Baloncesto
Un 1,8% que desarma el ‘tanking’ en la NBA
La NBA ha presumido, en una condiciones similares a las del resto de grandes ligas de Estados Unidos, de gozar de un sistema compensado en el que los peores equipos de cada temporada reciben un impulso para rearmarse de cara a la siguiente. El draft, esa fuente de talento en la que los jugadores más jóvenes van a parar a los distintos equipos mediante selecciones individualizadas, es la herramienta principal. Orgullosos de ello, desde la directiva que sucedió a David Stern al frente de la competición (su delfín, Adam Silver, es el comisionado; Mark Tatum, segundo, es el representante en la lotería) se intentó reforzar esta vía, empoderándola, manteniendo su valor pero sin perder de vista que a las mejores posiciones no se debe acceder perdiendo partidos a propósito. El tanking es la otra pata de esta mesa. Sabiendo que no ganar te hace escalar en términos probabilísticos, poner coto a la miseria que puede ser la parte baja de la clasificación si no lo hay era una prioridad. Pero la perfección no existe.
El proceso de la lotería
La lotería del draft se estableció con el objetivo de evitar el mal del tanking: la configuración de una plantilla (a principios de la temporada o durante la misma) de baja calidad para quedar lo más abajo posible en la tabla y obtener, de esa forma, el primer puesto. Con este sistema no se evitaba totalmente ese procedimiento. Era un simple parche que se ha tratado de solucionar este curso al dar las mismas opciones a los tres peores conjuntos de la fase regular.
El procedimiento de la lotería es el siguiente: se introducen 14 pelotas de tenis de mesa (representan a los 14 equipos fuera de playoffs) en un bombo, numeradas del 1 al 14, para crear 1.001 posibles combinaciones. De esas 1.001 combinaciones, cada franquicia dispone de una cierta cantidad (una serie de números determinados) según su posición al finalizar el curso. Los tres últimos, por ejemplo, tiene 140 números de esas 1.001 opciones, es decir, un 14% de posibilidades de hacerse con el número 1. El cuarto (12,5) y el quinto (10,5) no muy lejos. Mientras que el catorce solo posee un 0,05% de salir con la primera posición.
Después de introducir las 14 pelotas se extraen cuatro, de cuya combinación sale el ganador del primer pick (elección). Lo mismo para el 2 y para el 3. Los siguientes ya van en orden según el récord de victorias conseguido en la fase regular. Los equipos que quedaron fuera de la lotería establecen su orden según su balance victorias-derrotas: el que mejor proporción tenga, será el último en elegir. Cualquier empate previo a la lotería se deshace a través de un sorteo.
El círculo de Rick Welts
El desde hace un tiempo CEO de Dallas Mavericks, Rick Welts, tiene una larga historia con este evento. Goza de un bagaje incalculable en este torneo (el último, ser uno de los responsables de la dinastía de los Warriors la pasada década), tanto como para ser uno de los ejecutivos de la NBA que supervisó la primera lotería del ‘draft’. En 1985 se probó esta idea por primera vez y hasta hoy. Pat Ewing fue escogido por los Knicks, posteriormente, en la primera posición, el año en el que hubo protagonismo europeo con Schrempf, Sabonis y el español Fernando Martín Espina. «Creo que estaba más nervioso entonces que aquí. Nos jugábamos mucho para que saliera bien. Pensé que sería la lotería más emocionante que jamás viviría, pero resultó que me equivoqué», dijo este lunes por la noche después del nº1 de los Mavs.
El sistema de probabilidades de la lotería del ‘draft’ en la NBA, cambiado hace años, ofrece dudas tras el nº1 de los Mavs con Flagg en el horizonte.
La NBA ha presumido, en una condiciones similares a las del resto de grandes ligas de Estados Unidos, de gozar de un sistema compensado en el que los peores equipos de cada temporada reciben un impulso para rearmarse de cara a la siguiente. El draft, esa fuente de talento en la que los jugadores más jóvenes van a parar a los distintos equipos mediante selecciones individualizadas, es la herramienta principal. Orgullosos de ello, desde la directiva que sucedió a David Stern al frente de la competición (su delfín, Adam Silver, es el comisionado; Mark Tatum, segundo, es el representante en la lotería) se intentó reforzar esta vía, empoderándola, manteniendo su valor pero sin perder de vista que a las mejores posiciones no se debe acceder perdiendo partidos a propósito. El tanking es la otra pata de esta mesa. Sabiendo que no ganar te hace escalar en términos probabilísticos, poner coto a la miseria que puede ser la parte baja de la clasificación si no lo hay era una prioridad. Pero la perfección no existe.
