Bienestar
Yasmina Sancayo, fundadora de Ballet Sporty Club: «Mi método cambia tu forma de estar en el mundo y te pone fuerte»
¿Cuántos de los niños que empiezan en ballet como un hobby continúan con la actividad? Pocos, muy pocos. Yasmina Sancayo, en cambio, que llegó por casualidad a esta actividad, descubrió que bailar era a lo que quería dedicarse el resto de su vida: «Venía de hacer gimnasia rítmica y fue mi entrenadora la que me llevó al Conservatorio Profesional Carmen Amaya para que mejorara los giros, los saltos y, sobre todo, para que ganara más conciencia corporal a través del ballet». Una cosa llevó a la otra y continuó sus estudios en esta disciplina que, aunque reconoce que al principio no llamó su atención, la ha llevado a escuelas por Europa, como La Scala de Milán, la John Cranko School en Stuttgart o el Royal Ballet de Londres, además de la compañía de Víctor Ullate. Noticias relacionadas estandar Si ¿Hay tanta diferencia en la respuesta muscular al entrenamiento entre de hombres y mujeres? Alfonso M. Arce estandar Si Las verdades que nadie te ha contado sobre la ansiedad Melissa GonzálezSin embargo, una lesión lo truncó todo… «Cuando estaba en Londres, la rodilla empezó a dar problemas. Era algo que arrastraba de la gimnasia rítmica, no del ballet. Luxaciones, molestias… y decidimos operar. La primera operación no fue bien, y a partir de ahí vinieron más», cuenta. Tras esa intervención vinieron siete veces: realineación en la rótula, fractura en la tibia, rotura completa del tendón rotuliano, reconstrucción, plastia… «Estuve en silla de ruedas varios meses, y más de dos años y medio con muletas. Lo más complejo fue reaprender el patrón de la marcha y volver a caminar», indica. Pero sin renunciar al ballet, Yasmina Sancayo ha sabido seguir ligada a ello.Un largo camino de altibajos, imagino…Esto ha sido una carrera de fondo. Al principio pensé que sería algo temporal, y que con disciplina, constancia y entrenamiento volvería a estar bien. Pero con el tiempo entendí que no dependía solo de mí. Que por muy disciplinada que fuera, mi articulación tenía un límite estructural. Me dijeron incluso que quizás tendría que vivir el resto de mi vida con muletas.Tenías una idea en la cabeza de la que tuviste que deshacerte…En un primer momento, mi único objetivo era volver a bailar profesionalmente. Pero ese objetivo fue desapareciendo o más bien cambió y dio paso a otro en el que puse todo mi foco: caminar sin ayuda. Ese fue mi nuevo horizonte.Y, bueno, a día de hoy he conseguido una proeza y algo casi inexplicable para los doctores, pero es cierto (que esto es algo que mucha gente no sabe) que no he recuperado toda la movilidad aunque sí he aprendido a conocer muy bien mi cuerpo y sé manejarlo y todo esto también es gracias al ballet.«Me dijeron que quizás tendría que vivir el resto de mi vida con muletas» Yasmina Sancayo Creadora de Ballet Sporty Club¿Cómo se viven esas emociones de pensar que tu profesión de bailarina pende de un hilo?Recuerdo un día, y además lo recuerdo con mucha nitidez, que dije: ‘vale, esta es mi nueva realidad, estoy así y ¿qué puedo hacer para salir de esta situación?, ¿cuál es el primer pasó?’. Y a partir de ahí todo cambió. Mirando atrás, me sorprendo de cómo fui capaz de encontrar estabilidad física y emocional en medio de todo eso, porque además conviví con dolor muchos años… todo eso me ha hecho ser la persona que soy hoy en día. Perdí unas cosas pero gané otras. Tenía a mi familia mucho más cerca, conocí a personas que hoy son fundamentales en mi vida, entre ellas mi pareja, me ha llevado a crear mi empresa y aprendí a adaptarme sin perder la alegría. La vida no se detiene. Y volviste a conectar con el ballet…Cuando algo te apasiona es muy difícil soltarlo. Con el ballet he aprendido muchísimo y durante varios años de mi vida ha sido mi lenguaje. No lo abandoné ni él a mí. Siempre he creído mucho en el poder de visualización y durante meses, incluso estando en el hospital, hacía mis clases de ballet mentalmente, recreando desde el primer ejercicio de la barra hasta la reverencia final. Siempre lo mantuve vivo.En la etapa de mi rehabilitación siempre estuve rodeada de buenos fisioterapeutas, y también en este momento empecé a incluir ejercicios de ballet, ya no solo mentales, sino también prácticos, adaptados