Mundo Motor
El producto de VW con número de pieza oficial que vende más que los autos

Pensemos por un momento que el producto estrella de un gigante automotriz, una de las marcas más icónicas del planeta, no tuviera ruedas, ni motor, ni asientos de cuero. Resulta que el artículo con mayor volumen de ventas de Volkswagen no es el Golf, ni el Jetta, ni siquiera el popular Tiguan o el icónico Beetle.
De hecho, es algo que se disfruta más con un tenedor que con un pedal de acelerador. Así como se lee, el producto más vendido de Volkswagen es, increíblemente, una salchicha: la legendaria currywurst.
Esta revelación, que podría sonar a broma, esconde una fascinante historia de cultura empresarial, estrategia de mercado y, por supuesto, un sabor que ha conquistado a millones.
La noticia que ahora sacude el sector no es un nuevo vehículo eléctrico ni un motor más eficiente, sino el lanzamiento de este mismo producto, ahora como un plato listo para calentar en el microondas.
Desde este mes de junio, los supermercados en Alemania han comenzado a ofrecer esta comida preparada, llevando el icónico sabor de las cafeterías de la fábrica directamente a los hogares. Este movimiento estratégico podría aumentar drásticamente los ingresos y la rentabilidad de una división que, aunque poco conocida, es sumamente lucrativa para la compañía.

Una tradición de VW con número de parte: 199 398 500 A
Para entender este fenómeno, es necesario viajar en el tiempo hasta 1973. En la planta principal de Wolfsburg, la empresa decidió crear su propia carnicería con un propósito muy práctico: alimentar a su enorme plantilla. Lo que comenzó como un servicio interno, con el tiempo, se transformó en un auténtico objeto de culto.
La currywurst de Volkswagen se convirtió en una leyenda, primero entre los trabajadores y luego entre el público alemán. A tal grado llega su integración en el sistema de la empresa que incluso tiene un número de pieza oficial, como si de un tornillo o un faro se tratara: 199 398 500 A.
Las cifras son, francamente, asombrosas. Solamente durante 2024, Volkswagen despachó cerca de 8.6 millones de estas salchichas. Puesto en perspectiva, este número supera con creces los 5.2 millones de automóviles y vehículos comerciales de la marca Volkswagen vendidos en todo el mundo ese mismo año. Incluso si contamos todas las marcas del Grupo Volkswagen, que suman 9.03 millones de unidades, la humilde salchicha casi les pisa los talones. Es un claro indicativo de que este producto es mucho más que un simple alimento; es un pilar cultural y un negocio redondo.
Del comedor de la fábrica al microondas de casa
La decisión de empaquetar la salchicha con su inseparable kétchup (que, por cierto, también tiene su propio número de parte: 199 398 500 B) en un formato de comida rápida para supermercados es una jugada maestra. Inicialmente disponible en las cadenas Edeka y Netto, se espera una expansión a nivel nacional en las próximas semanas. Con esta iniciativa, Volkswagen no solo capitaliza la nostalgia y el estatus de culto de su producto, sino que también se adentra con fuerza en el creciente mercado de la comida preparada.
Mientras que los informes anuales de la compañía no desglosan las ventas de salchichas, se estima que esta división genera ingresos anuales de siete cifras en euros. Este nuevo canal de distribución promete disparar esas ganancias. Es una diversificación de negocio que, aunque curiosa, demuestra una gran agilidad para identificar y explotar una fuente de ingresos inesperada pero consolidada.

