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Güler, Ceballos, Endrick… futuro incierto

El Madrid dice adiós, Mundial de Clubes aparte, a una temporada de esperanzas que se iban desvaneciendo casi con la misma rapidez que se avivaban. En lo colectivo y en lo individual. Los títulos mayores se han ido esfumando en un mes. El Arsenal despertó a los de Ancelotti del sueño de una nueva remontada en la Champions. La Copa se escapó cuando el Madrid la acariciaba con la yema de los dedos. Y el Barça aplastó la ilusión que generó Mbappé de mantener la Liga en vilo hasta la última jornada. Un camino en el que también se han ido apagando jugadores que en algún momento parecieron dar un paso adelante para sostener a un equipo que ha hecho aguas sistemáticamente cada vez que tenía a un grande enfrente.
Su actuación en el Clásico deja en entredicho el incipiente protagonismo que los tres jugadores estaban adquiriendo en el Madrid.
El Madrid dice adiós, Mundial de Clubes aparte, a una temporada de esperanzas que se iban desvaneciendo casi con la misma rapidez que se avivaban. En lo colectivo y en lo individual. Los títulos mayores se han ido esfumando en un mes. El Arsenal despertó a los de Ancelotti del sueño de una nueva remontada en la Champions. La Copa se escapó cuando el Madrid la acariciaba con la yema de los dedos. Y el Barça aplastó la ilusión que generó Mbappé de mantener la Liga en vilo hasta la última jornada. Un camino en el que también se han ido apagando jugadores que en algún momento parecieron dar un paso adelante para sostener a un equipo que ha hecho aguas sistemáticamente cada vez que tenía a un grande enfrente.
Un puñado de buenos partidos hicieron a Güler y Ceballos merecedores de la titularidad en un Clásico con aroma a final de Liga. También que Ancelotti se plantease, a la desesperada, dar más minutos de los que luego tuvo a Endrick. Pero en la última prueba de fuego de la temporada, ninguno de ellos estuvo a la altura del escenario.
Hasta su lesión en Anoeta en la Copa, Ceballos (28 años) había adquirido vitola de titular en un centro del campo todavía en período de transición de aquel mítico tridente que formaron Casemiro, Modric y Kroos. Una medular que no ha tenido dueño por las lesiones propias (Camavinga) y la necesidad de acudir al auxilio de la retaguardia (Tchouameni, Valverde). Ancelotti le confió la manija del equipo en la eliminatoria de Champions contra el City. Un síntoma de la jerarquía que Ceballos, que tiene dos años más de contrato, había adquirido en el equipo.
Suficiente para considerarlo una pieza capital para los cuartos contra el Arsenal. No llegó a la ida, ni tampoco para ser titular en la vuelta, en la que disfrutó de media hora para ponerse a tono. Pero el utrerano no ha regresado al nivel que mostró en invierno.
De olvidado a sensación del tramo final, a Güler (20 años) le quedó grande el Clásico. El de Altindag fue uno de los revulsivos en la final de Copa y llegaba pletórico a Montjuïc. En las últimas semanas el turco había revertido su situación. Un ostracismo en el que solo había jugado 4 de los 13 partidos previos al parón de selecciones de marzo. “Arda, tendrás un gran futuro aquí. Tal vez no el primer año, pero tendrás oportunidades”, le vaticinó Ancelotti cuando el Madrid lo fichó. La profecía, al final, se ha cumplido.
Güler ha sido la sensación del Madrid en este último tramo de la competición, con actuaciones estelares como la que rubricó en Getafe, el día de su confirmación. Se presentaba en el Clásico con dos goles y dos asistencias en su haber en los últimos tres partidos e innumerables elogios de Ancelotti. Pero solo duró 45 minutos sobre el césped del Lluís Companys.
De menos tiempo disfrutó Endrick (18 años). Ancelotti se disponía a sacarlo al campo para el último cuarto de hora, pero el empeño de Vinicius en continuar sobre el césped convirtió su participación en residual y su presencia en irrelevante: no llegó a intervenir en el juego en los 14 minutos de reloj (los seis de tiempo reglamentario más el añadido) que disputó.
La Copa ha sido su competición fetiche (cinco dianas), pero fuera del torneo del KO el de Brasilia ha aprovechado muy poco sus escasas, todo sea dicho, oportunidades. El canterano Víctor Muñoz, que entró cuatro minutos más tarde, al menos disfrutó de una ocasión de gol y tocó cuatro veces el balón.
Tras un Clásico decepcionante, Ceballos, Güler y Endrick tienen ahora tres partidos para reivindicarse de cara al Mundial de Clubes y demostrar al nuevo entrenador que pueden ser parte importante de sus planes.
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