“El ‘tanking’ debe ser bastante estresante para un equipo”, escribía con sarcasmo Kevin Durant después de conocerse el resultado de la lotería del Draft 2025 (sorteo de las posiciones de privilegio, las catorce primeras, con porcentajes según la posición de cada equipo en la temporada; Dallas Mavericks se llevó el número uno). Él fue el 2º en 2007, por detrás de Greg Oden, elegido por unos Supersonics que desaparecieron – o se transformaron en los Thunder, según a qué lado de la historia se quiera acoger uno- el año siguiente. Un animal competitivo como él desprecia las malas artes. Y los Mavs, pudiendo haberse dejado ir en la parte final del curso ante tanta lesión en plantilla, sin Irving y Davis después del tortuoso traspaso de Doncic, han llegado a lo más alto sin la necesidad de perder. Los texanos, de hecho, disputaron dos partidos de play-in y ahí cayeron. En el orden de estaban colocados en el puesto 11 y saltaron al 1, el mayor brinco de la historia junto a Orlando en 1993 y Charlotte en 1999, diez, y la primera vez que ascienden y no al revés. La suerte no ha compensado. Al hilo de ello la periodista Rachel Nichols hace otro apunte: “Dejando a un lado el tema de Luka, el equipo que seleccionará a Flagg ya cuenta con tres futuros miembros del Salón de la Fama. El equipo que elija al segundo ya cuenta con un jugador generacional, Wemby, y el actual Novato del Año. Éste no es el camino hacia el equilibrio competitivo”. Ese 1,8% de los Mavs es para reflexionar.
Hace ahora cuarenta años se estableció un método que, mediante la fortuna de un sorteo, iba a ordenar a los catorce peores equipos, los que no accedían a las eliminatorias por el título. Así se intentaba equilibrar la balanza y potenciar a estos mismos de cara al futuro, dándoles la opción de elegir a los mejores jóvenes disponibles y gozar de mejores oportunidades unos años más tarde.
En 2019 se recalcularon los tantos por ciento de llegar a la posición más alta. Ahora los tres peores equipos gozan de la misma probabilidad, 14%, en igualdad de condiciones, por lo que no se necesitan más derrotas que los otros con los que rivalizan. De ahí hacia abajo se van colocando según el sorteo, en base al balance clasificatorio, y sin poder bajar más de cuatro posiciones. El proceso se realiza en privado con pelotas de ping-pong, está auditado por Ernst & Young y supervisado por inspectores independientes y representantes de cada equipo.
Este año ha sucedido algo que pocas veces pasa. Tenemos ejemplos de este siglo, en Chicago con Derrick Rose o en Cleveland con Andrew Wiggins, o del pasado, el de los Magic y Webber, en los que el porcentaje era aún menor. Simplemente queda en entredicho el sistema de compensación con los ojos puestos en unos Mavs que hace un año eran finalistas. Perder no te garantiza nada.
El proceso de la lotería
La lotería del draft se estableció con el objetivo de evitar el mal del tanking: la configuración de una plantilla (a principios de la temporada o durante la misma) de baja calidad para quedar lo más abajo posible en la tabla y obtener, de esa forma, el primer puesto. Con este sistema no se evitaba totalmente ese procedimiento. Era un simple parche que se ha tratado de solucionar este curso al dar las mismas opciones a los tres peores conjuntos de la fase regular.
El procedimiento de la lotería es el siguiente: se introducen 14 pelotas de tenis de mesa (representan a los 14 equipos fuera de playoffs) en un bombo, numeradas del 1 al 14, para crear 1.001 posibles combinaciones. De esas 1.001 combinaciones, cada franquicia dispone de una cierta cantidad (una serie de números determinados) según su posición al finalizar el curso. Los tres últimos, por ejemplo, tiene 140 números de esas 1.001 opciones, es decir, un 14% de posibilidades de hacerse con el número 1. El cuarto (12,5) y el quinto (10,5) no muy lejos. Mientras que el catorce solo posee un 0,05% de salir con la primera posición.