a mi estado físico. Me ayudaban mucho. Siempre pensaba ‘si a mí me ha pasado esto y me he recuperado de esta manera y me está funcionando, también puedo ayudar a otros’. Empecé a interesarme mucho más por el entrenamiento y el bienestar 360º y comencé a estudiarlo. Y después de muchos años trabajando con personas y acercándoles los beneficios de mi mundo… nace Ballet Sporty Club.Ha juntado ballet con deporte y le ha quedado una disciplina de lo más completaEl bailarín es un atleta que hace arte pero no entrena siempre como tal y quería cubrir ese vacío que yo sentí muchas veces en mi carrera. Por eso, ambos programas están desarrollados junto a un equipo de doctores en ciencias de la salud. Mi objetivo era crear una visión 360 del bienestar, tanto para quienes se acercan al ballet por primera vez como para quienes viven o quieren vivir de él.Hablemos de Ballet Sporty Club. ¿Quién puede apuntarse y en qué consiste?Ballet Sporty Club nace con un propósito muy claro: estructurar y compartir todo lo que había aprendido durante años, y no solo hablo de danza o entrenamiento, hablo de vida. Tenemos dos programas: • Ballet Workout : dirigido a quienes buscan entrenar de forma consciente y elegante desde la base del ballet, pero llevado a un entrenamiento funcional. • Ballet Workout Professional : enfocado a bailarines profesionales y estudiantes de danza que necesitan entender su cuerpo como lo que es: un cuerpo de alto rendimiento que también necesita entrenamiento específico de atleta a pesar de ser artistas, y herramientas a nivel emocional y mental para gestionar esta carrera tan bonita y sana si se sabe llevar. «No es solo un entrenamiento físico, es una experiencia que cambia la relación con tu cuerpo y con tu energía» Yasmina Sancayo Fundadora de Ballet Sporty ClubY te pone en forma en pocos días, ¿no?Los beneficios son muchos, y no hablo solo de lo físico, que por supuesto también cambia. Mejora la postura y cambia tu forma de estar en el mundo, y la postura está íntimamente relacionada con el estado emocional. Mejoramos la fuerza, la movilidad, la coordinación neuromuscular, la conciencia corporal. Se trabaja desde los músculos profundos y desde lo funcional. Todo ello tiene una gran repercusión en nuestro sistema nervioso central, lo que produce mejoras en nuestro rendimiento cognitivo. Algunos alumnos hacen una sesión semanal y ya notan cambios. Otros hacen dos, tres, hasta cinco sesiones por semana. Pero lo importante no es la cantidad sino la constancia.Das clase a rostros conocidos como Paula Echevarría. ¿Qué buscan tus clientas con Ballet Workout?Cada persona llega con una motivación diferente. Algunas buscan un cambio físico, otras vienen por salud, otras por autoestima… Al final, todo va de la mano. Cuando trabajas bien por dentro, se nota por fuera. Y cuando te ves bien, también te sientes mejor. Es una rueda. El cuerpo del bailarín es muy particular: es largo, estilizado y fuerte. Y eso se consigue con control, con alargamiento, con conciencia corporal… En mis clases trabajamos desde ahí y no desde la repetición por repetición, sino desde la calidad del movimiento. Hay momentos de ‘no puedo más’ pero siempre nos quedamos con ganas de volver a por más [risas]. No es solo un entrenamiento físico, es una experiencia que cambia la relación con tu cuerpo y con tu energía. Es una filosofía de vida. Ahora mismo el barre es la disciplina más solicitada. ¿Qué lo diferencia de esta actividad?Barre está de moda, y muchas veces se asocia al ballet, pero en realidad es una fusión de ejercicios de yoga, pilates y ballet donde el ballet, en muchos casos, apenas aparece. No es una crítica, es una observación: yo creo que se llama ‘barre’ porque se hace con una barra. Pero a nivel técnico, de colocación, de terminología y de estructura de clase no tiene nada que ver.En Ballet Workout respetamos de verdad la filosofía y técnica del ballet y lo trasladamos al entrenamiento funcional. No necesitas haber hecho ballet, pero sí vas a entrenar desde una base rigurosa. La diferencia también está en la profundidad del método. No es una tendencia sino una metodología con una base real. Para nosotros la barra es nuestro elemento icónico y donde se desarrolla la mayor parte del trabajo. Siempre adaptado a los patrones funcionales y necesidades de cada alumno.
