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Mundo Motor

Consejos a la hora de comprar un vehículo de segunda mano: no es oro todo lo que reluce

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Las mayores precauciones las tenemos que tomar si es a un particular: venden los modelos más viejos, baratos y problemáticos y no están obligados a dar garantía. Leer 

En las imágenes se puede ver cómo el experto -que puede estar en España o haberse desplazado hasta Alemania- chequea hasta el último detalle el vehículo: por fuera, por dentro, el motor, las ruedas, los bajos, los desgastes… También lo prueba y, como colofón, conecta un tablet al puerto OBD del coche para verificar los avisos de avería o si los kilómetros con los que se ha puesto a la venta son los que tiene de verdad.

De un tiempo a esta parte, es muy frecuente encontrarse vídeos de este tipo en plataformas como Youtube o Tik Tok: son la versión más profesionalizada (bajo encargo y previo pago) de lo que usted mismo o alguien de su confianza debería hacer antes de comprar un vehículo de ocasión. No tanto en el caso de grandes operadores o marcas de reconocida solvencia, pero sí cuando se trata de compraventas pequeños de los que no tenga ninguna referencia. Y de forma obligada cuando el vendedor es un particular, que es lo que ocurre en seis de cada 10 operaciones con VO; o cuando el coche ya tiene una antigüedad elevada. Por ejemplo, más de 15 años, que es la edad que tienen el 44% de los que se han vendido en el primer cuatrimestre de este año.

De hecho, esas dos variables (vendedor particular y automóvil viejo) son como la pescadilla que se muerde la cola, ya que la mayoría de los profesionales del negocio del VO huyen de este tipo de vehículos. Su precio no ha dejado de subir en los últimos años, pero el margen de beneficio no compensa por los potenciales problemas que esconden, ya que tienen que dar una garantía legal de un año como mínimo, el doble que los vendedores particulares.

El engaño más habitual, ya imagina, es bajar el kilometraje del coche. Según Carly, una empresa que permite escanear un automóvil a través de una app, afirma que el 12% de los coches que inspeccionó en 2024 tenían aquella cifra trucada. Mercedes-Benz, VW y Seat eran las marcas más afectadas, con un 20% de casos en la primera. Otro estudio similar, pero en este caso de CarVertical, dedicada a proveer datos de usados, señala que prácticamente el 10% de los BMW serie 5 que se vendieron el año pasado estaban manipulados en este sentido. De media, les restaron 90.000 kms.

Descubrir este engaño es complicado sin los medios adecuados. Pero cualquiera puede tomar unas precauciones mínimas para que no le terminen dando gato por liebre.

Lo primero es consultar foros o webs para conseguir información del coche que nos interesa y de sus posibles alternativas. Si es posible, es mejor llevar a cabo la compra con un canal de confianza y, antes de cerrar la operación, toca revisar el vehículo: mejor hacer una lista de comprobaciones, acudir acompañado de alguien que entienda y, por supuesto, hacer una prueba de conducción. El vendedor no está obligado a ello, pero es la mejor forma de chequear el estado del coche.

Pagar por un coche y luego descubrir que está sujeto a un embargo tiene que ser una desagradable sorpresa. Para evitarlo, conviene pedir su historial. Se puede hacer a través de una empresa privada o en la web de la DGT, que lo envía en menos de 24 horas o de forma urgente en media hora. El informe básico es gratis y contiene la primera matriculación en España, si algo impide su transferencia o circulación, así como llamadas a revisión pendientes. El expediente completo (8,47 euros) añade información administrativa, nombre del titular -ningún dato más personal-, historial de ITV, kilómetros, número de dueños y cargas. No las multas, salvo que sean graves y afecten a la transferencia del vehículo.

En este sentido, hay que citar la breve vida del Libro de Mantenimiento Digital o Libro Taller. Puesto en marcha en 2019 por Ganvam y la DGT, esta herramienta digital gratuita iba a dar una gran trazabilidad al historial de un coche al permitir que talleres, concesionarios, ITVs o alquiladoras apuntasen su kilometraje, reparaciones, etc. Pero ha terminado guardado en un cajón por un tema de protección de datos.

Tampoco haga la compra impulsado sólo por una apariencia espectacular; busque desperfectos o señales de advertencia como el desgaste excesivo o testigos que se encienden cuando no deben. Tampoco nadie da duros a pesetas, desconfie de un precio demasiado bajo para un coche demasiado bueno.

Esta última advertencia es todavía más importante cuando vamos a hacer la compra por internet y solo podemos ver el automóvil en fotografía o vídeo. Hay estafadores que crean webs de apariencia impoluta con anuncios de gran atractivo, de coches que no son suyos e incluso ofrecen al cliente la documentación que requiera. Si este pica -la técnica se denomina phising car- y hace uina reserva, habrá perdido el dinero.

El último fraude va un paso más allá y está relacionados con el historial del automóvil. Lo ha denunciado Carfax, empresa que dispone de información de más de 300 millones de coches en Europa y de más de 1.000 millones a nivel mundial.

En estos casos, el estafador es un supuesto comprador que, para cerrar la operación, exige al vendedor (normalmente, un particular) que le facilite el historial del coche. Pero solo admite la de una web en apariencia legítima y que cobra entre 20 y 60 euros por la gestión, aunque luego no envía esa documentación, o manda una falsa o con unos pocos datos insuficientes. Tras ello, el comprador desaparece.

«Estos delincuentes crean webs sin parar, las cierran pasadas tres o cuatro semanas y luego reaparecen bajo un nuevo dominio» afirma Johannes Loose, director de marketing de Carfax. El fraude afecta especialmente a Italia, aunque también han detectado casos en Alemania, España, Europa del este, Norteamérica o Australia.

El negocio puede ser muy rentable, ya que con herramientas automatizadas es factible contactar con decenas o cientos de miles de usuarios sin gran esfuerzo. Y eso se puede traducir en ganancias millonarias sin apenas riesgos, ya que, además, «muy pocas personas denuncian estafas por unas cantidades tan pequeñas».

 

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