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Estados Unidos cambia su estrategia militar en África

El Ejército estadounidense insta a los Estados africanos a asumir su propia seguridad, mientras el Gobierno de Donald Trump se concentra en EE. UU. ¿Un impulso a grupos militantes y un freno a la lucha antiterrorista?
«África debe asumir en mayor medida su responsabilidad en materia de seguridad». Ese fue el mensaje del comunicado del general Michael Langley, jefe del Comando de Estados Unidos para África (USAFRICOM).
Estados Unidos está recalibrando su estrategia militar en África, señalando un cambio significativo en su enfoque del panorama de seguridad en el continente.
Este ajuste se alinea con el nuevo enfoque estratégico bajo la administración de Donald Trump, que prioriza la seguridad nacional y una fuerza militar más letal, reduciendo la presencia militar estadounidense en el extranjero.
¿Pero qué significa esto para el continente?
La importancia estratégica de África para el mundo
África es estratégicamente muy importante para Europa y Estados Unidos por su creciente población y vastos recursos naturales. Y, según el informe de perspectivas económicas de África, se prevé que su población joven se duplique de aquí a 2045.
«El continente es rico, posee vastos recursos minerales y reservas estratégicas como el uranio, de las que dependen en gran medida tanto los países occidentales como los orientales», subraya a DW Adib Saani, analista de política exterior y seguridad.
El continente alberga además 11 de las 20 economías que más crecieron en 2024.
«Estados Unidos y otros países se comprometen con África no sólo por buena voluntad, sino porque estos recursos son vitales para el funcionamiento de industrias de todo el mundo», afirmó Saani. «Esto hace que la relación sea mutuamente beneficiosa: un ganar-ganar para África y el resto del mundo».
Sin embargo, la estrategia de defensa bajo el Gobierno de Trump ha dejado de centrarse en proteger a Estados Unidos de amenazas provenientes del exterior, incluidas organizaciones terroristas como Estado Islámico (EI) y Al Qaeda, que han ampliado su presencia y capacidades en África.
«Reparto de la carga» de las operaciones de seguridad
Anteriormente, los esfuerzos militares estadounidenses en África combinaban defensa, diplomacia y desarrollo. «Estados Unidos ha sido un estrecho colaborador en la lucha contra el extremismo violento, especialmente en África Oriental y Occidental», explica Saani.
«Hemos recurrido en gran medida a la logística, la formación y el intercambio de información de Estados Unidos para hacer frente a estas amenazas. En términos de seguridad humana, EE. UU. también ha contribuido a través de USAIDy otros programas que han ayudado a sacar a muchos de la pobreza», agrega el experto.
El general del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, Michael Langley, afirmó que las prioridades militares se centran ahora en la protección del territorio nacional. En cambio, animó a «compartir la carga» con los socios africanos. Dijo que el objetivo es desarrollar la capacidad militar local para permitir operaciones independientes y reducir la dependencia de las fuerzas estadounidenses.
Este cambio se puso de manifiesto durante el 25º ejercicio militar conjunto León Africano. Se trata de las mayores maniobras militares del continente, en las que se combinan operaciones aéreas, terrestres y marítimas con la participación de más de 40 países. No contó con los esfuerzos liderados por Estados Unidos que suelen ser evidentes, sino que se centró en la colaboración y la cooperación.
¿Qué podría significar la reducción de la participación estadounidense?
Sin embargo, el analista de política exterior Adib Saani advierte que una menor presencia estadounidense podría crear un vacío de poder y socavar años de esfuerzos antiterroristas.
«Si Estados Unidos retira su apoyo, nos afectaría mucho. Podría envalentonar a los terroristas para llevar a cabo atentados más letales y audaces, sabiendo que no hay ninguna gran potencia que respalde nuestra lucha. También mermaría la moral de nuestros soldados, que se enfrentan a diario a estas amenazas, y supondría una importante presión económica para los países afectados», dice.
USAFRICOM despliega actualmente unos 6.500 efectivos en África y ha invertido cientos de millones de dólares en ayuda a la seguridad. Si se pierde esa ayuda, Saani teme que África no pueda ser totalmente independiente en materia de seguridad: «Será difícil en términos de logística y tecnología; sencillamente, aún no hemos llegado a ese punto. La seguridad es una responsabilidad compartida y funciona mejor cuando implica a múltiples actores. En mi opinión, África no puede hacerlo sola».
Intervención de Rusia y China
Según los expertos, los países africanos tendrán que buscar otros aliados, tanto nuevos como antiguos. Chinaya ha puesto en marcha amplios programas de formación militar para las fuerzas africanas, reproduciendo aspectos del modelo militar estadounidense, mientras que los mercenarios rusos se han establecido como socios clave en materia de seguridad en el norte de África, así como en África occidental y central.
«El enfoque de China en el pasado ha sido principalmente económico», explica Saani. Estados Unidos, señala, se ha centrado principalmente en el apoyo militar, además de proporcionar ayuda económica. «Los rusos tienen una fuerte presencia, tanto económica como militar. Da la sensación de que todos compiten por la atención. El mensaje claro es que es necesario diversificar las asociaciones. No podemos depender únicamente de Estados Unidos; puede que también necesitemos comprometernos más con los rusos y otros».
¿Puede África ocuparse sola de su seguridad?
Algunas voces afirman que la falta de apoyo estadounidense podría ser una llamada de atención para los países africanos, obligándoles a considerar sus propios recursos y colaborar más estrechamente para estar a la altura del desafío.
«Es fundamental fortalecer nuestra industria de defensa. Esto significa desarrollar la capacidad industrial y mejorar las capacidades de nuestras fuerzas armadas», afirma Saani. «También tenemos que hacer frente a la corrupción para garantizar que los fondos no se pierdan en los bolsillos de la gente, sino que se utilicen para mejorar la vida de las personas».
(ob/rml)
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