Mundo
El rastro mortal de las armas en la guerra narco

Una serie documental de la radio pública alemana DLF revela el rol clave del contrabando de armas en la espiral de violencia que desangra a México.
Más de 30.000 muertos al año, decenas de miles de desaparecidos y territorios completos bajo control de grupos armados. Esta es la realidad de México, donde la llamada «guerra contra las drogas» ha derivado en un conflicto sin límites claros ni soluciones a la vista. La serie de cuatro episodios «Krieg in Mexiko» («Guerra en México»), producida por la emisora alemana Deutschlandfunk (DLF) y publicada en mayo de 2025, ofrece un retrato inquietante del engranaje que alimenta esa violencia: el flujo constante de armas ilegales desde Estados Unidos.
Un conflicto con lógica de guerra
«Esto se ha convertido en una guerra contra los civiles», afirma una activista mexicana entrevistada en el primer episodio. Las cifras le dan la razón: más de 115.000 personas están oficialmente desaparecidas, muchas han sido desplazadas de comunidades rurales tomadas por el crimen organizado. En zonas como Michoacán o Guerrero, los cárteles se disputan el territorio como si fueran ejércitos regulares, y el Estado, en muchos casos, está ausente o coludido.
La serie sigue los pasos de los periodistas Anne Demmer y Wolf-Dieter Vogel, quienes durante años recorrieron las regiones más afectadas por la narcoviolencia. «Nos hemos topado con historias de víctimas y de victimarios, con las rutas de las armas y con los que las venden», dice Katja Bigalke, directora del proyecto.
Las armas vienen del norte
El primer episodio se centra en la procedencia de las armas que inundan el país. Aunque en México la venta legal de armas está fuertemente restringida y controlada por el Ejército, los grupos criminales están armados hasta los dientes. «En México circulan unos 17 millones de armas, de las cuales solo 25.000 están registradas legalmente», explica el politólogo Carlos Pérez Ricard.
El 70 por ciento de esas armas provienen de Estados Unidos. Laredo, en Texas, es uno de los principales puntos de origen. «Cualquiera con más de 18 años y sin antecedentes puede comprar rifles semiautomáticos por menos de 800 dólares», cuenta uno de los vendedores entrevistados. Muchos de estos arsenales terminan cruzando ilegalmente la frontera.
Poder criminal con rostro de Estado
En el segundo capítulo, los periodistas consiguen un raro testimonio: una entrevista con Celso Ortega, jefe del cártel de Los Ardillos, en Guerrero. Aunque buscado por la fiscalía, Ortega se mueve con total impunidad. En los pueblos bajo su control es recibido como benefactor, reparte comida y ordena obras públicas. «Don Celso es un buen hombre, nos ayuda cuando el gobierno nos olvida», dice un anciano del lugar.
La relación entre crimen y poder político es un eje central de la investigación. En las elecciones locales, explica el reportaje, los cárteles amenazan a candidatos, financian campañas o colocan a sus propios aspirantes. «Las organizaciones criminales han aprendido que es más rentable capturar el Estado que enfrentarlo», afirma el analista Heiko Ernst en la serie.
Víctimas que también se arman
El tercer episodio da voz a las víctimas. Marta Álvarez, madre de tres hijos desaparecidos, es una de tantas mujeres desplazadas por la violencia. Su historia evidencia el vacío institucional. «Tuvimos que huir sin nada. Si no fuera por la ayuda de una señora, todavía usaría la misma ropa», cuenta.
En respuesta a la inacción del Estado, han surgido grupos de autodefensa. Uno de ellos es dirigido por Salvador Alanís Trujillo, un empresario que tomó las armas tras ser secuestrado dos veces. «Nos organizamos porque los políticos nos dejaron solos. Ahora patrullamos con fusiles que conseguimos por nuestra cuenta», dice. Aunque se presentan como protectores, muchos de estos grupos están también ligados a facciones criminales.
Sociedad en estado de sitio
El último capítulo muestra cómo la violencia ha permeado todos los ámbitos de la vida. «Cada quien tiene un amigo o colega asesinado», dice un fotógrafo en Chilpancingo, donde las zonas de silencio se multiplican. Los periodistas locales viven amenazados, los activistas exiliados, y los niños crecen normalizando la barbarie.
En Guayana, Michoacán, una ciudad bajo constante amenaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, las autodefensas patrullan con armas largas y escáneres de radio. Su jefe, José «Chepe» Sepeda, lo resume así: «No queremos estar aquí. Pero si no enfrentamos a los narcos, ellos estarán en todas partes».
La serie de DLF no ofrece soluciones fáciles, pero sí plantea las preguntas necesarias. ¿Cómo frenar el tráfico de armas? ¿Cómo reconstruir la autoridad del Estado? ¿Cómo garantizar justicia a las víctimas?
«Guerra en México» es un trabajo periodístico de alto nivel, que pone voz a quienes suelen quedar fuera del foco mediático. En un país donde las armas ilegales fluyen con más facilidad que la justicia, el periodismo sigue siendo una herramienta clave para la verdad.
Una serie documental de la radio pública alemana DLF revela el rol clave del contrabando de armas en la espiral de violencia que desangra a México.