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Mundo

El brazo armado de Hezbolá se encuentra en una encrucijada

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​Hezbolá reacciona con contención ante los ataques de Israel a Irán. ¿Está demasiado débil o se centra en rearmarse?  

Luego del ataque de Israel a Irán, las tensiones en Medio Oriente han alcanzado su punto más álgido en todo el año.

Por su parte, Hezbolá tan solo ha emitido un comunicado horas después del ataque, enviando sus condolencias a Teherán por los fallecimientos de los líderes, pero sin amenazar con sumarse a las represalias, a pesar de ser la única milicia chiita dirigida por Irán que se encuentra al otro lado de la frontera con Israel.

Heiko Wimmen, director de proyectos sobre Irak, Siria y Líbano en el International Crisis Group, explica a DW que «hasta ahora, la regla es que, cuando Irán es atacado en su territorio, toma represalias desde su territorio”. Pero Wimmen no descarta que estas «reglas del juego hayan cambiado”. «Hezbolá podría esperar una clara llamada a la acción por parte de Irán”, comenta el experto. 

Los ataques de Israel contra instalaciones nucleares de Irán y el programa de misiles balísticos del país se produjeron dos días antes de la sexta ronda de negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre un nuevo acuerdo nuclear. Está por ver si la reunión tendrá lugar el domingo en Omán.

Por su parte, Ronnie Chatah, analista político afincado en Beirut y moderador del pódcast The Beirut Banyan, subraya a DW que «Irán no puede tomar represalias fácilmente desde Líbano hoy día, debido a las grandes pérdidas de Hezbolá durante la guerra del año pasado con Israel”.

Imagen de civiles y bomberos en Teherán luego del ataque Israeli
Queda por ver si Irán y EE.UU. continuarán sus conversaciones nucleares el domingo en Omán.Imagen: Vahid Salemi/AP/dpa/picture alliance

¿Hezbolá está débil o demasiado ocupado?

Según Heiko Wimmen, otra razón para la pasividad de Hezbolá es que haya decidido «priorizar su reestructuración interna». Esto incluiría nombrar un nuevo liderazgo y centrarse en la producción de armas locales, con el objetivo de volverse más independientes de los suministros de armas iraníes.

«Por otro lado, no muchos saben qué es lo que pasó realmente con esos misiles estratégicos que supuestamente poseía Hezbolá, pero que nunca utilizó contra Israel el año pasado».

En noviembre de 2024, se acordó un alto al fuego tras dos meses de guerra a gran escala desencadenada por Hezbolá, cuyo brazo militar está clasificado como organización terrorista por Estados Unidos, Alemania y varios Estados árabes.

Con el tiempo, Israel mató a la mayoría de los dirigentes de Hezbolá y destruyó gran parte de la infraestructura del grupo. Además, murieron unas 4.000 personas.

A pesar del cese el fuego, Israel ha estado atacando con frecuencia lugares que considera relacionados con Hezbolá. La semana pasada, el Ejército israelí llevó a cabo los ataques más intensos contra un suburbio de Beirut donde Hezbolá ejerce su dominio. El Ejército israelí afirmó que su objetivo eran las fábricas subterráneas de drones de Hezbolá. Los responsables de la organización libanesa negaron la existencia de tales instalaciones.

El reporte más reciente del Institute for the Study of War, afirma que «Hezbolá trata de dar prioridad a la producción nacional de aviones no tripulados, tras los recientes reveses que han complicado su capacidad para conseguir y pasar de contrabando armas iraníes al Líbano».

Esto estaría en consonancia con el anterior papel de Hezbolá como grupo armado bien equipado y mucho mayor que el Ejército nacional libanés, pero va en contra de las peticiones internacionales de desarme y de la creciente presión sobre Hezbolá también desde dentro del Líbano.

Sin embargo, los oficiales de Hezbolá han repetido en reiteradas ocasiones que no se rendirán hasta que Israel cese sus ataques aéreos y se retire de los cinco puntos que sigue ocupando a lo largo de la frontera en el sur del Líbano. Israel, por su parte, ha declarado que no dejará de atacar a Hezbolá mientras represente una amenaza.

El incremento de la presión sobre Hezbolá

Por su parte, el Gobierno libanés ha intensificado sus esfuerzos para contener a Hezbolá. A principios de este mes, el ministro libanés Nawaf Salam declaró durante un discurso televisado con motivo de sus 100 días en el cargo, que el Ejército libanés había desmantelado «más de 500 posiciones militares y depósitos de armas” pertenecientes a Hezbolá.

También agregó que «el Estado continúa su acción para restaurar su autoridad sobre todo el territorio nacional y tener el monopolio de las armas”.

Según Kelly Petillo, investigadora sobre Oriente Próximo en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores comenta que ahora la situación «es muy distinta a la de la última guerra civil de la década de 2000, donde Hezbolá emergió como el partido clave, que impulsó la reconstrucción y dio apoyo económico a la gente, ganando así, apoyo político».

Petillo añade que «ahora, de lo que se habla es sobre desarme a nivel nacional». Y a nivel local, sobre quién va a sacar a los libaneses de la pobreza y de las secuelas de una guerra terrible”.

Mientras tanto, los carteles de Hassan Nasrallah, antiguo líder de Hezbolá, siguen cubriendo las principales calles de Beirut. Y todavía cuelgan, sobre edificios destruidos, banderas y carteles de otros líderes de Hezbolá.  «No se puede negar que Hezbolá se ha debilitado”, comenta Petillo, quien añade que «las banderas siguen ahí, y eso significa que Hezbolá no desaparecerá pronto”.

(ob/ms)

   Hezbolá reacciona con contención ante los ataques de Israel a Irán. ¿Está demasiado débil o se centra en rearmarse? 

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