Después de introducir las 14 pelotas se extraen cuatro, de cuya combinación sale el ganador del primer pick (elección). Lo mismo para el 2 y para el 3. Los siguientes ya van en orden según el récord de victorias conseguido en la fase regular. Los equipos que quedaron fuera de la lotería establecen su orden según su balance victorias-derrotas: el que mejor proporción tenga, será el último en elegir. Cualquier empate previo a la lotería se deshace a través de un sorteo.
José Ignacio Pinilla
RELACIONADO | Toda la información de la lotería del Draft 2025
El círculo de Rick Welts
El desde hace un tiempo CEO de Dallas Mavericks, Rick Welts, tiene una larga historia con este evento. Goza de un bagaje incalculable en este torneo (el último, ser uno de los responsables de la dinastía de los Warriors la pasada década), tanto como para ser uno de los ejecutivos de la NBA que supervisó la primera lotería del ‘draft’. En 1985 se probó esta idea por primera vez y hasta hoy. Pat Ewing fue escogido por los Knicks, posteriormente, en la primera posición, el año en el que hubo protagonismo europeo con Schrempf, Sabonis y el español Fernando Martín Espina. «Creo que estaba más nervioso entonces que aquí. Nos jugábamos mucho para que saliera bien. Pensé que sería la lotería más emocionante que jamás viviría, pero resultó que me equivoqué», dijo este lunes por la noche después del nº1 de los Mavs.
Un último detalle curioso para los más cafeteros sobre aquel cambio de probabilidades en la lotería, el que ha dado esta victoria histórica a Dallas Mavericks y el denostado Nico Harrison. Cuando este asunto se sometió a votación en la Junta Directiva, la que componen los treinta gobernadores de la NBA, hubo 28 votos a favor y sólo uno en contra, el de Oklahoma City Thunder. ¿Se adivina qué franquicia se abstuvo? Eso es, Dallas Mavericks. Para que quede claro que la fortuna está en cualquier esquina.
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Un 1,8% que desarma el ‘tanking’ en la NBA
La NBA ha presumido, en una condiciones similares a las del resto de grandes ligas de Estados Unidos, de gozar de un sistema compensado en el que los peores equipos de cada temporada reciben un impulso para rearmarse de cara a la siguiente. El draft, esa fuente de talento en la que los jugadores más jóvenes van a parar a los distintos equipos mediante selecciones individualizadas, es la herramienta principal. Orgullosos de ello, desde la directiva que sucedió a David Stern al frente de la competición (su delfín, Adam Silver, es el comisionado; Mark Tatum, segundo, es el representante en la lotería) se intentó reforzar esta vía, empoderándola, manteniendo su valor pero sin perder de vista que a las mejores posiciones no se debe acceder perdiendo partidos a propósito. El tanking es la otra pata de esta mesa. Sabiendo que no ganar te hace escalar en términos probabilísticos, poner coto a la miseria que puede ser la parte baja de la clasificación si no lo hay era una prioridad. Pero la perfección no existe.
El proceso de la lotería
La lotería del draft se estableció con el objetivo de evitar el mal del tanking: la configuración de una plantilla (a principios de la temporada o durante la misma) de baja calidad para quedar lo más abajo posible en la tabla y obtener, de esa forma, el primer puesto. Con este sistema no se evitaba totalmente ese procedimiento. Era un simple parche que se ha tratado de solucionar este curso al dar las mismas opciones a los tres peores conjuntos de la fase regular.
El procedimiento de la lotería es el siguiente: se introducen 14 pelotas de tenis de mesa (representan a los 14 equipos fuera de playoffs) en un bombo, numeradas del 1 al 14, para crear 1.001 posibles combinaciones. De esas 1.001 combinaciones, cada franquicia dispone de una cierta cantidad (una serie de números determinados) según su posición al finalizar el curso. Los tres últimos, por ejemplo, tiene 140 números de esas 1.001 opciones, es decir, un 14% de posibilidades de hacerse con el número 1. El cuarto (12,5) y el quinto (10,5) no muy lejos. Mientras que el catorce solo posee un 0,05% de salir con la primera posición.
