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Modelos de segunda mano: un buen momento para pasarse al eléctrico

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Pasados tres años, su valor residual es del 50%, por el 71% que conservan los híbridos sin enchufe. Leer 

«Se vende coche eléctrico a mitad de precio». Los turismos y SUV con esta tecnología suponen poco más del 7% de las matriculaciones en 2025, pero un anuncio como el arriba, dispararía sus ventas. Aunque hay truco, no engaño: se trata de un eléctrico, pero de segunda mano.

Hasta dos estudios coinciden en que, pasados tres años, un coche de baterías solo vale un 50% de su precio original. Uno es de la Organización de Consumidores Europea (BEUC), en la cual participa la OCU española. El otro es el índice que elabora la patronal de vendedores y talleres Ganvam y la alemana DAT.

Hay una pequeña diferencia. El primer informe calcula la depreciación -lo contrario del valor residual- para 45.000 kilómetros, por 60.000 en el segundo. Pero la conclusión es idéntica: es una buena oportunidad para hacerse con un eléctrico de segunda mano ya que a las baterías les queda mucho uso. Admiten hasta 3.000 ciclos, la degradación es pequeña y sirve de sobra para usarlo en la ciudad y sus alrededores. De hecho, la mayoría de las fabricantes garantizan que seguirá conservando el 70% de su capacidad pasados ochos años o 160.000 kms. Aunque Toyota o KGM elevan la apuesta hasta un millón de kilómetros pasados 10 años.

«Este comportamiento del valor de un eléctrico convierte al mercado de ocasión en una palanca para acelerar la descarbonización del parque al permitir que los clientes con presupuestos más ajustados puedan acceder a esta tecnología» señala Fernando Miguélez, director general de Ganvam.

Según el índice conjunto con DAT, el coche que hace tres años costaba unos 50.000 euros, con un buen tamaño y unos 300 kms de alcance, está disponible como usado por 24.995 euros. El abaratamiento se debe al rápido avance de la tecnología de las baterías, que se van quedado desfasadas. Aparte, si los primeros automóviles de baterías eran de gama alta o marcas caras, los precios han bajado mucho a la vez que llegan coches más pequeños y asequibles.

Esa depreciación del 50% es la más alta (o el valor residual más bajo) si se compara con el resto de las tecnologías. Los vehículos que mejor aguantan el paso del tiempo son los eléctricos sin enchufe, los preferidos por los compradores y cuyo valor residual se sitúa en el 70,8% (21.555 euros de valor medio). Es decir, casi cuatro puntos más que los modelos puros de gasolina (67% y 16.203 euros), por el 65% de los diésel (para un uso de 90.000 kilómetros) o el 61% que conservan los híbridos enchufables.

Y es que calcular la depreciación de un automóvil no es nada fácil. Además del aspecto tecnológico que tanto perjudica a los eléctricos, se consideran hasta 24 variables más. Las más obvias tienen que ver con la marca y modelo y la reputación que tengan; el kilometraje realizado; el estado general y el historial de mantenimiento, etc. Pero también hay otras que no tienen que ver directamente con el propio coche, como el hecho de que guste mucho al mercado y su demanda sea elevada.

En todo caso, pasados unos pocos años, la evolución de los precios de un eléctrico puro será muy similar a la del resto.

 

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