Más que una salchicha, un símbolo de VW
El poder de la currywurst va más allá de los números. Se ha convertido en un emblema de la identidad de Volkswagen, un lazo que une a la empresa con sus empleados y con la cultura popular alemana. Prueba de ello fue la intensa reacción que se produjo en 2021, cuando la dirección intentó sustituirla por una opción vegetariana en un esfuerzo por promover la sostenibilidad.
La respuesta de los trabajadores fue tan inmediata y vehemente que la compañía no tuvo más remedio que dar marcha atrás. El mensaje fue claro: hay tradiciones que no se tocan.Este episodio subraya un punto crucial en el análisis: en un momento en que la industria automotriz enfrenta una transformación radical hacia la electrificación y la sostenibilidad, elementos tangibles y tradicionales como la currywurst ofrecen un ancla de estabilidad y pertenencia.
Representa la “barra energética” del trabajador calificado, como la defendió el excanciller alemán Gerhard Schröder. Para una empresa que está en plena reinvención, mantener vivo un símbolo tan querido es una estrategia de cohesión interna y de relaciones públicas de un valor incalculable. La salchicha, en definitiva, no solo alimenta los estómagos, sino también el espíritu de Volkswagen.
Pensemos por un momento que el producto estrella de un gigante automotriz, una de las marcas más icónicas del planeta, no tuviera ruedas, ni motor, ni asientos de cuero. Resulta que el artículo con mayor volumen de ventas de Volkswagen no es el Golf, ni el Jetta, ni siquiera el popular Tiguan o el icónico Beetle.
De hecho, es algo que se disfruta más con un tenedor que con un pedal de acelerador. Así como se lee, el producto más vendido de Volkswagen es, increíblemente, una salchicha: la legendaria currywurst.
Esta revelación, que podría sonar a broma, esconde una fascinante historia de cultura empresarial, estrategia de mercado y, por supuesto, un sabor que ha conquistado a millones.
La noticia que ahora sacude el sector no es un nuevo vehículo eléctrico ni un motor más eficiente, sino el lanzamiento de este mismo producto, ahora como un plato listo para calentar en el microondas.
Desde este mes de junio, los supermercados en Alemania han comenzado a ofrecer esta comida preparada, llevando el icónico sabor de las cafeterías de la fábrica directamente a los hogares. Este movimiento estratégico podría aumentar drásticamente los ingresos y la rentabilidad de una división que, aunque poco conocida, es sumamente lucrativa para la compañía.

Una tradición de VW con número de parte: 199 398 500 A
Para entender este fenómeno, es necesario viajar en el tiempo hasta 1973. En la planta principal de Wolfsburg, la empresa decidió crear su propia carnicería con un propósito muy práctico: alimentar a su enorme plantilla. Lo que comenzó como un servicio interno, con el tiempo, se transformó en un auténtico objeto de culto.
La currywurst de Volkswagen se convirtió en una leyenda, primero entre los trabajadores y luego entre el público alemán. A tal grado llega su integración en el sistema de la empresa que incluso tiene un número de pieza oficial, como si de un tornillo o un faro se tratara: 199 398 500 A.
Las cifras son, francamente, asombrosas. Solamente durante 2024, Volkswagen despachó cerca de 8.6 millones de estas salchichas. Puesto en perspectiva, este número supera con creces los 5.2 millones de automóviles y vehículos comerciales de la marca Volkswagen vendidos en todo el mundo ese mismo año. Incluso si contamos todas las marcas del Grupo Volkswagen, que suman 9.03 millones de unidades, la humilde salchicha casi les pisa los talones. Es un claro indicativo de que este producto es mucho más que un simple alimento; es un pilar cultural y un negocio redondo.
Del comedor de la fábrica al microondas de casa
La decisión de empaquetar la salchicha con su inseparable kétchup (que, por cierto, también tiene su propio número de parte: 199 398 500 B) en un formato de comida rápida para supermercados es una jugada maestra. Inicialmente disponible en las cadenas Edeka y Netto, se espera una expansión a nivel nacional en las próximas semanas. Con esta iniciativa, Volkswagen no solo capitaliza la nostalgia y el estatus de culto de su producto, sino que también se adentra con fuerza en el creciente mercado de la comida preparada.
Mientras que los informes anuales de la compañía no desglosan las ventas de salchichas, se estima que esta división genera ingresos anuales de siete cifras en euros. Este nuevo canal de distribución promete disparar esas ganancias. Es una diversificación de negocio que, aunque curiosa, demuestra una gran agilidad para identificar y explotar una fuente de ingresos inesperada pero consolidada.

Más que una salchicha, un símbolo de VW
El poder de la currywurst va más allá de los números. Se ha convertido en un emblema de la identidad de Volkswagen, un lazo que une a la empresa con sus empleados y con la cultura popular alemana. Prueba de ello fue la intensa reacción que se produjo en 2021, cuando la dirección intentó sustituirla por una opción vegetariana en un esfuerzo por promover la sostenibilidad.
La respuesta de los trabajadores fue tan inmediata y vehemente que la compañía no tuvo más remedio que dar marcha atrás. El mensaje fue claro: hay tradiciones que no se tocan.Este episodio subraya un punto crucial en el análisis: en un momento en que la industria automotriz enfrenta una transformación radical hacia la electrificación y la sostenibilidad, elementos tangibles y tradicionales como la currywurst ofrecen un ancla de estabilidad y pertenencia.
Representa la “barra energética” del trabajador calificado, como la defendió el excanciller alemán Gerhard Schröder. Para una empresa que está en plena reinvención, mantener vivo un símbolo tan querido es una estrategia de cohesión interna y de relaciones públicas de un valor incalculable. La salchicha, en definitiva, no solo alimenta los estómagos, sino también el espíritu de Volkswagen.