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Crisis de Ecuador interpela a Europa: «¡Ayúdennos a combatir la corrupción!»

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​Hay más de 250.000 desplazados. Seis de cada diez niñas sufren embarazos no deseados tras haber sido víctimas de violación. Ecuador está en una grave crisis humanitaria. Especialistas hablaron con DW en Bruselas.  

«A una persona que tiene una pequeña tienda le ponen una «cuota” de 500 dólares. Pero la tienda no da más que para sobrevivir. ¿Qué hace la persona? Por salvar su vida y la de los suyos cierra la tienda y se va. Sin nada”, cuenta a DW el sacerdote Euclides Carrillo, secretario ejecutivo de la pastoral social de Cáritas Ecuador. Se refiere al impuesto que los pequeños empresarios tienen que pagar al crimen organizado. «¿A esta persona la acoge la Justicia? Probablemente no”, sigue el eclesiástico de origen colombiano que vive desde hace 17 años en Ecuador.

«Pero después tampoco hay una ley nacional que lo acoja como desplazado”, agrega. La organización con la que trabaja, recibe a desplazados asumiendo funciones, que en realidad, debería asumir el Estado. En Ecuador hay más de 250.000 personas desplazadas, cifra que maneja el Foro Humanitario Europeo, en Bruselas.

¿Cómo es eso posible en un país que, hasta hace pocos años, no llamaba la atención, y que se contaba entre los de América Latina que más cuidaban el gasto social?  «Se debe a que, más allá de las cifras de muertos y de que hay poblaciones con un 40 por ciento de desnutrición infantil, el cáncer del Ecuador es la corrupción”, subraya.

Migrantes cruzando el Tapón del Darién. Provienen de Ecuador, entre otros países.Imagen: Jan Sochor/picture alliance

Una crisis que nadie ha querido ver

Presente en Bruselas en el European Humanitarian Forum, Euclides Carillo se esfuerza por visibilizar la gravísima situación de un país que aún no está en el radar internacional de las crisis humanitarias. Pero va más allá. «Necesitamos que la Unión Europea, a pesar de la actual situación mundial, exija a este tipo de gobiernos que no se dejen permear”, agrega.

¿A qué se refiere? «Hay fiscales con la voluntad de fallar en contra del crimen organizado, a quienes, al salir hacia la audiencia, les han enviado el mensaje: ‘estamos con su esposa y sus hijos’. Hay un poder maléfico que secuestra al Estado, a los servidores públicos, a la Policía. Los pandilleros saben que si los agarra la policía en tres días están fuera”, explica Euclides Carrillo a DW.

Vulneración sistemática de la niñez

En este contexto, «la violencia sexual es un riesgo grave”, cuenta a DW Mayté Oquendo, encargada regional de la organización humanitaria Plan International. «Seis de cada diez niñas entre 10 y 14 años da a luz como resultado de una violación. El 21 por ciento de niños, niñas y adolescentes ha sufrido violencia sexual. Reclutados desde los ocho años por grupos criminales, los menores son captados como parejas de miembros de las bandas”, sigue la especialista, basándose en un estudio de su organización enfocado en tres cantones claves de la costa de Ecuador (Machala, Guayaquil, Santa Elena).

El panorama de vulnerabilidad es aún más vasto:  «Las escuelas y colegios han dejado de ser lugares seguros. Entre 2014 y 2024, 28.082 menores fueron víctimas de violencia sexual en el contexto educativo”, señala, echando en falta un protocolo de protección a la niñez.

¿Un Estado incapaz?

El secretario ejecutivo de Cáritas reconoce la situación, a pesar de que la Constitución ecuatoriana es sumamente garantista de derechos a la educación y a la salud.  No obstante, vuelve al mismo punto: «Quien tiene que garantizar derechos, el Estado, está secuestrado”, denuncia. «Hay megahospitales construidos, pero los equipos no sirven; no hay medicamentos ni personal médico. Hay escuelas construidas, pero no hay maestros”, detalla.

Así las cosas, en un momento de recortes a la ayuda humanitaria y a la cooperación internacional en general, Mayté Oquendo, desde Plan Internacional, afirma:  «Nos impresiona cómo América Latina -no solo la crisis ecuatoriana- no es prioridad para ninguno de los socios europeos con los que tenemos tan buenas relaciones comerciales. En concreto, pedimos que se reconozca la situación de Ecuador como una crisis de violencia, tal como se hizo con Colombia”, subraya Maité Oquendo.

El padre Euclides, por su parte, mira lejos. «Esto es una crisis que se venía cocinando desde hace 17 años. Empezó con la apertura de las fronteras y el cierre de la base de Manta; con el apagón de los radares. El Ecuador fue pasando, entonces, poco a poco, de un país que lavaba dinero a un país de tránsito de drogas. Y el juego violento fue creciendo”, afirma el representante de Cáritas Ecuador.

«Entretanto, el Estado violenta los derechos. Y nosotros abogamos por que los países que prestaron fondos para esas infraestructuras que no sirven permitan que los intereses sean destinados, no al Estado, sino a las organizaciones que trabajamos con los más vulnerables. Pedimos que nos ayuden a combatir la corrupción”, concluye.

(cp)

   Hay más de 250.000 desplazados. Seis de cada diez niñas sufren embarazos no deseados tras haber sido víctimas de violación. Ecuador está en una grave crisis humanitaria. Especialistas hablaron con DW en Bruselas. 

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