Después de introducir las 14 pelotas se extraen cuatro, de cuya combinación sale el ganador del primer pick (elección). Lo mismo para el 2 y para el 3. Los siguientes ya van en orden según el récord de victorias conseguido en la fase regular. Los equipos que quedaron fuera de la lotería establecen su orden según su balance victorias-derrotas: el que mejor proporción tenga, será el último en elegir. Cualquier empate previo a la lotería se deshace a través de un sorteo.
El círculo de Rick Welts
El desde hace un tiempo CEO de Dallas Mavericks, Rick Welts, tiene una larga historia con este evento. Goza de un bagaje incalculable en este torneo (el último, ser uno de los responsables de la dinastía de los Warriors la pasada década), tanto como para ser uno de los ejecutivos de la NBA que supervisó la primera lotería del ‘draft’. En 1985 se probó esta idea por primera vez y hasta hoy. Pat Ewing fue escogido por los Knicks, posteriormente, en la primera posición, el año en el que hubo protagonismo europeo con Schrempf, Sabonis y el español Fernando Martín Espina. «Creo que estaba más nervioso entonces que aquí. Nos jugábamos mucho para que saliera bien. Pensé que sería la lotería más emocionante que jamás viviría, pero resultó que me equivoqué», dijo este lunes por la noche después del nº1 de los Mavs.
El sistema de probabilidades de la lotería del ‘draft’ en la NBA, cambiado hace años, ofrece dudas tras el nº1 de los Mavs con Flagg en el horizonte.
La NBA ha presumido, en una condiciones similares a las del resto de grandes ligas de Estados Unidos, de gozar de un sistema compensado en el que los peores equipos de cada temporada reciben un impulso para rearmarse de cara a la siguiente. El draft, esa fuente de talento en la que los jugadores más jóvenes van a parar a los distintos equipos mediante selecciones individualizadas, es la herramienta principal. Orgullosos de ello, desde la directiva que sucedió a David Stern al frente de la competición (su delfín, Adam Silver, es el comisionado; Mark Tatum, segundo, es el representante en la lotería) se intentó reforzar esta vía, empoderándola, manteniendo su valor pero sin perder de vista que a las mejores posiciones no se debe acceder perdiendo partidos a propósito. El tanking es la otra pata de esta mesa. Sabiendo que no ganar te hace escalar en términos probabilísticos, poner coto a la miseria que puede ser la parte baja de la clasificación si no lo hay era una prioridad. Pero la perfección no existe.
“El ‘tanking’ debe ser bastante estresante para un equipo”, escribía con sarcasmo Kevin Durant después de conocerse el resultado de la lotería del Draft 2025 (sorteo de las posiciones de privilegio, las catorce primeras, con porcentajes según la posición de cada equipo en la temporada; Dallas Mavericks se llevó el número uno). Él fue el 2º en 2007, por detrás de Greg Oden, elegido por unos Supersonics que desaparecieron – o se transformaron en los Thunder, según a qué lado de la historia se quiera acoger uno- el año siguiente. Un animal competitivo como él desprecia las malas artes. Y los Mavs, pudiendo haberse dejado ir en la parte final del curso ante tanta lesión en plantilla, sin Irving y Davis después del tortuoso traspaso de Doncic, han llegado a lo más alto sin la necesidad de perder. Los texanos, de hecho, disputaron dos partidos de play-in y ahí cayeron. En el orden de estaban colocados en el puesto 11 y saltaron al 1, el mayor brinco de la historia junto a Orlando en 1993 y Charlotte en 1999, diez, y la primera vez que ascienden y no al revés. La suerte no ha compensado. Al hilo de ello la periodista Rachel Nichols hace otro apunte: “Dejando a un lado el tema de Luka, el equipo que seleccionará a Flagg ya cuenta con tres futuros miembros del Salón de la Fama. El equipo que elija al segundo ya cuenta con un jugador generacional, Wemby, y el actual Novato del Año. Éste no es el camino hacia el equilibrio competitivo”. Ese 1,8% de los Mavs es para reflexionar.
