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El día que Raikkonen abandonó en el GP de Mónaco y acabó en un yate con sus amigos

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Participar en 350 grandes premios de Fórmula 1 dan para mucho y Kimi Raikkonen es el ejemplo más claro de ello. El finés vivió todo tipo de experiencias durante su periplo por el Gran Circo. Pero una de las más recordadas siempre será la que protagonizó en el GP de Mónaco 2006. El entonces piloto de McLaren llegaba a las calles de Montecarlo como vigente ganador de la última edición y tan solo un año después, repetir victoria en el Principado era una necesidad más que un deseo. El campeón marchaba tercero en la general, con la mitad de puntos de un Fernando Alonso que lideraba la clasificación y también lideró la parrilla antes de que se apagara el semáforo.

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Durante la edición de 2006, el finés sufrió un problema en su McLaren que le hizo acabar antes de tiempo. En lugar de regresar al box, se dirigió a la zona del puerto.  

Participar en 350 grandes premios de Fórmula 1 dan para mucho y Kimi Raikkonen es el ejemplo más claro de ello. El finés vivió todo tipo de experiencias durante su periplo por el Gran Circo. Pero una de las más recordadas siempre será la que protagonizó en el GP de Mónaco 2006. El entonces piloto de McLaren llegaba a las calles de Montecarlo como vigente ganador de la última edición y tan solo un año después, repetir victoria en el Principado era una necesidad más que un deseo. El campeón marchaba tercero en la general, con la mitad de puntos de un Fernando Alonso que lideraba la clasificación y también lideró la parrilla antes de que se apagara el semáforo.

El asturiano comenzaba desde la pole y en la salida, Raikkonen le ganaba una posición a Webber para colocarse segundo. La victoria era una realidad para el finés, pero un problema en el McLaren-Mercedes después de 50 vueltas de carrera en las que se dedicó a perseguir a Alonso (que acabó saboreando el triunfo), le hizo abandonar su misión. Kimi se quedó tirado en la curva Portier y salió de un monoplaza que comenzó a incendiarse a causa de la avería que le dejó fuera de carrera antes de tiempo. El McLaren se quedó aparcado en la curva 8 y el piloto salió a pie… rumbo al puerto.

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Raikkonen comenzó una ruta inusual que no pasó desapercibida. En lugar de dirigirse al garaje de McLaren para saber qué había ocurrido y entender por qué se había quedado fuera de juego, el finés decidió que la mejor opción era subir a un yate para ver el desenlace de esa carrera en Mónaco junto a sus amigos. Poco importó, en un año que acabó en blanco a nivel de victorias para el campeón de 2007, saber de dónde nacían los problemas en un fin de semana donde McLaren introdujo actualizaciones.

En la mente de Raikkonen la mejor opción fue caminar hacia el clásico túnel de Mónaco en busca de los yates más lujosos del puerto. El finés apostó por sumergirse en el glamur que protagoniza el fin de semana en Montecarlo y aunque no se presentó con la vestimenta adecuada, siempre estuvo listo para la ocasión. Kimi cruzó la pasarela todavía con el casco puesto y con el mono de piloto, pero no tardó demasiado en cambiar de aspecto. Una vez que se subió al yate, la televisión oficial de la Fórmula 1 le enfocó sentado en una mesa, con la parte superior del mono retirada y en compañía de amigos con los que acabó la jornada. Ese mismo año, la alianza entre Raikkonen y McLaren llegó a su fin; pues el finés abrazó un nuevo reto vestido de rojo Ferrari, que le acabó convirtiendo en campeón.

 

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