¿Cuántos de los niños que empiezan en ballet como un hobby continúan con la actividad? Pocos, muy pocos. Yasmina Sancayo, en cambio, que llegó por casualidad a esta actividad, descubrió que bailar era a lo que quería dedicarse el resto de su vida: «Venía de hacer gimnasia rítmica y fue mi entrenadora la que me llevó al Conservatorio Profesional Carmen Amaya para que mejorara los giros, los saltos y, sobre todo, para que ganara más conciencia corporal a través del ballet». Una cosa llevó a la otra y continuó sus estudios en esta disciplina que, aunque reconoce que al principio no llamó su atención, la ha llevado a escuelas por Europa, como La Scala de Milán, la John Cranko School en Stuttgart o el Royal Ballet de Londres, además de la compañía de Víctor Ullate. Noticias relacionadas estandar Si ¿Hay tanta diferencia en la respuesta muscular al entrenamiento entre de hombres y mujeres? Alfonso M. Arce estandar Si Las verdades que nadie te ha contado sobre la ansiedad Melissa GonzálezSin embargo, una lesión lo truncó todo… «Cuando estaba en Londres, la rodilla empezó a dar problemas. Era algo que arrastraba de la gimnasia rítmica, no del ballet. Luxaciones, molestias… y decidimos operar. La primera operación no fue bien, y a partir de ahí vinieron más», cuenta. Tras esa intervención vinieron siete veces: realineación en la rótula, fractura en la tibia, rotura completa del tendón rotuliano, reconstrucción, plastia… «Estuve en silla de ruedas varios meses, y más de dos años y medio con muletas. Lo más complejo fue reaprender el patrón de la marcha y volver a caminar», indica. Pero sin renunciar al ballet, Yasmina Sancayo ha sabido seguir ligada a ello.Un largo camino de altibajos, imagino…Esto ha sido una carrera de fondo. Al principio pensé que sería algo temporal, y que con disciplina, constancia y entrenamiento volvería a estar bien. Pero con el tiempo entendí que no dependía solo de mí. Que por muy disciplinada que fuera, mi articulación tenía un límite estructural. Me dijeron incluso que quizás tendría que vivir el resto de mi vida con muletas.Tenías una idea en la cabeza de la que tuviste que deshacerte…En un primer momento, mi único objetivo era volver a bailar profesionalmente. Pero ese objetivo fue desapareciendo o más bien cambió y dio paso a otro en el que puse todo mi foco: caminar sin ayuda. Ese fue mi nuevo horizonte.Y, bueno, a día de hoy he conseguido una proeza y algo casi inexplicable para los doctores, pero es cierto (que esto es algo que mucha gente no sabe) que no he recuperado toda la movilidad aunque sí he aprendido a conocer muy bien mi cuerpo y sé manejarlo y todo esto también es gracias al ballet.«Me dijeron que quizás tendría que vivir el resto de mi vida con muletas» Yasmina Sancayo Creadora de Ballet Sporty Club¿Cómo se viven esas emociones de pensar que tu profesión de bailarina pende de un hilo?Recuerdo un día, y además lo recuerdo con mucha nitidez, que dije: ‘vale, esta es mi nueva realidad, estoy así y ¿qué puedo hacer para salir de esta situación?, ¿cuál es el primer pasó?’. Y a partir de ahí todo cambió. Mirando atrás, me sorprendo de cómo fui capaz de encontrar estabilidad física y emocional en medio de todo eso, porque además conviví con dolor muchos años… todo eso me ha hecho ser la persona que soy hoy en día. Perdí unas cosas pero gané otras. Tenía a mi familia mucho más cerca, conocí a personas que hoy son fundamentales en mi vida, entre ellas mi pareja, me ha llevado a crear mi empresa y aprendí a adaptarme sin perder la alegría. La vida no se detiene. Y volviste a conectar con el ballet…Cuando algo te apasiona es muy difícil soltarlo. Con el ballet he aprendido muchísimo y durante varios años de mi vida ha sido mi lenguaje. No lo abandoné ni él a mí. Siempre he creído mucho en el poder de visualización y durante meses, incluso estando en el hospital, hacía mis clases de ballet mentalmente, recreando desde el primer ejercicio de la barra hasta la reverencia final. Siempre lo mantuve vivo.En la etapa de mi rehabilitación siempre estuve rodeada de buenos fisioterapeutas, y también en este momento empecé a incluir ejercicios de ballet, ya no solo mentales, sino también prácticos, adaptados a mi estado físico. Me ayudaban mucho. Siempre pensaba ‘si a