Pocas películas necesitan menos presentación que las nueve entregas de Star Wars y cualquiera de sus series. Esta saga de aventuras espaciales es, y lo digo sin miedo a equivocarme, una de las más importantes de toda la historia del cine, creando millones de adeptos en todo el mundo y creando, casi, una religión en torno a ellas.
El hecho de que en 1981 George Lucas titulara a la ‘primera’ entrega de Star Warscon el número 4 no era para nada un asunto baladí. Quizás, algún día, contaría cómo se llegó a la sublevación de los rebeldes frente al Imperio y, así, reinstaurar la República. Y ese día llegó con el capítulo I, La amenaza fantasma, en 1999, una película que, evidentemente, fue un tremendo taquillazo, pero que fue recibida con bastante tibieza por la crítica especializada.
Tres años después nos reencontraríamos en Star Wars Episodio II: El ataque de los clones, y de nuevo un taquillazo en cines y, esta vez, un poco mejor tratada por la prensa. Pero, para ellos, Lucas no había sido capaz de recuperar la magia. Sin embargo, aún estaba por llegar la tercera entrega.
Lucasfilm
En 2005, hace ahora justo 20 años, nos llegaba a la cartelera el último capítulo de la trilogía inicial, Star Wars. Episodio III: El ataque de los clones, que nos contaba la historia de la caída irremediable en el abismo de la oscuridad del personaje de Anakin Skywalker, que acabaría convirtiéndose en Darth Vader.
Esta vez sí, a la tercera fue la vencida, y George Lucas convenció a la crítica. De hecho, muchos aseguran que es una de las mejores entregas de toda la saga; por ejemplo, Javier Ocaña en Cinemanía escribía en el momento de su estreno: «el desenlace está a una gran altura. Casi tanta como el infranqueable listón que, de momento, suponen los episodios IV y V».
Más comentarios de la crítica: Mirito Torreiro para El País aseguraba que era «la pieza que faltaba que encaja a la perfección (…) Es Vader el origen y el final de todo (…) y será Vader quien permanecerá con más fuerza sobre el imaginario colectivo»; hasta al temible Carlos Boyero le pareció bien: «Bastante superior a las dos anteriores. Aquí hay menos filosofía barata y mucha más acción».
Ahora, todos los que no habéis podido verla en cine, y aquellos que quieran repetir, tienen una segunda oportunidad: desde hoy, pueden ir a las salas a disfrutar nuevamente de Star Wars. Episodio III: La venganza de los Sith.
