.Tampoco tiene otra alternativa.

Max Verstappen debutó en la Fórmula 1 con 17 años, cinco meses y 15 días. Se convirtió en el ganador más jóven del Gran Circo tras vencer a los 18 el GP de España de 2016 y desde su visita a Bélgica esa misma temporada, siempre que vio la bandera a cuadros lo hizo con un denominador común: el de sumar puntos a su casillero. Durante cuatro temporadas (2021 a 2024) fue excesivamente fácil conseguirlo, gracias a un Red Bull superior junto al que se conviritó en tetracampeón del mundo. Pero también hubo ocasiones en las que el talento permitió al piloto acabar entre los diez mejores… hasta que la historia cambió en Miami.

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Por primera vez desde el GP de Bélgica 2016, el neerlandés termina una carrera de cualquier formato fuera de los puntos. “Hay que ser realistas con las limitaciones”, asegura.  

Max Verstappen debutó en la Fórmula 1 con 17 años, cinco meses y 15 días. Se convirtió en el ganador más jóven del Gran Circo tras vencer a los 18 el GP de España de 2016 y desde su visita a Bélgica esa misma temporada, siempre que vio la bandera a cuadros lo hizo con un denominador común: el de sumar puntos a su casillero. Durante cuatro temporadas (2021 a 2024) fue excesivamente fácil conseguirlo, gracias a un Red Bull superior junto al que se conviritó en tetracampeón del mundo. Pero también hubo ocasiones en las que el talento permitió al piloto acabar entre los diez mejores… hasta que la historia cambió en Miami.

Tan solo fue una carrera al esprint, pero le antecedía una sesión de libres incómoda y una clasificación que le dejaba insatisfecho. Pero por primera vez desde aquel fin de semana en Bélgica, Max volvió a acabar una carrera (de cualquier formato) fuera de los puntos. El Red Bull menos competitivo de los últimos tiempos ni siquiera correspondió a las capacidades del piloto que tenía su volante. Porque a pesar de la victoria en Japón, que realmente llegó durante la pole del sábado en un trazado en el que liderar la parrilla es sinónimo de éxito, en esta temporada el neerlandés debe “ser realista con las limitaciones que tiene (el RB21) en este momento”.

Verstappen sigue resistiendo en la general y se sitúa como el tercero en discordia, justo por detrás de un McLaren superior desde que comenzó el año. Sin embargo, la brecha con los monoplazas de Woking empieza a ser considerable y el neerlandés admite que, a pesar de su resiliencia, “no es donde quiero estar”. La posición natural de Max se encuentra en torno a la victoria. Y los 32 puntos que le separan de Oscar Piastri son incómodos, al mismo tiempo que realistas en cuando a la falta de rendimiento que presenta el RB21 frente al monoplaza papaya. Porque aunque parecía imposible, en Milton Keynes han encontrado a un rival capaz de tumbar su hegemonía.

Ante esta nueva realidad que atraviesan los energéticos en general y Verstappen en particular, el único consuelo llega a modo de vueltas perfectas por parte del neerlandés como la de Japón, o la que replicó en Miami para llevarse su tercera pole de la temporada. En seis grandes premios celebrados, el neerlandés ha logrado la mitad de las poles que se han puesto en juego y nadie ha sido tan dominador como él a una vuelta. Pero una vez se apaga el semáforo, el resultado es diferente. El paso de las vueltas no puede ocultar las debilidades de un Red Bull “con mucho subviraje” y escaso de agarre en las curvas de baja velocidad. Pero estas son las armas de Max y simplemente se remite a “sacar lo mejor de ello”.Tampoco tiene otra alternativa.