Deportes
La paradoja del Girona
El deporte, más si cabe el fútbol, no se parece en nada a las matemáticas. Y hacer previsiones es siempre aventurado en un deporte de tanteo bajo donde un error puede decidir un partido. Por eso nadie esperaba la mala dinámica en la que está inmerso el Girona, con ocho partidos sin ganar y solo tres empates, que lo acerca peligrosamente al descenso. Todavía hay cierto colchón, pero una derrota este fin de semana ante Osasuna obligaría a los de Míchel a pelear ya abiertamente por no perder la categoría. Una situación que era prácticamente impensable hace solo unos meses.
Con tres competiciones y hasta 14 lesionados el equipo aguantó en Liga. Eliminados de Copa y Champions y con más efectivos se han desplomado
El deporte, más si cabe el fútbol, no se parece en nada a las matemáticas. Y hacer previsiones es siempre aventurado en un deporte de tanteo bajo donde un error puede decidir un partido. Por eso nadie esperaba la mala dinámica en la que está inmerso el Girona, con ocho partidos sin ganar y solo tres empates, que lo acerca peligrosamente al descenso. Todavía hay cierto colchón, pero una derrota este fin de semana ante Osasuna obligaría a los de Míchel a pelear ya abiertamente por no perder la categoría. Una situación que era prácticamente impensable hace solo unos meses.
El Girona arrancó la competición doméstica compaginándola con Champions y Copa del Rey, lo que supone evidentemente un esfuerzo extra para la plantilla. Disputar tres competiciones, más si cabe para un equipo novato en Europa como el Girona, puede pasar factura. Pero los hombres de Míchel no lo acusaron. O no al menos tanto como para comprometer su posición en liga. Es cierto que los resultados europeos del equipo no fueron buenos, quedándo eliminados en la primera fase de la Champions y apeados en Copa, pero aguantaron el tirón en Liga. A finales de enero marchaban séptimos con diez puntos de margen sobre el descenso y a seis del quinto puesto.
Pero es que estos resultados tienen un mérito extraordinario, pues el Girona sufrió una plaga de lesiones pocas veces vista en un equipo profesional. Llegaron a tener hasta 14 jugadores de baja, imposibilitando entrenar con normalidad y formar convocatorias. Ante el Leganés, nueve de los futbolistas que formaron parte de la convocatoria tenían ficha del filial o del juvenil. Un drama.
Con la eliminación de Copa y Champions y la paulatina recuperación de efectivos uno podría esperar un repunte del rendimiento del equipo en Liga. Y ha pasado todo lo contrario. Es cierto que Míchel tiene algún jugador tocado o de baja (como Bryan Gil) pero nada fuera de lo común. Nada que no le pase a cualquier otro equipo. Pues bien, ya solo con una competición y con una plantilla amplia el equipo se ha desplomado. Tienen margen para revertir la situación y vivir un fin de Liga tranquilo, pero el sueño de repetir participación europea se ha desvanecido.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí