Deporte Motor
Laia Sanz: “No voy a parar hasta encontrar mi oportunidad”
Son pocas las disciplinas que permiten enfrentar en igualdad de condiciones a mujeres y hombres. Una de ellas se desarrolla en desiertos y bajo un nombre tan reconocible en el deporte como el del Rally Dakar. Pues bien, si hay una mujer que sabe bien lo que es enfrentarse a hombres, y ganarles, es Laia Sanz (Barcelona, 39 años). Durante doce años lo hizo sobre una moto, la categoría más dura del rally, con un 9º como mejor resultado en 2015. Y desde 2022, lo hace con cuatro ruedas.
Son pocas las disciplinas que permiten enfrentar en igualdad de condiciones a mujeres y hombres. Una de ellas se desarrolla en desiertos y bajo un nombre tan reconocible en el deporte como el del Rally Dakar. Pues bien, si hay una mujer que sabe bien lo que es enfrentarse a hombres, y ganarles, es Laia Sanz (Barcelona, 39 años). Durante doce años lo hizo sobre una moto, la categoría más dura del rally, con un 9º como mejor resultado en 2015. Y desde 2022, lo hace con cuatro ruedas.
Aunque en realidad, como contó en el II Congreso Deporte en Positivo organizado por AS, es algo que lleva haciendo toda la vida y por eso lo tiene “normalizado”. “Estoy en el mundo del motor desde que era una niña. Cuando empecé, era un juego para mí, era normal que todos mis compañeros fueran chicos. Así ha sido gran parte de mi vida. Ahora, por suerte, las cosas van cambiando porque cada vez hay más mujeres”, reflexiona en la charla moderada por Carmen Ruiz, redactora de Motor en AS.
“Me alegra mucho ver un Dakar lleno de mujeres, no solo pilotos y copilotos, también cargos importantes de los equipos, ingenieras, mecánicas…”, continúa Laia, que “en parte”, se siente un poco responsable de ese cambio: “Me hace más ilusión esto que mis títulos. Es una satisfacción muy grande ver que la generación que viene detrás lo tiene un poco más fácil. Creo que he logrado cambiar la mentalidad de muchos padres al ver que esto también podía ser un deporte para mujeres”.
Deslumbrando en el trial (14 veces campeona del mundo) y el enduro (seis), después tuvo que labrarse su reputación entre hombres en el Dakar: “No es fácil, en la moto me costó mucho abrirme camino, pero al cabo de los años pude dedicarme plenamente al Dakar. Ahora estoy en la transición con los coches y cuesta mucho a pesar del palmarés que tengo y de haber sido fiable en el Dakar, pero también a los chicos. En mi carrera, a veces he tenido que demostrar más que mis compañeros”.
Cuando lo ha hecho y “empiezas a ir rápido, ya no gusta tanto”, pero ahora su figura de dakariana de leyenda solo infunde respeto en cada vivac que pisa. “A base de resultados, siempre me han respetado mucho, sobre todo en motos, porque saben lo difícil que estar ahí y lo que se llega a sufrir. En el Dakar siempre me he sentido muy respetada, aunque es verdad que he tenido que hacerlo muy bien para llegar a ese punto”, analiza sobre su recorrido en el rally más duro del mundo.
Preparación para el próximo Dakar
En el último Dakar llegó lo que tanto tiempo (14 ediciones) consiguió esquivar, un abandono y a la primera de cambio, pero eso no hace más que acrecentar sus ganas de volver a demostrar que pertenece a la élite de los raids y para ello se prepara: “Estoy trabajando mucho para tener un buen proyecto para el Dakar. Hago el Nacional de rallys que me viene bien para entrenar y, después del último Dakar, estoy con más ganas que nunca. Hay cosas buenas, ojalá cuadre todo y podamos dar guerra”.
Porque eso es lo que ha hecho siempre contra todo lo que se le ha puesto por delante, da igual hombre o mujer, moto o coche, pelear hasta conseguir brillar. “Siempre he sido muy trabajadora y he acabado siempre demostrando. En los coches ha habido algún momento de impotencia, porque te falta la oportunidad para poder demostrar, pero es un sueño que tengo, soy perseverante y no voy a parar hasta encontrar esa oportunidad”. ¿Alguien duda de que lo conseguirá?
As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.