Deporte Motor
Álex Palou, histórico: gana las 500 Millas de Indianápolis
Es un mantra que se repite cada edición de las 500 Millas de Indianápolis. La carrera no se gana en las primeras vueltas, pero sí se pierde. Hay que sobrevivir a todo lo que te encuentres por el camino, gestionar tráfico, accidentes, resalidas, entradas en boxes, consumos… para llegar a las últimas vueltas en las posiciones delanteras. Y eso fue lo que hizo Álex Palou en el óvalo más imponente del mundo. Y además corrió. Y mucho. Y de una manera extremadamente inteligente. Llegó al final de la carrera para jugársela con Ericsson, O’Ward y Malukas, con los doblados Foster y DeFrancesco como invitados de lujo. Que vieron como Palou entraba de lleno en los libros de historia. Sí, léanlo bien: Álex Palou ha ganado las 500 Millas de Indianápolis. Histórico. El primer piloto español que lo logra. Magistral.
Álex Palou gana de las 500 Millas de Indianápolis
Hito histórico, primer español en ganar en el óvalo más imponente del mundo. Tras 200 vueltas el catalán se impone en la 109ª edición de la icónica carrera en el Indianapolis Motor Speedway.
Se convierte en el primer español en ganar la mítica carrera tras unas 200 vueltas extraordinarias y un esprint final en el que no dio opción a Ericsson.
Es un mantra que se repite cada edición de las 500 Millas de Indianápolis. La carrera no se gana en las primeras vueltas, pero sí se pierde. Hay que sobrevivir a todo lo que te encuentres por el camino, gestionar tráfico, accidentes, resalidas, entradas en boxes, consumos… para llegar a las últimas vueltas en las posiciones delanteras. Y eso fue lo que hizo Álex Palou en el óvalo más imponente del mundo. Y además corrió. Y mucho. Y de una manera extremadamente inteligente. Llegó al final de la carrera para jugársela con Ericsson, O’Ward y Malukas, con los doblados Foster y DeFrancesco como invitados de lujo. Que vieron como Palou entraba de lleno en los libros de historia. Sí, léanlo bien: Álex Palou ha ganado las 500 Millas de Indianápolis. Histórico. El primer piloto español que lo logra. Magistral.
Como decíamos, en los primeros compases de las 200 vueltas perdieron la carrera los ‘Scott’. McLaughlin por estrellar su Penske contra el muro cuando calentaba neumáticos y Dixon con fuego en la rueda trasera de su Ganassi que luego le costó tres vueltas. Y nada más comenzar, Marco Andretti en la curva uno de la primera vuelta, dijo adiós también. En las sucesivas amarillas, Palou, con mil ojos en todos los sitios, evitó un toque con Rosenqvis y O’Ward en la calle de boxes, recuerdos de Rinus VeeKay, quien curiosamente se estrelló en el pit al perder, otra vez, el control del coche. El español siempre estuvo en el grupo de cabeza, haciendo un trabajo imponente al filo del alambre entre la locura que son las 500 Millas de Indianápolis.
Avanzar y sobrevivir
Porque con el paso de las vueltas, ya los problemas significaban decir adiós a la botella de leche. Colton Herta, por ejemplo, tras remontar desde el 29 y asomarse al top-10, tuvo que cumplir un drive-through que le mandó al fondo del grupo. Alexander Rossi, toda la tarde delante, rompió el motor de su Ed Carpenter. Delante de Palou, que se comió todo el aceite que soltaba el americano. Otro disparo más esquivado. En esa entrada a boxes no hizo falta esquivar la bala neerlandesa de VeeKay, porque él solo se pegó un tiro en el pie.
Ya estaba cercano el ecuador de las 500 Millas y tras el accidente de Rinus, en la zona de boxes, Palou aprovechó un fallo de Sato (se pasó de frenada en su cajón) y una parada lenta de Malukas para ponerse líder virtual. En ese pit-stop Robert Shwartzman acabó con sus posibilidades al atropellar a varios de sus mecánicos y estamparse con el muro. De allí salió Newgarden ya completamente enganchado a la carrera para eliminarse vueltas después por problemas en su coche. Pero antes de que el bicampeón abandonase, Kyle Larson trompeó y se bajó del coche para coger el vuelo directo a la Charlotte 600 de la NASCAR. En el accidente también estuvieron Sting Ray Robb y Kyffin Simpson.
A 80 vueltas del final, Álex Palou tenía todas sus opciones intactas. Permanecía tercero virtual, pero con una sensación aplastante de tener todo bajo control aplastante. Y desde el equipo le dijeron que corriera. Más todavía. Se le puso de cara la carrera, porque además Newgarden con problemas perdió todas sus opciones de ganar por tercera vez en el óvalo. Después, se anularon un sorprendente Ryan Hunter-Reay y Conor Daly. El primero al no frenar en su cajón de boxes y el segundo, con problemas en su coche. Y se quedaron en una pelea a cuatro el español, Malukas, Ericsson (resurgido de la nada con una estrategia cambiada) y O’Ward (tapado toda la tarde), en un esprint de 29 vueltas tras realizar su última parada.
A falta de 15, Palou lanzó un ataque demoledor sobre el sueco para irse a fondo a por Foster y DeFrancesco y su botella de leche. Las últimas vueltas fueron de infarto en las que el español aguantó las embestidas de Ericssson y con lágrimas en los ojos entró con pleno derecho en la leyenda. Fue una carrera de la leche, de un piloto que es… la leche. La que saboreó en el circuito de Indianápolis.
Resultados de las 500 Millas de Indianápolis
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