mí me ha pasado esto y me he recuperado de esta manera y me está funcionando, también puedo ayudar a otros’. Empecé a interesarme mucho más por el entrenamiento y el bienestar 360º y comencé a estudiarlo. Y después de muchos años trabajando con personas y acercándoles los beneficios de mi mundo… nace Ballet Sporty Club.Ha juntado ballet con deporte y le ha quedado una disciplina de lo más completaEl bailarín es un atleta que hace arte pero no entrena siempre como tal y quería cubrir ese vacío que yo sentí muchas veces en mi carrera. Por eso, ambos programas están desarrollados junto a un equipo de doctores en ciencias de la salud. Mi objetivo era crear una visión 360 del bienestar, tanto para quienes se acercan al ballet por primera vez como para quienes viven o quieren vivir de él.Hablemos de Ballet Sporty Club. ¿Quién puede apuntarse y en qué consiste?Ballet Sporty Club nace con un propósito muy claro: estructurar y compartir todo lo que había aprendido durante años, y no solo hablo de danza o entrenamiento, hablo de vida. Tenemos dos programas: • Ballet Workout : dirigido a quienes buscan entrenar de forma consciente y elegante desde la base del ballet, pero llevado a un entrenamiento funcional. • Ballet Workout Professional : enfocado a bailarines profesionales y estudiantes de danza que necesitan entender su cuerpo como lo que es: un cuerpo de alto rendimiento que también necesita entrenamiento específico de atleta a pesar de ser artistas, y herramientas a nivel emocional y mental para gestionar esta carrera tan bonita y sana si se sabe llevar. «No es solo un entrenamiento físico, es una experiencia que cambia la relación con tu cuerpo y con tu energía» Yasmina Sancayo Fundadora de Ballet Sporty ClubY te pone en forma en pocos días, ¿no?Los beneficios son muchos, y no hablo solo de lo físico, que por supuesto también cambia. Mejora la postura y cambia tu forma de estar en el mundo, y la postura está íntimamente relacionada con el estado emocional. Mejoramos la fuerza, la movilidad, la coordinación neuromuscular, la conciencia corporal. Se trabaja desde los músculos profundos y desde lo funcional. Todo ello tiene una gran repercusión en nuestro sistema nervioso central, lo que produce mejoras en nuestro rendimiento cognitivo. Algunos alumnos hacen una sesión semanal y ya notan cambios. Otros hacen dos, tres, hasta cinco sesiones por semana. Pero lo importante no es la cantidad sino la constancia.Das clase a rostros conocidos como Paula Echevarría. ¿Qué buscan tus clientas con Ballet Workout?Cada persona llega con una motivación diferente. Algunas buscan un cambio físico, otras vienen por salud, otras por autoestima… Al final, todo va de la mano. Cuando trabajas bien por dentro, se nota por fuera. Y cuando te ves bien, también te sientes mejor. Es una rueda. El cuerpo del bailarín es muy particular: es largo, estilizado y fuerte. Y eso se consigue con control, con alargamiento, con conciencia corporal… En mis clases trabajamos desde ahí y no desde la repetición por repetición, sino desde la calidad del movimiento. Hay momentos de ‘no puedo más’ pero siempre nos quedamos con ganas de volver a por más [risas]. No es solo un entrenamiento físico, es una experiencia que cambia la relación con tu cuerpo y con tu energía. Es una filosofía de vida. Ahora mismo el barre es la disciplina más solicitada. ¿Qué lo diferencia de esta actividad?Barre está de moda, y muchas veces se asocia al ballet, pero en realidad es una fusión de ejercicios de yoga, pilates y ballet donde el ballet, en muchos casos, apenas aparece. No es una crítica, es una observación: yo creo que se llama ‘barre’ porque se hace con una barra. Pero a nivel técnico, de colocación, de terminología y de estructura de clase no tiene nada que ver.En Ballet Workout respetamos de verdad la filosofía y técnica del ballet y lo trasladamos al entrenamiento funcional. No necesitas haber hecho ballet, pero sí vas a entrenar desde una base rigurosa. La diferencia también está en la profundidad del método. No es una tendencia sino una metodología con una base real. Para nosotros la barra es nuestro elemento icónico y donde se desarrolla la mayor parte del trabajo. Siempre adaptado a los patrones funcionales y necesidades de cada alumno.