Hace ahora cuarenta años se estableció un método que, mediante la fortuna de un sorteo, iba a ordenar a los catorce peores equipos, los que no accedían a las eliminatorias por el título. Así se intentaba equilibrar la balanza y potenciar a estos mismos de cara al futuro, dándoles la opción de elegir a los mejores jóvenes disponibles y gozar de mejores oportunidades unos años más tarde.
En 2019 se recalcularon los tantos por ciento de llegar a la posición más alta. Ahora los tres peores equipos gozan de la misma probabilidad, 14%, en igualdad de condiciones, por lo que no se necesitan más derrotas que los otros con los que rivalizan. De ahí hacia abajo se van colocando según el sorteo, en base al balance clasificatorio, y sin poder bajar más de cuatro posiciones. El proceso se realiza en privado con pelotas de ping-pong, está auditado por Ernst & Young y supervisado por inspectores independientes y representantes de cada equipo.
Este año ha sucedido algo que pocas veces pasa. Tenemos ejemplos de este siglo, en Chicago con Derrick Rose o en Cleveland con Andrew Wiggins, o del pasado, el de los Magic y Webber, en los que el porcentaje era aún menor. Simplemente queda en entredicho el sistema de compensación con los ojos puestos en unos Mavs que hace un año eran finalistas. Perder no te garantiza nada.
El proceso de la lotería
La lotería del draft se estableció con el objetivo de evitar el mal del tanking: la configuración de una plantilla (a principios de la temporada o durante la misma) de baja calidad para quedar lo más abajo posible en la tabla y obtener, de esa forma, el primer puesto. Con este sistema no se evitaba totalmente ese procedimiento. Era un simple parche que se ha tratado de solucionar este curso al dar las mismas opciones a los tres peores conjuntos de la fase regular.
El procedimiento de la lotería es el siguiente: se introducen 14 pelotas de tenis de mesa (representan a los 14 equipos fuera de playoffs) en un bombo, numeradas del 1 al 14, para crear 1.001 posibles combinaciones. De esas 1.001 combinaciones, cada franquicia dispone de una cierta cantidad (una serie de números determinados) según su posición al finalizar el curso. Los tres últimos, por ejemplo, tiene 140 números de esas 1.001 opciones, es decir, un 14% de posibilidades de hacerse con el número 1. El cuarto (12,5) y el quinto (10,5) no muy lejos. Mientras que el catorce solo posee un 0,05% de salir con la primera posición.
Después de introducir las 14 pelotas se extraen cuatro, de cuya combinación sale el ganador del primer pick (elección). Lo mismo para el 2 y para el 3. Los siguientes ya van en orden según el récord de victorias conseguido en la fase regular. Los equipos que quedaron fuera de la lotería establecen su orden según su balance victorias-derrotas: el que mejor proporción tenga, será el último en elegir. Cualquier empate previo a la lotería se deshace a través de un sorteo.
José Ignacio Pinilla
RELACIONADO | Toda la información de la lotería del Draft 2025
El círculo de Rick Welts
El desde hace un tiempo CEO de Dallas Mavericks, Rick Welts, tiene una larga historia con este evento. Goza de un bagaje incalculable en este torneo (el último, ser uno de los responsables de la dinastía de los Warriors la pasada década), tanto como para ser uno de los ejecutivos de la NBA que supervisó la primera lotería del ‘draft’. En 1985 se probó esta idea por primera vez y hasta hoy. Pat Ewing fue escogido por los Knicks, posteriormente, en la primera posición, el año en el que hubo protagonismo europeo con Schrempf, Sabonis y el español Fernando Martín Espina. «Creo que estaba más nervioso entonces que aquí. Nos jugábamos mucho para que saliera bien. Pensé que sería la lotería más emocionante que jamás viviría, pero resultó que me equivoqué», dijo este lunes por la noche después del nº1 de los Mavs.
Un último detalle curioso para los más cafeteros sobre aquel cambio de probabilidades en la lotería, el que ha dado esta victoria histórica a Dallas Mavericks y el denostado Nico Harrison. Cuando este asunto se sometió a votación en la Junta Directiva, la que componen los treinta gobernadores de la NBA, hubo 28 votos a favor y sólo uno en contra, el de Oklahoma City Thunder. ¿Se adivina qué franquicia se abstuvo? Eso es, Dallas Mavericks. Para que quede claro que la fortuna está en cualquier esquina.
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